​El descubrimiento de las notas musicales fue un proceso estético y técnico largo que incluso ¡viene desde Grecia! Pero como las conocemos y la forma como las escribimos empezó a finales de la Edad Media. ¿Quién las nombró así y para qué?


Pregunta: ​​Miguel Ángel Restrepo, 14 años.

Responde: Alejandro Arboleda Hoyos, estudiante de Comunicación social.

Asesor: J​​orge Alberto Ga​viria, músico.

Las notas musicales todavía no existían y ya en el Imperio Romano se escuchaba la música del cristianismo. Es en la Edad Media cuando aparece la necesidad de crear una notación musical en la cultura occidental para sofisticar lo que ya se hacía y que fuera más fácil aprender y cantar las melodías.

En ese entonces la música acompañaba los servicios religiosos, como la misa y las horas canónicas. Gregorio Magno, el Papa de la época, creó una sola forma de canto cristiano para llevarlo a todos los lugares donde existiera el cristianismo y que se cantara en latín. Es en su honor que el canto gregoriano recibe su nombre.

Además de los cantantes gregorianos, surgieron paulatinamente, las agrupaciones vocales llamadas Capillas que posteriormente, en el Barroco, se denominaron coros. Todo esto gracias a que la cultura occidental desarrolló un sistema de notación musical derivada de las nuevas técnicas del contrapunto (composición integrada por varias voces simultáneas).

En sus inicios, fue un canto compuesto por una sola melodía; luego, se desarrollaron nuevas técnicas de composición a partir de diferentes voces. De esta manera, se estructuró un sistema musical, aunque era difícil de memorizar por basarse en neumas, símbolos ambiguos que mostraban si subía o bajaba la melodía.

Con el tiempo, los cantos fueron llevados a otros monasterios. Mientras tanto, se desarrollaban diferentes formas de composición más complejas, exigiendo un estilo más preciso de notación musical. Otro avance fue realizado por el monje benedictino Guido de Arezzo. Él se encargó de aportar las bases para este nuevo sistema de escritura: el tetragrama, que hoy lo conocemos como pentagrama: Una serie de cinco líneas para ubicar las notas musicales (sonidos de diferente altura).

Para nombrar estos sonidos, y no hacerlo con las primeras letras del alfabeto, como ocurría en la época, tomó el himno a San Juan, en el cual identificó que cada frase empieza con una nota superior a la anterior, y utilizó la primera sílaba de cada una para darle el nombre a las siete notas: ut, re, mi, fa, sol, la. Siglos después, Anselmo de Flandes, insertó la sílaba sí, y en el siglo XVII Giovanni Battista Doni, musicólogo italiano, sustituyó la nota ut por do para facilitar el solfeo, que no es más que la lectura de las notas musicales.

Y ¿cómo se representaban las notas? Al principio, los primeros gráficos fueron cuadrados, rombos y rectángulos para indicar los diferentes ritmos; a esto se le llamó notación cuadrática proporcional, y se definieron así porque era más Notas fácil escribirlos con la pluma o plumilla. Luego, a lo largo del renacimiento, las representaciones cambiaron por las redondas, la blanca y la negra, entre otras. Hasta ahora, esas son las notas musicales que seguimos utilizando; sin embargo hay casos particulares. En la música contemporánea se han creado diferentes grafías, pero no puede hablarse de un “lenguaje universal”.

No toda la música debe representarse en notas musicales. Por ejemplo, hay obras improvisadas que, aunque siguen pautas que comparten muchos géneros, no va en el pentagrama. Algunos ejemplos de esto son el jazz o muchos tipos de música folclórica.

¿Qué melodía inventarías creando nuevas notas musicales?
Te compartimos un video donde podrás aprender algunos acordes para guitarra. Con ellos, podrás tocar distintas melodías. También puedes combinarlos e interpretar tus canciones favoritas… o incluso ¡crear tus propios acordes y canciones!

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