EAFIT trabaja con la Alcaldía de Medellín para proteger a los jóvenes del riesgo psicosocial

Agosto 3, 2020

Consultores del Centro de Análisis Político (CAP) y del Departamento de Psicología de EAFIT trabajan en conjunto con la Secretaría de la Juventud de Medellín en el proyecto Juventudes Tejedoras, que acompañará a jóvenes en condición de riesgo psicosocial con atención para ellos, sus familias y líderes sociales. 

El reclutamiento de menores por parte de actores armados, el embarazo adolescente, la deserción escolar y el consumo de sustancias psicoactivas son algunos de los riesgos que enfrentan los jóvenes. Como parte del Plan de Desarrollo Medellín Futuro 2020-2023, este proyecto espera impactar a cerca de 3200 jóvenes. La participación es voluntaria y si hay alguien interesado en participar en el proyecto pueden escribir al correomagonz17@eafit.edu.co , en donde se verificará si pueden hacer parte de este.

Con el acompañamiento psicosocial a jóvenes de Medellín, entre los 14 y los 28 años, que se encuentran en condición de riesgo por problemáticas como, por ejemplo, reclutamiento forzado por parte de actores armados, deserción escolar o consumo de sustancias psicoactivas, así como amenazas para los derechos y libertades, comenzó a operar Juventudes Tejedoras, un proyecto de la Alcaldía de Medellín que es ejecutado por la Universidad EAFIT.

La atención integral de esta población vulnerable es liderada por la Secretaría de la Juventud y cuenta con la participación de los expertos académicos del Centro de Análisis Político (CAP) y del Departamento de Psicología de la Universidad, quienes brindarán sesiones de atención profesional a cada uno de los casos que se registren en esta iniciativa institucional, además, formarán a líderes comunitarios para la creación de entornos protectores que beneficien a las comunidades juveniles.

Este año Juventudes Tejedoras atenderá a 580 jóvenes, al final del proyecto serán 3200. “Es un diálogo institucional con otras propuestas. Recoge los saberes del pasado y las lecciones aprendidas. Este programa habla con jóvenes en riesgo y hemos querido exaltar con la palabra tejer esa manifestación que tienen los jóvenes de siempre estar trazando lazos de solidaridad entre ellos mismos e intergeneracionales”, manifiesta Alejandro Matta Herrera, secretario de la Juventud de Medellín, quien impulsa esta estrategia como parte de la agenda local de gobierno.

A partir de una participación voluntaria de los interesados en recibir esta orientación, esta estrategia integrada al Plan de Desarrollo Medellín Futuro 2020-2023 busca ofrecer el acompañamiento individual, familiar y comunitario a través de la experticia técnica del equipo liderado por la Escuela de Humanidades de la Universidad.

“Hay diferentes dimensiones en las que vamos a acompañar a los jóvenes, tanto desde el punto de vista individual como en el acompañamiento familiar. También desde la formación a los líderes comunitarios o personas que están cerca de ellos. Obviamente, en la medida de que hablamos de vulnerabilidad psicosocial, habrá una mayor concentración en ciertos jóvenes de la ciudad”, comenta Mariantonia Lemos Hoyos, profesora del Departamento de Psicología, coordinadora de la maestría en Estudios del Comportamiento y directora del proyecto Juventudes Tejedoras en EAFIT.

En ese sentido, el proyecto tiene el objetivo de implementar estrategias de prevención y garantía de los derechos y las libertades, además, consolidar los entornos protectores familiares y comunitarios en cualquier barrio de la ciudad donde se presenten problemáticas sociales para esta población, la cual hace referencia al grupo social ubicado entre los 14 y 28 años de edad, según la Ley de Juventud (Ley 375 de 1997) que los describe como sujetos de derechos políticos, sociales y económicos.

Apuesta por la protección

Juventudes Tejedoras nace como parte del programa estratégico Juventud que Teje Vida, creado por la Secretaría de la Juventud para fortalecer las capacidades de los jóvenes que se encuentran en condición de vulnerabilidad, con el fin de acercar la oferta institucional dispuesta por la Alcaldía de Medellín.

Con proyectos como este, que se suman a otras estrategias institucionales para los jóvenes, se espera aportar herramientas sólidas para la construcción de proyectos de vida y, a su vez, fortalecer las habilidades de relacionamiento interpersonal de los participantes. De esta manera, se espera contribuir a un gran entorno protector frente a las distintas violencias que habitan los territorios mediante la construcción de ambientes confiables y solidarios.

“Hay un diagnóstico establecido con rutas de atención y contacto con líderes comunitarios, hogares de paso y con el Sistema de Rehabilitación Penal de Adolescentes. Incluso de las instituciones educativas nos envían listados de jóvenes que pueden beneficiarse de este proyecto. Lo que podemos aportar a las comunidades y a los líderes de donde se mueven estos jóvenes son estrategias para lograr que la comunidad se vuelva un entorno seguro que posibilite tener relaciones interpersonales adecuadas”, menciona Manuela González González, investigadora del Centro de Análisis Político de EAFIT y coordinadora de este proyecto de intervención psicosocial.

Acciones por la juventud 

Investigadores del Departamento de Gobierno y Ciencias Políticas de EAFIT y la Secretaría de la Juventud, en el año 2014, unieron esfuerzos para construir la Política Pública de Juventud de Medellín, que en ese mismo año se convirtió en el Acuerdo Municipal 019 aprobado por el Concejo de la ciudad. Mediante esta actualización se buscó identificar oportunidades de desarrollo personal por vías convencionales y socialmente beneficiosas para este grupo poblacional y, en particular, acercar la oferta institucional a los distintos jóvenes en condiciones vulnerables.

“El fortalecimiento de los entornos protectores en los que desarrollan el curso de vida los jóvenes es supremamente importante. Los entornos son los que facilitan que estos procesos de acompañamiento lleguen a mejor puerto. Es una apuesta de garantía para los derechos de las juventudes, así que para nosotros es uno de los proyectos más importantes”, dice el secretario Alejandro Matta Herrera.

Precisamente, asuntos como la incorporación a los grupos criminales es una realidad preocupante en la ciudad. Según las estadísticas, los jóvenes son el grupo más vulnerable a estas problemáticas sociales, siendo casi la mitad de la población carcelaria del municipio, lo que impone retos en términos de reintegración social.

“Es un proyecto muy importante porque es la primera intervención que hacemos de manera conjunta con el Departamento de Psicología de la Universidad. Es la posibilidad de unir su conocimiento con el del Centro de Análisis Político (CAP), que ha trabajado en el acompañamiento de la Política Pública de Juventud, hoy con la posibilidad de intervenir a nivel psicosocial a estos jóvenes”, señala Juan Sebastián Aristizábal Gómez, jefe del CAP de EAFIT.

Según registró el sistema de alertas tempranas de la Secretaría de la Juventud, durante este año se han beneficiado a 3248 personas con la atención a través de sus programas. Como parte de los factores de riesgo prevalentes se han identificado problemas relacionados con el estado de ánimo y la salud mental de niños, niñas, adolescentes y jóvenes, además de dificultades familiares y económicas en los hogares.

“Para la Universidad es fundamental conectarse con las realidades y las necesidades de la sociedad por medio de soluciones innovadores basadas en conocimiento, es allí donde la relación con el Estado cumple un papel fundamental, ya que a partir de esta se generan proyectos de alto impacto social que producen verdaderas transformaciones”, concluye Adriana García Grasso, directora de Innovación EAFIT, dependencia que se encarga de la transferencia de conocimiento de la Institución.

Juventud que Teje Vida 

Con el objetivo de proteger a los jóvenes de Medellín, el Plan de Desarrollo priorizó 56 mil millones de pesos para ser ejecutados en 64 programas dirigidos a esta población, que representa a la cuarta parte de la que tiene la ciudad con 535 mil personas. Según la administración municipal, con el programa Juventud que Teje Vida, que cuenta con un presupuesto cercano a los 30 mil millones de pesos, se pretende crear un sistema de protección que garantice los derechos y libertades a los jóvenes.

En este programa se integran distintas iniciativas relacionadas a fortalecer las habilidades individuales y grupales de los jóvenes, también hacia potenciar el sistema de alertas tempranas para prevenir a los adolescentes del riesgo de vinculación a la criminalidad.

“EAFIT acompañó la formulación y la actualización de la Política Pública de Juventud. Para nosotros acudir a la Universidad es una garantía de cumplirle a la ciudadanía con rigor y técnica en los indicadores y, por supuesto, la apuesta ética que es el cuidado y la protección de las juventudes en riesgo de la ciudad. Todos los jóvenes importan, para nosotros no es trascedente el momento judicial en que se encuentren, lo que importa es la necesidad de acudir con toda la oferta institucional para la garantía y el restablecimiento de derechos”, manifiesta Alejandro Matta Herrera, secretario de la Juventud.​

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​Juventudes Tejedoras es un proyecto que pretende aportar herramientas sólidas para la construcción de los proyectos de vida y el fortalecimiento de habilidades sociales en jóvenes en condición de vulnerabilidad. Foto Shutterstock.
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El barrio Bello Oriente está mejor equipado para prevenir el riesgo por desastres naturales gracias a un piloto que avanza en el sector

Julio 17, 2020

Inform@risk: hacia un territorio más seguro es un proyecto que adelanta estudios geológicos, evaluación del riesgo y diseño de una red de sensores para anticipar los movimientos de tierra en Bello Oriente, esto acompañado del diseño de rutas de evacuación y espacios de encuentro comunitario que ayuden a reducir los riesgos por eventos naturales. 

Esta iniciativa de cooperación internacional -liderada por Urbam EAFIT, la Universidad Leibniz de Hannover (LUH) y la Secretaría de Infraestructura Física de Medellín- pretende realizar otros cuatro pilotos de sistema de alerta temprana (SAT) similares en la ciudad.

En el barrio Bello Oriente, ubicado en la comuna tres (Manrique) de Medellín, actualmente se implementa un plan piloto para la prevención de riesgos ante desastres naturales. Se trata del proyecto Inform@risk, un sistema de alerta temprana (SAT) de bajo costo y adaptado al contexto local que permitirá anticipar emergencias ambientales por deslizamientos de tierra en los asentamientos informales y que podría ser integrado al Sistema de Alerta Temprana de Medellín y el Valle de Aburrá (Siata) después del año 2022. 

Inform@risk comenzó a desarrollarse en marzo del año pasado como producto de la cooperación internacional liderada por el Centro de Estudios Urbanos y Ambientales (Urbam) de EAFIT y la Universidad Leibniz de Hannover (Alemania), a través de la financiación del Ministerio Federal para la Educación e Investigación (BMBF-Alemania) que aportó recursos para esta iniciativa. 

“El proyecto apunta a desarrollar estrategias innovadoras para una gestión de riesgos más integradora en Medellín mediante el desarrollo de un proceso colaborativo y transdisciplinario siguiendo un modelo de living lab. Geoingenieros alemanes, geomáticos y diseñadores de paisajes urbanos están colaborando con funcionarios colombianos de riesgo de desastres, planificadores urbanos, trabajadores sociales, organizaciones comunitarias y los residentes más afectados en el vecindario de Bello Oriente, donde se implementará y probará el Sistema de Alerta Temprana”, manifiesta Christian Werthmann, profesor del Instituto de Arquitectura del Paisaje de la Universidad de Hannover (Alemania) y líder del proyecto Inform@risk

Como parte de la investigación se han adelantado acciones relacionadas con el análisis geológico, la evaluación del riesgo y el diseño de una red de sensores que permitirán anticipar los movimientos de tierra en el barrio, todo esto acompañado del diseño de rutas de evacuación y espacios de encuentro comunitario que ayuden a reducir los riesgos en caso de emergencias. La prueba del sistema de alerta temprana, en el que se incluye el desarrollo de un aplicativo (APP) de fácil uso para los habitantes del territorio, se espera realizar durante el próximo año como parte de la última fase del Inform@risk. 

La idea de crear este proyecto nació en 2018 con el impulso del profesor de la universidad alemana, quien presentó en convenio con Urbam esta propuesta a la convocatoria del Ministerio Federal para la Educación y la Investigación (BMBF-Alemania). A partir de antecedentes académicos como Rehabitar la ladera, realizado entre Urbam y la Universidad de Harvard (Estados Unidos), donde entonces trabajaba el profesor Werthmann, y otros estudios como Rehabitar la montaña, apoyados por la Alcaldía de Medellín, se diseñó esta propuesta de Sistemas de Alerta Temprana para el barrio Bello Oriente como uno de los cinco pilotos propuestos al municipio para ser convertidos en política pública. 

“Cuando fundamos Urbam hace más de diez años el objetivo era construir procesos que incidan en la transformación de los territorios. El proyecto es resultado de una alianza que empezó en 2012, o un poco antes con el grupo de investigación liderado por Christian Werthmann, especializado en temas de paisaje, urbanismo y gestión del riesgo. Con ellos empezamos a tratar de hacer un diagnóstico pero también proponer soluciones para problemáticas de la ocupación informal del área metropolitana, en las laderas del Valle de Aburrá”, apunta Alejandro Echeverri Restrepo, jefe de Urbam EAFIT.

Sensores del riesgo 

En el SAT de Bello Oriente participan actores del gobierno, la academia, la sociedad civil y la comunidad en riesgo. Los aliados colombianos son EAFIT, la Secretaría de Infraestructura Física de Medellín, el Departamento Administrativo de Gestión del Riesgo de Desastres (Dagrd), el Sistema de Alerta Temprana de Medellín y el Valle de Aburrá (Siata), la Secretaría de Medio Ambiente de Medellín, el Departamento Administrativo de Planeación, la Sociedad Colombiana de Geología (SCG), la Corporación Convivamos y el Colectivo Tejearaña.  

Por su parte, el equipo alemán está conformado por expertos de la Universidad de Hannover (LUH), la Universidad Técnica de Deggendorf (THD), la Universidad Técnica de Munich (TUM), el Centro Alemán Aeroespacial (DLR), la empresa AlpGeorisk y la oficina de expertos para análisis de fotografía aérea y temas ambientales SLU. 

“El proyecto se inicia con el estudio de las amenazas y riesgos de la zona. Después se hace un diseño de sensores que detectan el movimiento. Uno de los aspectos particulares que lo hace especial es que los sensores no se aíslan de la comunidad sino que al contrario se integran en el paisaje. Además del diseño técnico de los geólogos que identifican las zonas para colocarlos, están los arquitectos paisajistas y la misma comunidad que dice cómo quiere que se vea. Estos sensores combinan tecnología de punta con sensores manuales hechos por la comunidad”, dice Carolina García Londoño, coordinadora local del proyecto Inform@risk y presidente de la Asociación Colombiana de Geología capítulo Antioquia. 

La necesidad de implementar Sistemas de Alerta Temprana (SAT) en asentamientos informales se presenta ante la creciente amenaza del cambio climático que pronostica aumentar estos desastres en el mundo. En particular, en América Latina y el Caribe más de 152 millones de personas son afectadas por estos fenómenos. En Medellín, por su parte, más de 200 mil habitantes informales están expuestos al riesgo de deslizamientos y se estima que otros 60 mil se asentarán en laderas para el año 2030. 

“Estas iniciativas son sumamente importantes para la reducción del riesgo de desastres. Desde el Dagrd estamos articulados con este tipo de cooperaciones que nos ayudan a promover el conocimiento y la reducción del riesgo. Es importante destacar el decidido apoyo de la comunidad internacional y los cooperantes que se suman a este proyecto que aporta beneficios a comunidades de escasos recursos”, comenta Alethia Arango Gil, directora del Departamento Administrativo de Gestión de Riesgo de Desastres (DAGRD). 

En la actualidad, en el área metropolitana opera el Sistema de Alerta Temprana de Medellín y el Valle de Aburrá (Siata), con el que se monitorean las amenazas ambientales que pueden generar deslizamientos en el territorio con alto riesgo para la población, sin embargo, este seguimiento no se realiza particularmente en barrios informales como Bello Oriente.  

Por esta razón, destacan los investigadores de Urbam, existe la necesidad de integrar los SAT al sistema municipal y generar alertas locales mediante la incorporación de sensores, rutas de evacuación y albergues que incluyan la mejora de los espacios públicos y la infraestructura para la atención de emergencias. 

“Es un proyecto que se ha adaptado a las particularidades que tiene el territorio de Bello Oriente y esto es valioso para asegurar la pertinencia de las herramientas o metodologías que allí se implementen. Considero exitoso que se haya gestionado la vinculación de diferentes actores para trabajar por un mismo objetivo que es la protección de la vida y el cuidado de la comunidad”, comenta Natalia Urrego Arias, secretaria de Infraestructura Física de Medellín, que presentó recientemente la apertura de una nueva vía de un kilómetro para mejorar la calidad de vida de los habitantes del sector, lo que a su vez permite el acceso al barrio de máquinas de bomberos y otros vehículos para la atención de eventuales emergencias. 

“En el Valle de Aburrá, los deslizamientos están concentrados en la ladera nororiental donde hay un crecimiento urbano hacia esos bordes. Se combinan una serie de factores como el tema de la vulnerabilidad en la construcción y factores antrópicos, por ejemplo, la gran concentración de lluvias que hay con el cambio climático; todo esto combinado empezó a generar a lo largo de la historia del Valle de Aburrá unos deslizamientos en ese sector”, complementa Isabel Bosombrío, arquitecta especialista en paisaje y líder de proyectos en Urbam.

El SAT para Bello Oriente 

Un deslizamiento de tierra en el sector Palomar de la parte alta del barrio Bello Oriente, ocurrido la tarde del 12 de junio de 2017, alertó a los pobladores de este territorio encumbrado en las laderas nororientales de la ciudad sobre el riesgo de habitar la montaña sin contar con mecanismos adecuados para anticipar las posibles amenazas naturales. 

La oportuna reacción de la comunidad que semanas atrás detectó cambios en el terreno, aunque no evitó que seis viviendas fueron destruidas y otras más resultaran afectadas por el alud, sí previno víctimas mortales durante la emergencia ambiental. Este hecho marcó la historia reciente del barrio, que ha ido creciendo de manera informal desde el año 1976.  

Esta experiencia ha servido para desarrollar el proyecto Inform@risk, que busca crear un Sistema de Alerta Temprana práctico para la comunidad adaptando estrategias y tecnología al entorno local integradas al paisaje urbano del territorio. El objetivo principal es mejorar la resiliencia de las comunidades ante estos fenómenos naturales y tras su prueba piloto poder replicarlo en otros asentamientos informales con riesgos ambientales similares, siendo la ladera nororiental de Medellín la zona que presenta mayor cantidad de deslizamientos en el Valle de Aburrá.

 “Este enfoque se necesita con urgencia para las áreas en peligro de extinción propensas a deslizamientos de tierra, donde los asentamientos informales se ven afectados por encima del promedio. El proyecto podría funcionar como un vehículo para el desarrollo de la ciudad en general, creando nuevas redes e intensificando la colaboración de diferentes actores o intereses políticos”, destaca el profesor Christian Werthmann. 

Para adelantar este piloto, el barrio Bello Oriente fue seleccionado entre 16 sitios potenciales para implementar el SAT, principalmente por encontrarse en el límite urbano-rural de la ciudad, una zona con amenaza alta de deslizamientos, y por tener antecedentes en organización comunitaria para la prevención de desastres, como el caso de la emergencia del año 2017, que no causó pérdidas humanas.  

“Destaco el uso de tecnología y conocimientos académicos y científicos para hacer una lectura adecuada de las condiciones de amenaza y vulnerabilidad en el barrio Bello Oriente, lo que se integra de manera muy interesante con las formas organizativas comunitarias y los saberes populares, todo eso en función de gestionar el territorio y salvaguardar la vida”, expresa el politólogo Juan Fernando Zapata, coordinador del programa Derecho a la Ciudad y Territorio Popular de la Corporación Convivamos, una de las organizaciones de la sociedad civil que acompañan este proyecto. 

“En este proyecto se destaca el rol de liderazgo de las universidades en tratar de incidir en los procesos de mejora de las comunidades y las personas en el territorio, a partir de poner el conocimiento académico e investigación con una visión de aplicación práctica, tratando de que las universidades se conviertan en mediadores de conectar comunidades, gobierno y apoyo internacional”, concluye Alejandro Echeverri. 

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Los SAT son herramientas que permiten a las comunidades ser gestoras del riesgo y monitorear su territorio. En el caso de Bello Oriente se benefician sus más de 5 mil habitantes. Video cortesía de la Alcaldía de Medellín.
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La vida, inspiración de la alianza social que crea y dona 650 videolaringoscopios para enfrentar al covid-19

Agosto 5, 2020

La alianza Simdesign, integrada por las universidades EAFIT y CES, y el Hospital Pablo Tobón Uribe, junto al apoyo de Postobón, Leonisa, Dynacad, Ruta N e InnspiraMED hacen realidad, gracias a la intención de unirse para salvar vidas, estos dispositivos que protegen la salud del personal médico y la de los pacientes.

Cómo se creó la alianza para fabricar los videolaringoscopios, cuál es la historia del proceso y qué motivó a los aliados a vincularse fueron algunos de los temas de un encuentro virtual este miércoles 5 de agosto, en el que participaron empresarios, científicos y académicos de las instituciones vinculadas.  

Los investigadores creadores del videolaringoscopio son José Fernando Arango Aramburo, Juan Felipe Isaza Saldarriaga, Helmut Trefftz Gómez, Christian Andrés Díaz León, David Carmona Zapata y Tatiana Sierra Montoya. En la imagen algunos de los participantes en el encuentro virtual de este miércoles 5 de agosto.

​Propósito superior: la vida. En este coinciden la academia y los investigadores, el Gobierno, el sector de la salud, los empresarios y los emprendedores que unen voluntades que permiten que hoy centros hospitalarios de Colombia están recibiendo 650 videolaringoscopios, dispositivos que pueden salvar la vida de un paciente en situación crítica por covid-19.​

Esa diferencia entre estar vivo o muerto por la ausencia de uno de esos dispositivos la conoce bien el anestesiólogo José Fernando Arango Aramburo, quien luego de sufrir un accidente de tránsito se encontró inmóvil en una camilla de un hospital esperando que lo intubaran. El médico recordó esa experiencia en el encuentro virtual que este miércoles 5 de agosto reunió a representantes de Simdesing, alianza entre EAFIT, CES y Hospital Pablo Tobón Uribe que fabrica los videolaringoscopios, y de Postobón, Leonisa, Dynacad, Ruta N y la fundación InnspiraMED que apoyan la producción de los 650 dispositivos.

En esa conversación quedó claro el beneficio que ofrecen los videolaringoscopios de Simdesing, que se están entregando de manera gratuita. Este tipo de aparatos en el mercado internacional se venden a un precio de decenas de millones de pesos y actualmente, a causa de la pandemia, están agotados. Además del asunto monetario, y como lo referenció Juan Felipe Isaza Saldarriaga, uno de los investigadores eafitenses que participa en este desarrollo junto al anestesiólogo José Fernando, el mayor aporte está en salvar la vida de los pacientes al tiempo que se protege la salud del personal que está en la primera línea de batalla frente al covid-19.

Juan Felipe explicó que el nuevo coronavirus hace más necesario que quien realiza el procedimiento de intubación endotraqueal —útil para asegurar las vías respiratorias y suministrar oxígeno, medicamentos o anestesia a personas con enfermedades como neumonía, insuficiencia cardiaca, colapso pulmonar o traumatismo grave— esté lo más lejos posible del paciente. En mantener esa distancia ayudan el diseño, las cámaras, el software y los manuales de uso que se entregan con cada videolaringoscopio de Simdesing.

A esa necesidad de unirse como sociedad para salvar la vida, las universidades están respondiendo con ciencia. A eso se refirió en el encuentro virtual Juan Luis Mejía Arango, rector de EAFIT, al expresar que la pandemia ha puesto en evidencia la necesidad de invertir en las instituciones científicas.

“La Universidad colombiana hace unos 25 años hacia acá ha vivido un cambio muy importante, y es cuando decidimos no solamente transmitir conocimiento, sino generar conocimiento. Pero generarlo a través de la investigación y que tenga un impacto en la sociedad a la cual nos debemos. Esta alianza entre estas tres instituciones científicas es un ejemplo de esto. El bienestar de nuestra sociedad depende de la ciencia”, dijo el Rector.

Jorge Julián Osorio Gómez, rector de la Universidad CES, coincidió con el rector Juan Luis en que, además de la docencia, la innovación y la investigación son otros ejes misionales de las instituciones de educación de superior y que gracias a eso es posible tener los adelantos científicos que hoy florecen en los 650 videolaringoscopios que podrán beneficiar a cerca de 13.000 pacientes si se tiene presente que cada uno se puede usar unas 20 veces.

Estos dispositivos son, como expresó Andrés Aguirre Martínez, director general del Hospital Pablo Tobón Uribe, una humanización de la tecnología que hoy permite salvar vidas humanas. Los representantes de las instituciones integrantes de Simdesing concordaron en que esta realidad no sería posible sin el apoyo de Postobón, Leonisa, Dynacad, Ruta N e InnspiraMED.

Fue precisamente Miguel Fernando Escobar Penagos, presidente de Postobón S.A., uno de los participantes que se refirió en la charla al propósito común de salvar vidas, cuando dijo que uno de los aspectos positivos que se pueden rescatar de la coyuntura del covid-19 es cómo el empresariado ha definido a la vida como un propósito de instancia superior y ha demostrado un compromiso con el país.

“Realmente la solidaridad ha sido enorme para tratar de conectarnos todos como sociedad y poder avanzar. Bajo este propósito superior nosotros redefinimos nuestras prioridades en la compañía manteniendo la vida de la sociedad, de nuestros colaboradores y de los empleados y sus familias como lo más importante. Y en ese ámbito tomamos la decisión de unirnos a los videolaringoscopios como parte de ese propósito superior de colaborar con la sociedad para salvar vidas. Lo hacemos con un gusto enorme, puesto que soy un convencido de que desde la empresa privada tenemos que estar muy cerquita de la investigación y de la ciencia”, dijo el directivo de Postobón.

En el caso de Leonisa, otra de las organizaciones aliadas, la motivación en participar también hace parte del interés de tratar de mitigar los efectos de la pandemia. Así lo manifestó Samuel David López, líder de Innovación de la compañía, al decir que este dispositivo médico está en esa línea al dar confianza a los médicos que enfrentan al covid, al proteger la vida a ellos y de sus pacientes. Uno de los aportes de Leonisa está relacionado con poner a disposición su capacidad en los mercados internacionales para la importación de las cámaras que se requieren para los 650 videolaringoscopios.

Otra de las muestras de voluntades es la que se aporta desde Dynacad, compañía de base tecnológica que desde el año 2008 se dedica al desarrollo de soluciones plásticas y metalmecánicas y se vincula con la fabricación de las herramientas para la producción del dispositivo. Mario Betancur Rodríguez, CEO de la compañía, dijo que trabajar con conocimiento compartido les permitió darse cuenta de lo lejos que podía llegar con los desarrollos que tenían.

“Una de las mejores cosas de todo este proceso es trabajar con un grupo interdisciplinario de los hospitales, de las universidades y de otras empresas. Cuando comenzamos a entrar en materia y relacionarnos con compañías e instituciones que están en Europa y Estados Unidos nos preguntan ‘¿Qué hacen ustedes trabajando con videolaringoscopio si los que están demandando material para eso son únicamente dos plantas en el mundo?’ Pues nos dimos cuenta de la relevancia de este desarrollo”, contó el líder de Dynacad.

A la investigación e innovación de EAFIT, CES y el Hospital Pablo Tobón Uribe, la experiencia y la voluntad de Leonisa, el compromiso social de Postobón y al emprendimiento de Dynacad se suma la coordinación del ecosistema de Ruta a través de InnspiraMED.

“Los videolaringoscopios habían sido desarrollados, estaban listos esperando a ser utilizados y la pandemia presenta esa necesidad imperativa de su uso muy rápido y hace que se produzcan esos 650 que van a facilitar la vida de los médicos en tiempo y en seguridad, y también al paciente cuando están accediendo a su vida aérea”, manifestó Juan Andrés Vásquez, director ejecutivo de Ruta N.

En el contexto de la pandemia desde Ruta N se creó InnspiraMED —iniciativa a través de la cual se vinculó Postobón con lo videolaringoscopios— para poner al servicio de la sociedad soluciones médicas. La intención, dijo el ejecutivo de Ruta N es que perdure en el tiempo y queremos seguir articulando los desarrollos de instituciones como las universidades en torno a la ciencia, la tecnología, y la investigación a favor de la sociedad.

“Esta es una conjunción de voluntades que hoy está dando su fruto. Mis felicitaciones para los investigadores, mi congratulación para los socios institucionales y nuestra gratitud inmensa a las empresas como Postobón que el día que presentamos los videolaringoscopios en la junta de Proantioquia alzó la mano, a Leonisa y a Dynacad porque sin ellos hubiera sido imposible llegar esto. A todos ellos nuestra gratitud y nuestra intención de seguir trabajando juntos porque de esto no salimos solos, salimos juntos”, expresó Juan Luis Mejía. 

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Antioquia tendrá en el Agroparque BioSuroeste turismo, desarrollo e investigación

Octubre 9, 2020

EAFIT se vincula a través de Urbam a este proyecto de desarrollo territorial concebido como un laboratorio de conservación productiva del bosque seco tropical, ubicado en Támesis y Valparaíso, y con influencia en los 11 municipios que integran la Provincia de Cartama.

Este proyecto de ruralidad sostenible, además de parque natural destinado al ecoturismo, espera convertirse en un sitio de investigación con áreas destinadas a los proyectos productivos y a centros de emprendimiento e innovación, entre otros usos que promuevan la conservación de los hábitats.

​El Agroparque Biosuroeste busca convertirse en epicentro de los sectores público, privado y académico para promover en conjunto nuevas oportunidades para el desarrollo rural sostenible. La imagen corresponde al evento de socialización del proyecto, este jueves 8 de octubre.​​​​​

Mercados ambientales que impulsen proyectos de conservación y restauración ecosistémica, turismo de naturaleza asociado a actividades de investigación y cultura ambiental, e impulso a los proyectos productivos agrícolas. Todo esto podrá experimentarse en el Agroparque Biosuroeste, un proyecto para la sostenibilidad rural de la Provincia de Cartama, la primera zona administrativa y de planificación en Antioquia.

A esta plataforma de investigación e innovación, en convenio con la Corporación Biosuroeste creada en el año 2019, se vincula EAFIT a través de su Centro de Estudios Urbanos y Ambientales (Urbam), que ha aportado su conocimiento sobre urbanismo y gestión del hábitat para construir el Plan Maestro de este proyecto que se ejecuta en los municipios Támesis y Valparaíso, con influencia en las otras localidades que conforman la Provincia: Caramanta, La Pintada, Santa Bárbara, Montebello, Fredonia, Venecia, Tarso, Pueblorrico y Jericó.

“En una iniciativa como esta es muy importante la participación de la academia. Está demostrado que todo proyecto de desarrollo y progreso tiene la academia detrás; un proyecto de desarrollo sin ciencia y tecnología que lo apoye es un proyecto que simplemente va a mantener el statu quo. Por eso nosotros estamos tan contentos de poder participar”, mencionó Juan Luis Mejía Arango, rector de EAFIT, durante el seminario virtual Agroparque Biosuroeste: una apuesta por impulsar el desarrollo rural sostenible, que se presentó este jueves 8 de octubre a través del Canal en Vivo de YouTube de la Universidad.

Este diálogo virtual sirvió para socializar el compromiso de la academia con el proyecto, en donde espera aportar su experticia para desarrollar un modelo rural que pueda replicarse en otras regiones del país. Tuvo la moderación de Alejandro Echeverri Restrepo, jefe de Urbam, y la participación de Azucena Restrepo Herrera, presidenta de Proantioquia y directora ejecutiva de la Corporación Biosuroeste; y de Julián Andrés Granada Restrepo, alcalde del municipio de Caramanta y presidente de la Provincia de Cartama.

“El Agroparque va a ser una plataforma para el desarrollo rural sostenible del Suroeste, un faro agroecológico, una iniciativa de alianzas y de aliados que le apuesta a consolidar todo un entorno rural, apostándole a la seguridad alimentaria y a la innovación con una proyección que va a tener un impacto regional y nacional”, manifestó Alejandro Echeverry Restrepo, director de Urbam, dependencia que trabaja en la concepción del ecoparque en conjunto con otros expertos de la Universidad de Antioquia y la Universidad EIA.

El Agroparque Biosuroeste se creó como una plataforma para la innovación y la conservación productiva, donde se convoca al trabajo articulado entre los sectores público y privado para impulsar iniciativas que potencien el desarrollo sostenible del territorio. Se espera que este espacio, además, se convierta en un lugar donde se promuevan iniciativas de investigación y formación para los jóvenes de la subregión.

“El Agroparque tiene la característica de ser convergente y desencadenante del modelo de la provincia, o sea, aunque esté ubicado en los municipios de Támesis y Valparaíso, su misión es influenciar y potencializar las capacidades de todos los municipios, y también convertirse en un referente para un nuevo modelo rural, tanto de Antioquia como del resto de país”, dijo Azucena Restrepo Herrera.

Un parque natural para la investigación

Concebido como un gran laboratorio de conservación productiva del bosque seco tropical, el Agroparque Biosuroeste lo conforman 600 hectáreas de la hacienda El Pescadero, entregadas por la Dirección Nacional de Estupefacientes (DNE) en el año 2013, después de una gestión de los municipios de Támesis y de Valparaíso.

Como parte de la Provincia de Cartama, Proantioquia y los alcaldes de la subregión impulsaron esta iniciativa colectiva para promover el desarrollo rural sostenible de sus municipios, en los cuales se cuenta con una larga tradición agropecuaria y un gran potencial ecoturístico por la biodiversidad y la belleza de sus territorios. Cadenas productivas de cacao, cítricos, café y banano son representativas de esta región, donde se busca generar una mayor diversificación con el Agroparque.

Este proyecto de ruralidad sostenible, además de parque natural destinado al ecoturismo, espera convertirse en un sitio de investigación para las universidades, con áreas destinadas a los proyectos productivos y a centros de emprendimiento e innovación, entre otros usos que promuevan la conservación de los hábitats, el caso de los sistemas de agua y de bosques. “La idea es que el territorio se convierta en un espacio vivo, como lo es la agricultura y la naturaleza, donde tengamos ejemplos de la cosecha de agua, los huertos de agroecología biointensiva, los sistemas silvopastoriles y de agricultura sintrópica”, agregó Alejandro Echeverri.

Para los promotores del parque agrícola del Suroeste, este espacio se proyecta como la primera plataforma de transformación del campo en el país a través de los agronegocios, las iniciativas de turismo y la conservación medioambiental, todo esto acompañado de estrategias educativas que fortalezcan las capacidades del territorio.

“El Agroparque Biosuroeste y la Provincia de Cartama tiene una ubicación estratégica, ya que vamos a quedar casi que en la mitad de los dos puertos más importantes del país: el Puerto de Urabá y el Puerto de Buenaventura. También con el Aeropuerto del Café que se está proyectando. Son una serie de cosas buenas que se vienen para el territorio. Hoy nuestros aliados están realizando con universidades estudios para proyectar este Agroparque que ya es una corporación y una realidad en nuestro territorio”, destacó Julián Andrés Granada Restrepo, presidente de la Provincia de Cartama.

Para Proantioquia, encargada de articular las distintas acciones del sector público y privado para la consolidación del Agroparque, el modelo de las provincias resulta estratégico para promover el desarrollo territorial del departamento. Mediante esta figura administrativa se espera dinamizar los estudios de la ruralidad para la reorganización socioeconómica e integrar las capacidades de innovación para el progreso de las regiones.

La iniciativa articula intenciones del sector público, privado, académico y social con el apoyo de la Gobernación de Antioquia y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Participan como aliados los municipios de Valparaíso y Támesis, la Fundación Proantioquia, Comfama, la Fundación Bancolombia, la Fundación Aurelio Llano, la Fundación Berta Arias, la Fundación Fomento de la Educación Julio C. Hernández y Corporación Interactuar

“Esperamos esa convergencia de capacidades del sector privado y público. La idea es incrementar la productividad pero también conectar la región con nuevas cadenas de mercado y nuevos desarrollos de ciencia y tecnología”, comentó Azucena Restrepo, quien explicó que la dinamización económica y socioambiental del territorio se basa en cinco ejes: productividad y competitividad agroindustrial; conservación ambiental funcional y productiva; turismo, recreación y cultura; educación y formación especializada; y ciencia, tecnología e innovación.

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FAO y EAFIT promueven cátedra para la sostenibilidad alimentaria

Diciembre 14, 2020

Este programa formativo es parte de uno de los seminarios de la maestría en Gerencia de Empresas Sociales para la Innovación Social y el Desarrollo Local de la Institución, donde se aborda el trabajo colaborativo en favor del alcance de los ODS, enmarcados en la misión de la Universidad y de la FAO. 

Alan Bojanic, jefe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en Colombia; Ricardo Uribe, decano de la Escuela de Administración de EAFIT; y Mario Vargas, director de EAFIT Social, participaron de la primera cátedra a favor de la erradicación del hambre y la pobreza en el mundo.

Promover la producción y el consumo local de alimentos, generar mayor educación sobre la alimentación saludable y tomar medidas para la reducción del desperdicio de productos agrícolas son algunas de las alternativas para disminuir los índices de inseguridad alimentaria y malnutrición en Colombia. Así lo considera la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), que promueve estas acciones a través de una nueva cátedra en alianza con EAFIT.

La cátedra FAO-EAFIT, cuya primera sesión se realizó el 21 de noviembre como parte de uno de los seminarios de la maestría eafitense en Gerencia de Empresas Sociales para la Innovación Social y el Desarrollo Local, se creó para impulsar el conocimiento sobre la erradicación del hambre y la pobreza, pues combatir estos flagelos son retos que se han incrementado en medio de la desigualdad derivada de la pandemia del covid-19. Según este organismo, alrededor de 690 millones de personas tiene hambre, es decir, un 8.9 % de la población mundial.

En esta primera cátedra participaron Alan Bojanic Helbingen, jefe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en Colombia; Ricardo Uribe Marín, decano de la Escuela de Administración de EAFIT; y Mario Enrique Vargas Sáenz, director de EAFIT Social y coordinador del programa. Además, participaron expertos en seguridad alimentaria de la FAO con distintas charlas como Sistemas alimentario y seguridad alimentaria; Desarrollo rural, desafíos y perspectivas; Recursos naturales y gobernanza; Alianzas productivas para la competitividad; y El cambio climático y seguridad alimentaria y nutricional.

“Como organización de la ONU, uno de nuestros temas es la movilización del conocimiento. ¿Qué quiere decir esto? Que identificamos buenas prácticas, tecnologías y tratamos que ese conocimiento sea accesible a una mayor cantidad de personas. Las universidades son generadoras de conocimiento e instituciones de desarrollo científico. Y las personas que forman después van a ir al campo a aplicar estos conocimientos. Para nosotros es estratégico que la experticia de la FAO pueda ser multiplicada”, señala Alan Bojanic, representante de la FAO en Colombia, quien presentó esta cátedra universitaria.

Indicadores globales señalan la importancia de lograr avances en este camino. Por ejemplo, alrededor de tres mil millones no pueden permitirse una dieta saludable. Así mismo, organizaciones como la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) proyectan que la pobreza extrema se incrementará en 29 millones más de personas, llegando a 96 millones en este año 2020. Indican que existen, aproximadamente, 150 millones de trabajadores informales, el equivalente al 54 % de los ocupados.

“El propósito es que juntos diseñemos una serie de actividades académicas, investigativas y de proyección social que busquen contribuir a la sostenibilidad de las organizaciones. En esta situación tan dura que estamos viviendo como humanidad uno de los compromisos que es ver cómo podemos contribuir todos en esa búsqueda. La idea de esta alianza es que sigamos explorando otras posibilidades, no solamente en la maestría, sino a través de otros programas, grupos de investigación y áreas académicas para que juntos podamos desarrollar iniciativas que permitan contribuir a la humanidad de forma decidida”, dice Ricardo Uribe, quien destaca esta iniciativa como parte de las metas del Itinerario 2030 de la Universidad.

Agenda local y global

Para los promotores de esta alianza, la cátedra es una herramienta efectiva para la inclusión social y productiva, que se desarrolla a través del conocimiento en áreas esenciales para la sostenibilidad como la gestión de los recursos naturales, la asistencia técnica para los proyectos productivos y para la generación de políticas de seguridad alimentaria en las regiones, en general, sobre los problemas estructurales del desarrollo rural.

“Tenemos una agenda global que nos ha impuesto unas metas de desarrollo sostenible. Creemos como Universidad que solos nunca podremos hacer nada, pero generando alianzas alcanzaremos gran parte o todos los objetivos. Nos sentimos muy orgullosos de tener una alianza específica con un organismo de alto nivel como la FAO. Las metas estratégicas de la FAO, entre estas los asuntos de seguridad alimentaria, de erradicación de la pobreza, de la protección social e, incluso, de cambio climático y resiliencia, hacen parte permanente del programa”, manifiesta Mario Vargas.

Cátedras como esta son espacios diseñados para el encuentro entre los expertos académicos, las empresas, el sector público y la sociedad civil alrededor de problemáticas comunes en los territorios, que están sustentados en el conocimiento y la innovación para generar transformaciones sociales, culturales y económicas.

De acuerdo con FAO Colombia, se debe preparar el sector rural para ser resiliente respecto a la seguridad alimentaria y para lograr una adecuada planeación territorial en su desarrollo. Cambio climático, migración, enfermedades y conflicto son desafíos que se suman a las exigencias crecientes en la demanda de alimentos.

“Hemos venido trabajando en un proyecto de acuerdo para que el estado a través del Concejo de Medellín pueda tener unas políticas públicas adecuadas y acordes con los objetivos estratégicos de la FAO y de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Estas protecciones de seguridad alimentaria solo son posible si contamos con grupos transdisciplinares y grupos de expertos, y FAO es uno de esos lugares organizacionales que comparte sus estudios e investigaciones”, sostiene el director de EAFIT Social.

El objetivo principal es lograr la seguridad alimentaria y garantizar el acceso regular a alimentos de buena calidad a todo el mundo. De esta manera se proyecta hacer de la agricultura, la actividad forestal y la pesca labores más productivas en busca de reducir la pobreza rural. Indica el organismo internacional que la mayor inversión en innovación, tecnología y digitalización, así como en vías y bienes públicos, son indispensables para fortalecer la economía de pequeños productores de la agricultura familiar, campesina y comunitaria.

“La recuperación de la pandemia nos hace un llamado a trabajar con todos los sectores en todos los niveles, por tal motivo celebramos esta alianza, una suma de experiencia y conocimiento en favor del desarrollo rural y social del país”, indica Alan Bojanic. 

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La FAO es una organización de cooperación técnica con 194 países asociados que concentra sus acciones en la erradicación del hambre y la pobreza. En Colombia trabaja desde 1977. Foto Shutterstock.
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Efecto Cacao aumentará la producción con un enfoque social

Mayo 6, 2019

Es una Alianza Global para el Desarrollo (GDA), promovida por la Agencia para el Desarrollo Internacional de los Estados Unidos (Usaid), Luker Chocolate, Fundación Luker, Enel-Emgesa, Fundación Saldarriaga Concha y EAFIT, en la que 17 asociaciones agrícolas serán capacitadas para fortalecer la cadena productiva del cacao.

El viernes 3 de mayo se realizó el lanzamiento regional de este programa de desarrollo rural en Necoclí (Antioquia). En este acuerdo de cooperación la Universidad se ocupará del fortalecimiento empresarial y de potenciar la comercialización del grano en estas comunidades rurales.

Con el fortalecimiento empresarial de la cadena productiva del cacao en las fases de comercialización y la formación en emprendimiento de 17 asociaciones productoras, ubicadas en seis municipios del Bajo Cauca y el Urabá antioqueño, además de otras comunidades campesinas en los departamentos de Huila y Córdoba, el proyecto de desarrollo rural Efecto Cacao se abre paso en el agro colombiano con el acompañamiento profesional de EAFIT.

Durante los próximos cinco años —desde febrero de 2019 hasta enero de 2024—, tiempo estimado de intervención, este programa social y productivo permitirá a los pequeños agricultores cacaoteros capacitarse y proyectarse en el mercado internacional del grano, al potenciar la productividad de sus fincas y cultivos.

Efecto Cacao es una iniciativa de la Alianza Global para el Desarrollo (GDA por sus siglas en inglés), un programa de cooperación promovido por la Agencia para el Desarrollo Internacional de los Estados Unidos (Usaid) y que convocan EAFIT, la empresa Luker Chocolate, Fundación Luker, Fundación Saldarriaga Concha y Enel-Emgesa para estimular la producción agrícola en las subregiones del país, particularmente del cacao.

“Vamos a beneficiar zonas que tienen gran potencialidad y un acceso a mercados de exportación. En la parte productiva y social necesitamos que los productores aumenten sus ingresos, que exista un interés de no continuar con cultivos ilícitos y así podamos crear unas alternativas de ingreso que motiven el desarrollo económico. La actividad del cacao puede ser muy rentable en la medida en que se tienen cultivos productivos”, señala Julia Inés Ocampo, directora del programa Efecto Cacao.

El proyecto contempla la intervención en tres componentes relacionados con el acompañamiento técnico, el fortalecimiento empresarial y el desarrollo social de las comunidades impactadas. Parte de las actividades corresponde a la siembra de 120 hectáreas de nuevas plantaciones y la rehabilitación de otras 120 hectáreas de cultivos, lo que implica realizar procedimientos a las fincas cacaoteras para aumentar su productividad.

“El desarrollo empresarial y el acompañamiento a emprendedores es un tema donde la Universidad tiene mucha experticia. Estamos involucrados en este componente desde el punto de vista del emprendimiento social y la responsabilidad social corporativa. Vamos a acompañar a las asociaciones en el desarrollo institucional, a mejorar sus capacidades administrativas y a establecer estrategias que permitan hacer una comercialización más adecuada y justa. Vamos a intervenir, directamente, el eslabón de la comercialización”, señala Adriana García Grasso, directora de Innovación EAFIT.

Esta alianza, que tiene una inversión cercana a los 35,1 millones de dólares, recursos aportados por USAID/Colombia y el sector privado, espera impactar el agro colombiano con el acompañamiento técnico y profesional como sucede en otros sectores como la cultura cafetera. Efecto Cacao, señala la directora del programa, espera pasar de una productividad de 350 kilos a 800 kilos por hectárea en los próximos cinco años.

“Primero hacemos un diagnóstico de las asociaciones para ver qué asuntos se deben fortalecer, y le ponemos dos componentes: emprendimiento, para mejorar las condiciones de vida de los productores de cacao, pues no es suficiente con que produzcan más, sino que la familia se involucre y puedan tener ingresos adicionales por emprendimientos. Adicionalmente, con el enfoque de género queremos involucrar a las mujeres para que entren en la producción. Se está buscando que de al menos 20 emprendimientos a nivel nacional el 60 por ciento sea de mujeres”, expresa Julia Inés Ocampo.

En el departamento de Antioquia, Efecto Cacao estará presente en siete asociaciones productoras de los municipios de Cáceres, Zaragoza, Caucasia, San Pedro de Urabá, Turbo y Necoclí, donde se mejorarán las habilidades técnicas, comerciales y administrativas de los cacaoteros campesinos. Como parte del componente de intervención social, en este último municipio, el fortalecimiento de competencias socio-emocionales, académicas y de resiliencia impactará a 1561 personas de la comunidad.

“Es un hito en la intervención de procesos para este tipo de poblaciones. El propósito de la alianza está relacionado con ofrecer a los productores y sus familias, en territorios en los que se tiene la cadena productiva del cacao, unas alternativas de vida digna, un mejoramiento de sus ingresos y de las condiciones de desarrollo económico social en las zonas de una manera sostenible”, comenta Mario Enrique Vargas Sáenz, director de EAFIT Social y coordinador del proyecto desde la Universidad.

Para aumentar la productividad, Efecto Cacao busca generar centros de desarrollo económico en las subregiones. Para esto cuenta con dos cultivos ancla, propiedad de Casa Luker, que servirán a los pequeños agricultores para soporte técnico, apropiar tecnologías y aprovechar los canales de comercialización de la compañía. Uno de estos está ubicado en Necoclí, que con 557 hectáreas de cacao fino y de aroma es uno de los más desarrollados para la producción cacaotera.

“La meta en estos cinco años es que vamos a formar a 500 personas en emprendimiento, porque esperamos tener, por lo menos, al final del proyecto unas 20 iniciativas empresariales exitosas. El equipo base de la Universidad está conformado por administradores, economistas y trabajadores sociales”, comenta Adriana García Grasso.

Asociaciones de productores en Antioquia

Bajo Cauca

  1. Cáceres: Asociación de Productores Agropecuarios y Cacaocultores de Cáceres (Aproaca).
  2. Zaragoza: Asociación Agro-Ambiental de Parceleros del Pato (Asapa).
  3. Caucasia: Chocolate Colombia.

Urabá

  1. Necoclí: Asociación de productores de cacao del Municipio de Necoclí (Asoprone).
  2. San Pedro: Asociación de Cacaoteros del Municipio de San Pedro de Urabá (Abicaspu).
  3. Turbo: Asociación Agropecuaria de Emprendedores del Campo (Agrecam).
  4. Turbo: Cooperativa de Trabajo Asociado Productores Agropecuarios Solución, Integrada y Vida (Proasiv). 

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​El potencial productivo del cacao en las subregiones de Colombia es el centro de esta cooperación para el desarrollo rural, que busca fortalecer los cultivos y la calidad de vida de los pequeños productores.
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Estos jóvenes le darán una nueva dimensión al campo colombiano

Julio 16, 2019

Así lo manifestó Juan Luis Mejía, rector de EAFIT, durante la ceremonia de entrega de la Beca Fundadores, que les permitirá a estos muchachos, provenientes de ocho departamentos del país, adquirir la formación y los conocimientos necesarios para transformar sus realidades y las de sus regiones, a través del pregrado en Ingeniería Agronómica.

La Beca Fundadores es posible gracias a la unión de esfuerzos de Grupo Bios; y de las fundaciones Aurelio Llano Posada, Bancolombia, Fraternidad Medellín y Sofía Pérez de Soto, con el apoyo del Centro de Filantropía de EAFIT.

Desde su finca en Aldana (Nariño) hasta Ipiales, y de Ipiales a Medellín. En total, fueron 24 horas en bus las que recorrió Karina Alexandra Vivas Rivera con su mamá, María Percides Rivera, para llegar hasta Medellín y recibir, de manos del Rector de EAFIT, la Beca Fundadores para cursar su pregrado en Ingeniería Agronómica. Ella hace parte del grupo de 16 estudiantes beneficiados con este apoyo y que provienen de regiones tan diversas como Antioquia, Santander, Caldas, Meta, Nariño, Quindío, Boyacá y Tolima.

La ceremonia de entrega de esta distinción, que se realizó la mañana del lunes 15 de julio en el auditorio 19-501 de EAFIT, contó con la presencia, además de los jóvenes becarios y de sus familias, de David Escobar Arango, vicepresidente del Consejo Superior de EAFIT; Juan Luis Mejía Arango, rector de la Institución; María Adelaida Pérez, directora de Sostenibilidad de Grupo Bios; Laura Díaz Zea, líder de Educación de la Fundación Bancolombia; Iván Darío Sánchez Hoyos, director de la Fundación Aurelio Llano Posada; Magda Restrepo Arango, directora de la Fundación Fraternidad Medellín; y Lina María Botero Ospina, directora de la Fundación Sofía Pérez de Soto.

Son estas organizaciones, precisamente, las que aunaron esfuerzos, a través del Centro de Filantropía de EAFIT, para crear la Beca Fundadores, con la que se busca apoyar la formación de jóvenes de las zonas rurales del país para que contribuyan al desarrollo sostenible de sus comunidades y de Colombia. A ellos también se sumaron otros directivos académicos y administrativos, docentes y estudiantes de la Institución.

“Hoy vemos materializado un sueño que teníamos como Universidad desde hace poco más de tres años, cuando decidimos que la apuesta que queríamos hacer era la de incursionar en el tema del agro, y estamos muy contentos y orgullosos de que sean ustedes, cuando se gradúen, quienes le den una nueva dimensión al campo colombiano”, expresó el Rector durante su intervención.

El directivo también destacó que el pregrado número 23 de EAFIT cuenta con muchos factores diferenciales como la generación de ciencia para el campo, el aprendizaje por competencias y la fusión de un nuevo modelo pedagógico con una nueva forma de relacionamiento con la sociedad. Finalmente, extendió un mensaje de agradecimiento a las instituciones que hicieron posible este apoyo académico, y a Diego Miguel Sierra Botero, exsecretario de Agricultura y Desarrollo Rural de Antioquia, y jefe del pregrado; y Enrique Copete Perdomo, experto en temas de agroindustria, por ser su guía, liderazgo y compañía durante la creación del programa.

Por su parte, Magda Restrepo Arango, directora de la Fundación Fraternidad Medellín, integrante del Consejo Superior de EAFIT y representante de la alianza de aportantes de la Beca Fundadores, ponderó el poder observar la representación de becarios de diversas regiones de Antioquia, y de otros departamentos como Caldas, Quindío, Meta, Boyacá, Tolima, Nariño y Santander.

“Y también me parece muy importante que la mitad de ustedes sean mujeres, porque tradicionalmente esta área no ha tenido mucha participación femenina y ustedes integran la diferencia y el cambio”, celebró la directora, quien agregó, además, que para muchos de estos eafitenses el inicio de su pregrado significará retos personales y profesionales, pero que es una fortuna que la Universidad, a través de su Departamento de Desarrollo Estudiantil, los acompañe a lo largo del proceso en una formación que, sin duda, es de avanzada, en un programa de vanguardia que se ofrece para toda Colombia.

“Esperamos que cuando culminen sus carreras —teniendo en cuenta que harán parte de la primera promoción de este programa— puedan retornar a sus territorios y contribuir con sus regiones al desarrollo de sus comunidades, a transformar sus proyectos de vida y las realidades de sus entornos y que, en un futuro no muy lejano, puedan también aportar para que otros jóvenes, como ustedes, puedan acceder a estas mismas oportunidades”, concluyó Magda Restrepo.

Una oportunidad para llevar ciencia y conocimiento a sus comunidades

Al haber crecido en una finca, con una madre campesina y un padre que se dedica al cultivo de papa, en una región donde el clima nunca supera los 15 grados centígrados y donde todos sus vecinos desempeñan actividades relacionadas con el agro, Karina Alexandra Vivas no solo desarrolló un profundo amor por el campo, sino que siempre tuvo claro que quería trabajar en esta área. Pero requería hacerlo de una manera profesional, por eso no dudó en postularse, desde su natal Aldana (Nariño), a la Beca Fundadores.

“Y gracias a esta oportunidad voy a poder tener conocimientos para llevar ciencia y tecnología a mi pueblo, y ayudarlo a mejorar su economía”, señaló.

Como ella, Édgar Galeano Díaz, natural del municipio de Quimbaya (Quindío), manifestó que está muy ansioso por comenzar sus estudios y poder contar a su familia lo que está aprendiendo. “El campo es la base de la sociedad y quiero generar cambios positivos en este para que se refleje en una mayor productividad”.

Finalmente, Luis Francisco Rodríguez Acevedo indicó que su municipio natal, Sogamoso (Boyacá), tiene muchas posibilidades en el tema del agro, pero que necesita de personas capacitadas que sepan aprovecharlas mejor. “Por eso también me gustaría convertirme en un instructor o un profesor que pueda compartir con ellos estos temas y, de esta manera, ayudar y orientar a mi comunidad”.

En palabras de María Clara Ceballos Arango, jefa del Centro de Filantropía, adscrito a la Dirección de Desarrollo Institucional y Egresados, es muy satisfactorio ser canalizador de los esfuerzos de estas entidades para hacer realidad los sueños de este grupo de jóvenes, y que esperan que sea la primera de muchas iniciativas similares, así como la participación de egresados que quieran sumarse a la labor del Centro de transformar vidas a partir de la educación.

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Los becarios provienen de diferentes municipios de Antioquia, Tolima, Santander, Boyacá, Quindío, Caldas, Meta y Nariño, y contarán con el apoyo permanente de la Institución durante todo su proceso de formación.
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Aplausos para los Jóvenes 20/20, ya son la nueva generación del liderazgo

Julio 17, 2019

El martes 16 de julio, en una ceremonia con muchos aplausos y socialización de aprendizajes, se graduaron los participantes de este programa creado por la Secretaría de la Juventud de Medellín, EAFIT, Comfama y Proantioquia.

Durante tres meses los líderes juveniles gestaron 10 proyectos de ciudad que buscan incidir en lo público. Tres jóvenes del programa fueron destacados con becas de estudio, y uno de los proyectos recibirá apoyo económico de la Alcaldía para su implementación.

“En Medellín somos más de 40, somos 540 mil jóvenes”. Estas palabras son de Weider Arles García Pavas y Kelly Daniela Pareja Rojas, quienes fueron la voz de los participantes del programa Jóvenes 20/20 en la ceremonia de graduación, el martes 16 de julio en el Auditorio Fundadores, colmado por un público en su mayoría joven que fue testigo de la alegría de los 38 participantes que culminaron este camino luego de un proceso de selección de 640 aspirantes.

Entre las palabras que pronunciaron Weider Arles y Kelly Daniela hubo “un llamado a la articulación, al trabajo colectivo por la Medellín que soñamos y construimos a diario, a derrumbar las barreras que nos impone la individualidad. Lo que proponemos es rescatar el valor del trabajo en equipo que anteriormente entendieron los movimientos juveniles en Medellín cuando lograron hacer el cambio”.

Esta nueva generación de líderes, habitantes de diferentes zonas de la ciudad, cumplieron con el objetivo de este programa de formación creado por la Secretaría de la Juventud, EAFIT, Comfama y Proantioquia para fortalecer el liderazgo público de una nueva generación desde diversos aspectos de lo público: el deporte, el arte, la educación, el medio ambiente, el emprendimiento empresarial, la participación ciudadana, entre otros.

Entre tanta diversidad de procedencias e intereses la posibilidad de unión fue uno de los aspectos que más destacaron los participantes y auspiciadores del proceso de Jóvenes 20/20, tal como emergió en las palabras que se pronunciaron en el diálogo que se dio en la ceremonia entre los jóvenes, Federico Gutiérrez Zuluaga, alcalde de Medellín; Alejandro De Bedout Arango, secretario de la Juventud; Juan Luis Mejía Arango, rector de EAFIT; Rafael Aubad López, director de Proantioquia; y Claudia Patricia Restrepo Montoya, encargada de capacidades de Comfama.

“Se pudieron integrar los jóvenes de toda la ciudad con la ciudad misma: recorrieron territorios, tuvieron los mejores profesores, plantearon retos y soluciones a las problemáticas de ciudad”, dijo Alejandro De Bedout, en lo que coincidió Claudia Restrepo cuando mencionó que algo maravilloso de este programa fue la oportunidad de conocer el territorio y sus problemas. “El camino más profundo que tenemos, y es una tarea pendiente, es lograr que cada vez todos los que habitamos Medellín nos conectemos”, apuntó.

El Alcalde, cuando le preguntaron por los valores de un líder, habló de la importancia de la empatía, de tener la capacidad de ponerse en el lugar de los demás y expresó que “un liderazgo se ejerce desde cualquier espacio, sea desde la empresa privada, desde el sector público o en un grupo de música, pero siempre buscar que las personas estén bien”.

El humor. Ese fue uno de los puntos que destacó Juan Luis Mejía entre los valores del líder. El Rector —quien también habló de la importancia de no solo tener un sueño o una idea sino de la capacidad de poder transmitirlo a otros, así como de la responsabilidad social— dijo que una de las cosas que más les ha admirado a los dos de los mejores líderes que ha conocido, Nicanor Restrepo Santamaría y el expresidente Belisario Betancur Cuartas, es la capacidad para el humor, de reírse de ellos mismos. “Desconfío de un líder que no tenga buen humor”, indicó en su intervención en la que dejó entrever una recomendación literaria: la novela Memorias de Adriano.

Rafael Aubad aprovechó para solicitarles a los participantes integrarse entre los distintos procesos para un mejor desarrollo de la ciudad. “Si nos ponemos estas gafas tenemos visión 2020 y una de las necesidades del líder es también tener la posibilidad de ser crítico. Vamos para adelante cogidos de la mano y no cada uno pensando por sí solo”, les dijo.

Formación integral

Durante tres meses —que completaron 109 horas de formación académica— los participantes recibieron el acompañamiento de mentores universitarios, quienes asesoraron la formulación de proyectos de ciudad y emprendimientos sociales que impactarán en las distintas comunidades y territorios, además con la misión de convertirse en referentes de liderazgo y replicar los aprendizajes dentro de los procesos.

Como producto de este programa surgieron 10 ideas que fueron socializadas durante la ceremonia de graduación. Proyectos que usan el arte y la cultura para promover la convivencia, emprendimientos que apuntan a mejorar la conexión laboral, la implementación de tecnologías para la educación ambiental y creación de aplicaciones digitales para promover la inclusión y la participación juvenil.

Como parte del proceso se incluyó el reconocimiento a uno de los proyectos creados y en la ceremonia de graduación se conoció que se trata de Task Me, una plataforma digital que espera conectar los egresados universitarios con el mercado laboral de los jóvenes y aportar a la reducción del desempleo en esta población. Recibirá 30 millones de pesos por parte de la Alcaldía para su implementación.

También fueron destacados lo jóvenes Sebastián Arenas, Diego Parra y Sara Zuluaga, quienes recibirán, respectivamente, una beca para posgrado en EAFIT, un diplomado y un curso de extensión en Educación para toda la Vida de la Universidad.

Tras los reconocimientos y las palabras de Weider Arles García Pavas y Kelly Daniela Pareja Rojas, el evento cerró con una presentación artística en la que interpretaron la canción que crearon los mismos jóvenes para el programa.

Al final solo aplausos para esta iniciativa, cuyo nombre hace analogía a la visión enfocada de esta generación de líderes juveniles, dirigido a personas entre los 16 y 26 años, muchos de ellos gestores culturales, artistas, estudiantes universitarios y líderes con experiencia de lo público que contaban con trayectoria en distintos procesos, los cuales fueron seleccionados mediante una convocatoria pública donde llegaron más de 650 iniciativas de liderazgo público juvenil.

10 proyectos de Jóvenes 20/20

Cuchiparchemos: Este proyecto busca disminuir factores de riesgo de los jóvenes mediante vínculos intergeneracionales, vinculado a la población joven con el adulto mayor.

Ser Medellín: Con programas y recorridos ciudadanos para reconocer los distintos territorios, este proyecto busca fortalecer el tejido social juvenil en la ciudad.

Huertas magnéticas: Mediante huertas escolares y la implementación de la germinación magnética, este proyecto busca generar educación ambiental en los colegios de Medellín.

Encuéntrame: Como una solución creativa para incentivar la participación ciudadana, este proyecto se concibe como una aplicación digital que permite consolidar la agenda cultural, ambiental y política de los jóvenes de Medellín.

Task Me: Una plataforma que mediante inteligencia artificial evalúe perfiles y los conecte con las necesidades de las empresas, es el propósito de este proyecto que apunta a mejorar las oportunidades laborales de una nueva generación de jóvenes.

Par-Chelo: La música, la danza y las expresiones culturales se convierten en herramientas para la convivencia y la generación de entornos protectores en los barrios de Medellín.

Signopedia: una enciclopedia virtual que usa la lengua de señas que permita el acceso a la cultura de la población sorda de Medellín.

Ser Periferia: impactar los jóvenes de los barrios, en territorios como la Comuna 13, por medio de formaciones en habilidades para la vida.

ReciCash: Es una aplicación móvil que tiene como propósito vincular los generadores de residuos con las empresas que están reciclando en la ciudad.

Escuela vivencial de los cuerpos: Como una manera de entender la diversidad a través del reconocimiento del cuerpo como referente principal en la construcción de la expresión e identidad de los jóvenes de Medellín.

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El programa creó el diplomado Liderazgo Público del Proyecto Jóvenes 20/20, liderado académicamente por EAFIT desde su Centro de Análisis Político y la Escuela de Verano.
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La Universidad de los Niños de EAFIT está en el corazón de un proyecto europeo que vitaliza los modelos educativos

Septiembre 18, 2019

En Medellín estará uno de los seis clústeres que se crearán en seis ciudades de diferentes países para tener una educación escolar abierta y contextualizada gracias a la articulación del sistema escolar con los sectores estatal, empresarial, educativos formales y no formales.

La Universidad de los Niños se vincula a esta iniciativa llamada Phereclos a través de la Red Europea de Universidades de Niños , integrada por EAFIT, gracias a la convocatoria Science with and for Society 2018-2020 del programa Horizonte 2020 que cuenta con financiación de la Unión Europea.

La Universidad de los Niños de EAFIT fue escogida para participar en un proyecto internacional que creará en Medellín uno de los seis clústeres educativos que también se formarán en Kuopio (Finlandia), Lodz (Polonia), Porto (Portugal), Trieste (Italia) y Mersin (Turquía). Estos clústeres contribuirán a la articulación del sistema escolar con los sectores estatal, empresarial, educativos formales y no formales para tener una educación escolar abierta y contextualizada.

La Universidad de los Niños se vincula a este proyecto, llamado Phereclos, a través de la Red Europea de Universidades de Niños (Encu.Net) y de la convocatoria Science with and for Society 2018-2020 del programa Horizonte 2020 de la Unión Europea. “Somos un país fuera de la Unión Europa que va a participar dentro del corazón del proyecto, o sea, dentro de la investigación misma. Creo que es un gran reconocimiento para la Universidad. Normalmente estamos mirando hacia afuera y este es un proyecto donde se nos reconoce para aprender de nuestras metodologías y lo que nosotros hemos construido”, sostiene Ana María Londoño Rivera, jefa de la Universidad de los Niños.

Sobre la importancia de la participación en estas conexiones internacionales, Mauricio Perffeti del Corral, vicerrector de Descubrimiento y Creación de EAFIT, destaca que precisamente en la Misión de Sabios que creó el Gobierno Nacional se destaca que “para el desarrollo de la ciencia, la tecnología e innovación, y para el sistema educativo mismo, se requiere de unas conexiones poderosas y muy importantes entre el Estado, el sector empresarial y la universidad. En la medida en que estos actores estén conectados y tengan agendas comunes pueden conocerse sus capacidades y necesidades”.

Para el desarrollo de estos clústeres educativos locales (LEC, por sus siglas en inglés) que se crearán el próximo año en las seis ciudades se cuenta con el apoyo del programa de asesorías entre pares académicos de las universidades e instituciones participantes, coordinadas por la Oficina de los Niños de la Universidad de Viena (Kinderbüro), una de las más reconocidas en implementar este modelo educativo en Europa.

Para la implementación de este proyecto en Medellín, una primera etapa se centrará en reconocer las necesidades y oportunidades del contexto educativo regional. Los aliados de esta iniciativa están en un grupo de 10 instituciones de la ciudad, conformarán grupos especializados de trabajo para analizar las problemáticas relacionadas al ecosistema educativo como salud, medio ambiente, desarrollo económico, cultura, movilidad, equidad de género, seguridad e inclusión social.

Según Encu.Net, que reúne a 67 instituciones de 30 países, la propuesta de clústeres locales busca ampliar el enfoque de las universidades infantiles y su impacto dentro de los ecosistemas educativos regionales. Su objetivo es establecer vínculos estructurales con el sistema escolar y permitir el aprendizaje mutuo entre los sectores involucrados.

“Si bien los clústeres educativos son el corazón del proyecto, éste es mucho más grande. Tiene unos mentores donde vamos a aprender de las distintas universidades de los niños, unas fases de diagnóstico que abarca los países que estamos participando y un diseño de evaluación para poner a prueba lo que vamos a hacer”, dice Ana María Londoño.

En ese sentido, en la segunda fase se formarán equipos de co-diseño para crear e implementar unidades didácticas basadas en sus conocimientos y hallazgos, con el objetivo de conectar el aula con la ciudad y las situaciones de la vida cotidiana. Con esto se busca renovar los planes de estudio de manera contextualizada.

“La idea es poner a prueba un piloto de ese diseño curricular. Con la Red llevamos diez años trabajando juntos, trabajando en este tipo de proyectos. Esto que se llama Horizonte 2020 antes se llamaba los Programas Marco y habíamos hecho parte de algunos proyectos como uno sobre la participación de niños en política que se llamó SiS Catalyst”, señala la eafitense.

Para la Red Europea, el modelo de la Universidad de los Niños que existe en varios países ha sido desarrollado con éxito durante los recientes años y es una plataforma innovadora y sostenible de participación científica para niños y jóvenes dentro de los entornos académicos. En este sentido, la inclusión social se ha convertido en uno de los principios rectores para el enfoque de muchas universidades para niños.

“La importancia de este proyecto es muy grande, en primer lugar porque es un reconocimiento de la comunidad europea a esa labor que durante 15 años ha venido realizando la Universidad de los Niños. Además, de poder generar y llevar esas competencias científicas a las instituciones educativas públicas y privadas. Esto muestra la importancia que tiene la Universidad en ese ámbito regional y territorial desde lo educativo”, dice Mauricio Perffeti del Corral.

Horizonte 2020 en el país

Colombia es uno de los países seleccionados por la Unión Europea, en el marco del programa Horizonte 2020, para financiar proyectos que impulsan la investigación, el desarrollo tecnológico e innovación en Tecnologías de la Información (TIC), sector que lidera EAFIT como Punto Nacional de Contacto, con el apoyo de Colciencias y el Gobierno de Colombia.

Uno de estos proyectos es Phereclos, al cual se articula la Universidad de los Niños por medio de la Red Europea de Universidades de Niños (Encu.Net). Este instrumento de financiación H2020, que surgió en el año 2011 en el seno de la comunidad europea, tiene el objetivo de crear liderazgo industrial y marcos de trabajo competitivos para alcanzar la excelencia en la base científica entre sus miembros.

Actualmente, en esta estrategia basada en los modelos de educación abierta, se desarrollan los proyectos propuestos en el Programa 2018-2020. Sistemas inteligentes, tecnologías de computación avanzada, tecnologías para el internet del futuro, servicios y tecnologías para la administración de contenidos digitales son algunos de los componentes que hacen parte de este programa de financiación.

Participantes del proyecto Phereclos

  1. La Oficina de los niños de Viena (Austria).
  2. La Universidad de Viena (Austria).
  3. La Universidad Summer Snellman (Finlandia).
  4. La Universidad de Mersin (Turquía).
  5. La Universidad de Innsbruck (Austria).
  6. La Universidad de Copenhague (Dinamarca).
  7. La Universidad de Porto (Portugal).
  8. La Universidad de los niños de Bucarest (Rumania).
  9. La Universidad de Łódz (Polonia).
  10. La Universidad de Silesia (Polonia).
  11. Sissa Medialab (Italia).
  12. La asociación internacional de padres de familia Parents International.
  13. La Asociación Europea de Directivos Escolares.

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Alejandro Gómez Valencia
Área de Información y Prensa EAFIT
Teléfono: 574 2619500 ext. 9931
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La Universidad de los Niños cuenta con aliados en este proyecto como Fundación Sura, Low Carbon City, Comfama, Proantioquia, Colegio San Marcos, Ratón de Biblioteca, Institución Educativa San Marcos, Nuestra Gente, Cefa y Ciudad Don Bosco.
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EAFIT gestionará el conocimiento del primer banco de hábitat de Antioquia

Noviembre 7, 2019

Un segundo banco de hábitat en Colombia, esta vez destinado para la recuperación del bosque seco tropical en el departamento, fue presentado el miércoles 6 de noviembre durante la cátedra EAFIT Biodiversa, que reunió a autoridades ambientales, representantes empresariales y académicos.

Un convenio suscrito entre EAFIT y la empresa Terrasos permitirá realizar el monitoreo del banco de hábitat, el cual se proyecta a un plazo de mínimo 30 años para la preservación de los ecosistemas. En la conversación organizada por la Universidad se habló sobre el rol del sector privado en la innovación y conservación ambiental.

Hay una estrategia novedosa para mitigar los riesgos para la biodiversidad y el ecosistema en las riberas del río Cauca en Antioquia. Se trata del primer banco de hábitat del bosque seco tropical en el departamento, ubicado en los municipios de Titiribí y Armenia, que cuenta con una extensión de 647.17 hectáreas y fue creado gracias a un convenio suscrito entre EAFIT y la empresa Terrasos.

“Los bancos de hábitat son una figura innovadora y su objetivo es dinamizar la inversión privada en biodiversidad en el país, a la vez que aporta significativamente a la conservación de ecosistemas amenazados”, explicó Mauricio Perfetti del Corral, vicerrector de Descubrimiento y Creación de EAFIT, durante la presentación del banco de hábitat este miércoles 6 de noviembre en la Universidad, en un acto que contó con la presencia de representantes del Ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible de Colombia, directivos de la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (Anla), Corantioquia, Odinsa, Isa Intercolombia y la empresa Terrasos.

Este banco de hábitat para Antioquia –casi siete veces del tamaño del Central Park que construye la Gobernación en Bello- es el primero que se crea en Antioquia y el segundo en Colombia. Fue registrado ante el Minambiente el 16 de septiembre de 2019, tiene una inversión privada de 300 mil dólares y los objetivos de conservar 473.76 hectáreas de bosques, restaurar 173.41 hectáreas de bosque seco tropical y, durante 30 años, apalancar 6.2 millones de dólares para la conservación.

EAFIT, a través de la capacidad académica de su Escuela de Ciencias y como parte del convenio suscrito con la empresa Terrasos, se encargará de la gestión del conocimiento y el monitoreo científico de este banco de hábitat que, mínimo durante tres décadas, realizará acciones de preservación, mejoramiento y restauración de ecosistemas, esto acorde con la Estrategia Nacional de Compensaciones Ambientales del Componente Biótico promovida por Minambiente.

Los bancos de hábitat funcionan como esquemas agregados de compensación basados en el pago por desempeño, donde varias empresas pueden resarcir sus afectaciones ambientales en una sola área protegida. Bajo este modelo los pagos al banco, por parte de las empresas, se hacen solamente cuando se cumplen los hitos de gestión y desempeño pactado entre las partes.

El primer banco de hábitat del país, que se registró ante Minambiente en el año 2017, es un proyecto ubicado en el municipio de San Martín de los Llanos (Meta), en la subcuenca del río Metica. Es una iniciativa con una inversión cercana a los 1.5 millones de dólares para la protección de 610 hectáreas de bosque.

Sobre esta figura de compensación, Juan Fernando Díaz Nieto, profesor eafitense, considera que son muy importantes las posibilidades que ofrece para proteger especies endémicas altamente amenazadas y valora que los bancos de hábitat sean un laboratorio para la academia que permiten monitorear la biodiversidad a largo plazo y, además, evaluar cómo responden a la restauración las comunidades de plantas y animales.

Esfuerzo novedoso de preservación

Como señalan los promotores, este instrumento para la gestión ambiental se ha incorporado en distintos países, arrojando buenos resultados a la hora de hacer más eficiente el control de las compensaciones ambientales pagadas por las empresas. Además, se ha convertido en una herramienta para fortalecer la política pública ambiental en el desarrollo rural y la protección de los recursos naturales.

En el campo local, Mariana Sarmiento, gerente de Terrasos y administradora del banco de hábitat departamental, expresó que “encontramos una necesidad real en la región con todas las vías de cuarta generación, las líneas de trasmisión de Itüango, es decir, una confluencia de proyectos estratégicos para el país que van a detonar unas inversiones en materia de obligaciones como nunca antes se había visto".

"Con esto se busca que se puedan hacer diferentes acciones, no solamente de preservación, sino de conservación y de uso sostenible. Los bancos de hábitat no son islas, tienen que estar armonizados con todos los diferentes instrumentos de ordenamiento y gestión en los territorios. Eso significa que aquí hay un gana-gana de las entidades territoriales, las autoridades ambientales regionales y el sector privado con este mecanismo", expresó Johana Ruiz, funcionaria de la Dirección de Bosques, Biodiversidad y Servicios Ecosistémicos del Ministerio de Medio Ambiente.

En ese mismo sentido, Ana María Castaño Rivas, subdirectora de ecosistemas de Corantioquia, destacó la implementación de estos mecanismos como alternativa innovadora para el cumplimiento de las obligaciones ambientales. Resaltó el trabajo de la autoridad regional con la reciente creación de una mesa de trabajo para evaluar las formas de compensación en los territorios.

Posibilidades de los bancos de hábitat

Las inversiones ambientales elegibles para estos bancos de hábitat contemplan compensaciones por pérdida de biodiversidad, por aprovechamiento forestal, por sustracciones de reserva forestal, inversiones forzosas de no menos del uno por ciento y medidas de manejo por levantamiento de veda, son las inversiones ambientales elegibles para estos bancos de hábitat.

"Muy rápido vamos a lograr la restauración de 30 mil hectáreas y eso es una buena cifra cuando se ven las metas que históricamente ha tenido el país. Estamos hablando con gremios y regiones para decirles que se acojan al banco de hábitat. Hemos definido el ABC, preguntas frecuentes, una cartilla de cómo lo deben hacer. Hay una necesidad de poder dinamizar este ejercicio", dijo Rodrigo Suárez, director la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (Anla), quien sostuvo que estos mecanismos de compensación son reconocidos y reglamentados por el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible.

Según el Manual de Compensaciones del Componente Biótico cualquier proyecto que se desarrolle en las zonas hidrográficas o cercanas a estas puede elegir el banco de hábitat como lugar de compensación del componente biótico, solo con el condicionamiento que garantice la equivalencia ecosistémica.

Ana María Gómez, directora ambiental y predial de ISA Intercolombia, una de las empresas que genera mayor impacto en los bosques por sus operaciones en infraestructura para el transporte de energía, señaló la importancia de este mecanismo para la preservación de los ecosistemas. “Tenemos 10 mil kilómetros de redes operando por 350 municipios del país y la meta de compensar 12 mil hectáreas, de las cuales 11 mil son compensación por pérdida de la biodiversidad. Ese contexto es importante para entender la tarea tan grande que tienen las empresas. Queremos hacer una compensación con visión de largo plazo, que realmente aporte a las metas del país", dijo.

Esas acciones emprendidas por empresas como Isa y Terrasos, que están acordes con las políticas y públicas y a las que se vincula el sector académico, en este caso EAFIT, buscan, en definitiva, contribuir a garantizar la no pérdida neta de la biodiversidad (NPNB), mediante la aplicación de indicadores técnicos rigurosos, su monitoreo y seguimiento.

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Alejandro Gómez Valencia
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La imagen corresponde a la presentación del banco de hábitat en Antioquia, que se hizo en el desarrollo de la cátedra EAFIT Biodiversa.
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