Cuidar la economía para una reactivación estructural

Enero 26, 2022

La pandemia profundizó temas que estaban pendientes en la agenda económica mundial y trajo nuevos retos para reconstruir el tejido empresarial, comprender el futuro de las empresas y, sobre todo, proteger el empleo de las personas más vulnerables.

Diana Milena Ramìrez, Colaboradora Revista Universidad EAFIT.

Aunque todavía perturbados por lo que ha significado la aparición de la pandemia mundial en el año 2020, estudios, tendencias, debates y análisis intentan alumbrar el camino para curar la economía. Los efectos son devastadores y se han sentido con fuerza en miles de empresas y en millones de empleos, sobre todo entre las poblaciones más vulnerables. La situación ha removido también los focos de interés de la investigación.

No es simple pesimismo. Mientras los gobiernos, con mayores déficit presupuestales y niveles de deuda más elevados, se mantienen en una lucha desigual por cuidar la salud de los ciudadanos y se retan a reactivar sus economías y procurar que se recuperen, los efectos del COVID-19 son reales y profundos, como lo han empezado a evidenciar los diagnósticos que han emergido durante este 2021.

El Fondo Monetario Internacional (FMI), que prevé un crecimiento económico de 6 % para finales de 2021, luego de una contracción de -3,5% el año pasado, se ha mostrado preocupado porque se han ahondado las brechas mundiales entre las economías avanzadas y las emergentes, en razón de que la recuperación se ha dado en medio de una distribución desigual de las vacunas.

Bajo un escenario de mayor desigualdad, para los expertos es claro que el crecimiento económico global no será el único factor que determine la recomposición de los mercados y el bienestar de las personas.

Eso lo cree la academia y se ha registrado en análisis de prospectiva como El futuro de la sostenibilidad en las empresas, de Forética y el Consejo Empresarial Mundial para el Desarrollo Sostenible. “El grado en el que el bienestar y la estabilidad social dependen actualmente del crecimiento económico constante se ha convertido en una fuente de vulnerabilidad ante la pandemia del COVID-19”, señala el estudio.

Las investigaciones sobre la pobreza y la desigualdad, que antes de la nueva realidad mundial eran importantes, hoy tienen un mayor relieve. La razón, en el caso de los esfuerzos por poner fin la pobreza, es que esta lucha también tuvo un revés. La pandemia generó 124 millones de nuevos pobres en 2020, según  el Banco Mundial.

“Con la pandemia se acentuaron estos temas. En países como el nuestro o como Chile, en que las condiciones no eran las mejores, ese debate resurge con fuerza, aunado a la protesta social, por lo que se muestran como un tema de investigación interesante en torno a lo que es la desigualdad de la renta”, expresa Mauricio López, coordinador del Grupo de Macroeconomía Aplicada de la Universidad de Antioquia (U. de A.).

El empleo vulnerable

Otro asunto que suscita interés, al mismo tiempo que preocupación, es el futuro del empleo. Se necesitan luces para la recuperación de puestos de trabajo para los grupos de población que ya venían con problemas antes de la llegada del virus.

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) ha calificado el fenómeno de 2020 como “una disrupción sin precedentes en el mercado laboral”, pese a las medidas inmediatas de gobiernos, gremios y empleadores por preservar los puestos de trabajo y los ingresos de las personas.

“Si bien es cierto que estas medidas han sido esenciales para mitigar la crisis, todos los países han sufrido un pronunciado deterioro del empleo y de los ingresos nacionales, lo cual ha acentuado las desigualdades existentes y ahora se corre el riesgo de perjudicar de forma duradera a los trabajadores y a las empresas”, señala su informe de perspectivas para el empleo en 2021.

De acuerdo con este organismo, esta situación llevará a que en 2022 haya 205 millones de personas sin trabajo, cuando en 2019 esta cifra, que ya presentaba un déficit amplio, era de 187 millones.

Calle principal con una iglesia antigua de fondo y locales.

Hoy tienen alta relevancia las investigaciones sobre pobreza y desigualdad, las cuales se agravaron por los confinamientos y los efectos de los cierres de empresas y negocios por la pandemia. Foto: Róbinson Henao

 

“Toda la temática de empleo se desatendió. Quisimos salvar el existente y no moldear el del futuro. Por eso mantienen relevancia asuntos como las brechas de género, el desempleo juvenil y la situación laboral en general”, apunta Giovanni Montoya, catedrático de economía, finanzas y estrategia en la Universidad Católica de Chile y en otras universidades en Colombia. En el caso de los jóvenes, se señala que no solo es importante seguir estudiando las elevadas tasas de desocupación, sino los impactos en cuanto a la formación y la posibilidad de que esta población pueda acceder a su primer empleo.

“El inconveniente es que parte de los jóvenes sin formación académica o con poca formación vieron afectadas sus habilidades de trabajo en equipo y de expresión. La misma rectora de EAFIT, Claudia Restrepo Montoya, mencionaba que ello se vio en los resultados de las pruebas de Estado. Eso va a ser un inconveniente para que puedan incrustarse en el tejido empresarial”, dice Óscar Medina Arango, profesor del Departamento de Organización y Gerencia de la Universidad EAFIT.

De otro lado, la brecha de género, que en los últimos años ha cobrado bastante relevancia en los análisis, también se mantiene como un tema central de investigación, pero con un ingrediente adicional: el temor de que lo logrado para alcanzar la paridad se haya perdido.

Los constantes estudios sobre el empleo que se conocieron en 2020 mostraron una tendencia a que miles de mujeres en el mundo abandonaran sus empleos remunerados para dedicarse a las tareas del hogar, y ello se vio de manera paulatina en las crecientes tasas de desempleo de esta población.

En Colombia, por ejemplo, la tasa de desempleo de las mujeres en julio de 2021 fue de 26,2%, según el Departamento Nacional de Estadística (Dane); 10 puntos porcentuales por encima de la tasa registrada en los hombres, cuando en 2019 la brecha era casi de la mitad.

“La deslocalización del empleo puede incidir negativamente en que se amplíen las diferencias de los salarios entre hombres y mujeres, ampliando las brechas de género”. Óscar Medina Arango, profesor del Departamento de Organización y Gerencia de la Universidad EAFIT.

Empleo en personas vulnerables

Por su parte, también se requiere conocer el impacto sobre los trabajadores informales (en que es común encontrar migrantes, víctimas de la violencia y otras poblaciones vulnerables), que no solo vieron disminuidos sus ingresos como consecuencia de los confinamientos, sino que se presume tuvieron mayor afectación por el virus, dado que su actividad les impedía permanecer en el hogar.

“En América Latina son más fuertes los temas del mercado laboral y la informalidad. Preocupa bastante porque si bien antes eran importantes, con la pandemia nos dimos cuenta de que su relevancia es mayor como un tema determinante de la pobreza”, analiza el director del Grupo de Macroeconomía Aplicada de la U. de A.

Respecto a los empleos no calificados, hay inquietud de qué tanto la digitalización y la exigencia de nuevas competencias logrará que se mantengan enganchados o recuperen el empleo perdido. Si el Foro Económico Mundial había advertido que la desaparición de puestos de trabajo sería profunda en pocos años, lo que estiman los académicos es que el nuevo panorama mundial no hizo más que acelerar esta transformación.

“Como debates que emergieron con la pandemia se tiene el tema de la automatización y profesiones que están en riesgo de continuar en un futuro cercano. Urge estudiar más cuáles serían los empleos que se van a perder o van a ganar más fuerza a futuro”, añade el profesor Mauricio López.

La deslocalización del trabajo

Otro fenómeno que se ha acentuado en los últimos meses es la deslocalización del empleo, es decir, la afectación por la decisión de las empresas de trasladar su producción, buscando abaratar costos de producción.

De acuerdo con el profesor Óscar Medina Arango, de EAFIT, se estaba generando antes de la pandemia, pero hoy se está viendo incluso en economías emergentes y ya no por países o por estados, como ocurría en Estados Unidos, sino por regiones. “Se va a generar un desplazamiento de trabajos hacia otras partes que antes se limitaba a los centros de servicio al cliente o los centros médicos”, señala.

Asimismo, considera que la deslocalización puede incidir negativamente en que se amplíen las diferencias de los salarios entre hombres y mujeres. “En Estados Unidos, Francia, Países Bajos y Austria se estaba impulsando la publicación de los salarios, por los diferentes tipos de trabajo y los que se pagaban entre hombres y mujeres. Lo que ha ocurrido, por ejemplo en Estados Unidos, es que la medida ha hecho que algunas compañías dejen de contratar personas de los estados que lo han exigido, y lo dicen abiertamente”, añade el profesor Medina Arango.

La filosofía empresarial deberá tener en cuenta también las discusiones sobre la productividad y el equilibrio con el bienestar y la salud de las personas. “Ahora, cuando la pandemia se empieza a acabar y la mayoría de la gente está vacunada, muchos probablemente no van a regresar a la empresa. El fenómeno se está viendo en Estados Unidos, en donde se prevé que varias industrias y sectores tendrán dificultades para reenganchar al personal, lo que puede generar que se suban los costos”, dice Luis Fernando Mondragón, profesor de la maestría de Administración Financiera y de la maestría en Gerencia de Proyectos de EAFIT.

Un hombre estudiando los empleos en el futuro.

Es urgente estudiar cuáles serán los empleos que se van a perder o a ganar más fuerza en el futuro debido a la automatización de la producción empresarial. Foto: Shutterstock

 

El futuro de las empresas

Respecto a la situación de las empresas y la recomposición del tejido empresarial, además de los estímulos que se puedan generar desde el Estado, han emergido necesidades de estudiar los enfoques estratégicos en un contexto tan cambiante, las nuevas formas de producción, la orientación hacia el nuevo consumidor y la adaptación general a este escenario de mercado.

Mondragón dice que las empresas hoy se están preguntando qué hacer con su estrategia corporativa, ya que esta se desbarató con la coyuntura. “Las proyecciones que se tenían a cinco años desaparecieron. Hay una profunda
demanda para trabajar sobre el nuevo futuro y los nuevos escenarios para replantear la estrategia de los negocios.

Ello ocurre porque cambiaron las tres bases de la estrategia: mercados, productos y empresas”, señala. Así como las formas de trabajo plantean nuevos paradigmas acerca de la productividad, también hay debates sobre si es necesario que las empresas se enfoquen más en ser resilientes que eficientes, como una forma de ser sostenibles.

De hecho, se espera que las investigaciones contribuyan a mostrar casos de éxito en aquellas industrias que se adaptaron con rapidez a la adversidad. Si bien es cierto que la COVID-19 resintió a casi todos los sectores, las empresas también mostraron una capacidad de adaptación que se debe considerar en el nuevo entorno.

“La pandemia ha revelado la rapidez y contundencia con la que administraciones, empresas y sociedad pueden actuar cuando se percibe que existe una emergencia real. Debemos reconocer que no hemos visto unos niveles de adopción de medidas semejantes en lo que atañe a desafíos como el cambio climático, la biodiversidad y la desigualdad”, dice el estudio de prospectiva de Forética y el Consejo Empresarial Mundial para la Sostenibilidad.

Transformación digital

La industria 4.0 también se mantiene como un aspecto relevante de los estudios académicos en este período de pandemia, tanto para entender la adaptación a la tecnología como en la comprensión de la adopción acelerada por los confinamientos.

De la incorporación de machine learning, blockchane, data science, robótica y todos los temas de la Cuarta Revolución Industrial, llaman la atención los efectos que tendrán en las profesiones, como se mencionó, y las brechas que puede generar entre países con economías desarrolladas frente a las emergentes.

“La cuestión es cómo los países van a la par con las tendencias mundiales, a la luz de los desarrollos tecnológicos, teniendo en cuenta que están cambiando la forma de hacer las cosas, con un efecto inmediato en la calidad de vida. Lo que veo es que habrá más separación entre las economías desarrolladas y las emergentes; los nuestros seguirán siendo más lentos en la adopción de estas tecnologías y muy dependientes de las materias primas”, asegura el profesor Mondragón.

La reconfiguración de la empresa también tendrá que atender las nuevas prioridades de los mercados. Se cree que los consumidores han llegado a un nivel de consciencia importante sobre lo fundamental, como lo mostraron las firmas consultoras durante 2020 y que se mantiene como tendencia, pese a la apertura de las economías.

Las nuevas perspectivas y las conclusiones que emerjan de estas, en conjunto o por separado, podrán aportar a que se genere en el diálogo social y la cooperación internacional en que se enfocan los llamados para trabajar desde diferentes esferas para que los efectos de la pandemia sobre la economía no afecten más el empleo vulnerable ni a las propias empresas.

Categoría de noticias EAFIT
Sección de noticias EAFIT
Bloque para noticias recomendadas

Con juegos se estimula el espíritu emprendedor

Septiembre 10, 2020

Investigaciones que se preguntan por cómo desarrollar habilidades y competencias que impulsen la innovación y el emprendimiento han llevado al diseño de estrategias didácticas en diversos formatos: formas lúdicas para aprender a pensar en nuevos negocios.

Laura López Alzate, Colaboradora.

Camilo, un joven de familia caficultora, recibió el día que cumplió 17 años una caja de su abuelo Miguel que contenía una carta y un juego. En la misiva le manifestaba: “¿Quién mejor que tú para continuar esta tradición cuando ya no esté? Quisiera que no olvides todo lo que has aprendido aquí. Que cuando compartas una taza de café con tus compañeros de estudio les enseñes todo lo que hay detrás de ella [...] Esta caja contiene un juego que he diseñado para ti. Pruébalo con tus amigos, [...] haz que aprendan de corazón para ser embajadores de nuestra propia cultura y hablar así desde el ejemplo con un idioma universal: las emociones”.

Esta fue la base que inspiró a Innovación y Emprendimiento EAFIT, área adscrita a la Escuela de Administración, a crear Cafet, un juego de cartas en el que el reto es conformar 12 diferentes empresas relacionadas con la industria cafetera, entre ellas una cooperativa, una trilladora, una exportadora y una tienda.

Con esta dinámica, los jugadores deben aprender a observar y a definir estratégicamente la mejor manera de hacer sostenible un negocio de café. Asimismo, invita a la elaboración de 12 recetas con cinco ingredientes.Estudiantes de intercambio de Australia, de la Empresa de Desarrollo Urbano de Medellín, los colegios Fontán y Montessori, la Unidad Educativa Católica La Victoria, la Universidad Particular de Loja, la Pontificia Universidad Católica (estas tres últimas instituciones de Ecuador) y la Universidad Mariano Gálvez, de Guatemala, validaron el juego y destacaron esta herramienta como contribución al aprendizaje de la industria cafetera.

Cafet busca el desarrollo de cinco habilidades innovadoras: experimentar, asociar, observar, interrogar y trabajar en red. 

Hombre en una oficina con dos computadores y en una reunión virtual con 4 personas.

La estrategia está alineada con las demandas actules del entorno global. Foto: Róbinson Henao

 

Estas habilidades han sido trabajadas en el ámbito internacional por autores como Jeffrey Dyer, Hal Gregersen y Clayton Christensen en el libro El ADN del Innovador que describe los hábitos de personas como Steve Jobs y otros grandes revolucionarios en esta materia. “Este juego aborda problemáticas del sector cafetero como exceso de agua, contaminación y relevo generacional. También sondeamos que muchos chicos no conocen la industria del café ni sus actores, a pesar de que están en un país productor”, señala Jorge Hernán Mesa Cano, coordinador académico de Innovación y Emprendimiento de la Escuela de Administración de la Universidad EAFIT.

Oportunidades para el sector

Pero el desarrollo de Cafet no ha parado, ahora se presentó al Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación (Minciencias) para una segunda fase. Este  proyecto,  enmarcado  en  una  convocatoria  en  asocio  con  la  Gobernación de Antioquia para fortalecer la formación virtual en el departamento, contempla el desarrollo de dos productos principales: un MOOC (Massive Open Online Course) alrededor del emprendimiento y la transformación del café, y el juego que será llevado a versiones web, app, realidad aumentada y realidad virtual.

Para esto se unieron cuatro actores: el Grupo de Investigación en Desarrollo e Innovación en Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (Giditic), con la participación del profesor Helmuth Trefftz en el tema de realidad aumentada; el Semillero de Realidad Virtual y Videojuegos; una empresa experta en el desarrollo de videojuegos, Medea Interactiva; y el Grupo de investigación, Innovación y Empresarismo (GUIE) de la Escuela de Administración de EAFIT.

“En el juego tradicional de cartas hay que estar junto a las otras personas para jugarlo, pero estamos buscando que personas en otros lugares puedan conectarse. Los jóvenes buscan competir de una manera sana, por eso se realizan este tipo de juegos serios bajo el concepto de gamificación. Con las plataformas tecnológicas se pretende entregar una experiencia adicional al juego de cartas. Cafet estará disponible en realidad virtual, en donde se pueden ver avatares en representación tridimensional. Además, se evaluará en cuál de las diferentes plataformas la gente se  siente  más  motivada”, afirma Helmuth Trefftz, coordinador del Laboratorio de Realidad Virtual.

Minciencias y EAFIT aportan cerca de 700 millones de pesos para este proyecto. El MOOC, desarrollado con la colaboración del Centro para la Excelencia en el Aprendizaje (EXA) y el Centro Multimedial de EAFIT, se publicó en la plataforma Miríada X. Allí se consolidó un material alrededor de las habilidades innovadoras y el café. Este curso fue validado a finales de 2019 y tuvo 1060 personas inscritas de 35 países.

“El punto es cómo los juegos nos están permitiendo formar a los chicos de una manera diferente pero, adicional, nos está facilitando a los profesores investigar sobre estas temáticas.De hecho, presentamos un paper ante el Consejo Latinoamericano de Escuelas de Administración (CLADEA) en 2019 mostrando las actividades que se vienen realizando alrededor de los juegos y parte de la propuesta que se le hizo a Minciencias es que debemos presentar papers a revistas indexadas”, indica Jorge Hernán Mesa.

Para Rubén Betancur Sierra, gerente de Medea Interactiva, este trabajo ha enriquecido aún más un producto valioso como Cafet que tiene un enfoque de emprendimiento que integra la visión y capacidad de potenciar el conocimiento de la cultura cafetera en entornos de juegos físicos y al que la empresa le ha aportado en el desarrollo de serious games (videojuegos que buscan enseñar, comunicar y transformar).

“La sinergia entre lo empresarial y lo académico es clave para generar mejores empresas, mejores productos y mejor academia. Cada uno aporta su mirada desde una perspectiva que tiene puntos en común, pero también enfoques y acentos diferentes. Cuando se logra una colaboración como la que hemos tenido entre EAFIT y Medea Interactiva se gana en aprendizaje, en procesos, en resultados y en conocimiento. Además, se disfruta hacerlo”, manifiesta Betancur.

Los juegos fueron diseñados junto al Semillero de Investigación en Innovación y Emprendimiento y el Club de Innovación EAFIT, espacio extracurricular que reúne a estudiantes y profesores.

Nuevo modelo para aprender

El juego Cafet hace parte de todo un nuevo modelo para el aprendizaje. Innovación y Emprendimiento de la Escuela de Administración empezó en 2015 a cuestionarse acerca de  las  nuevas  maneras  de  aprender  de  los  jóvenes  y  la importancia de estimular en ellos la motivación para desarrollar habilidades y competencias.
Fue así como en equipo con el Centro para la Excelencia en el Aprendizaje de la Universidad (EXA) desarrolló una manera distinta de enseñar los temas de emprendimiento e innovación en la asignatura Iniciativa y Cultura Empresarial que recibe 1800 estudiantes al año y hace parte de las materias obligatorias en los planes de estudio de todos los pregrados de EAFIT. Después de investigar y conocer mejor esas necesidades de la juventud, se llegó a la construcción de una metodología de aprendizaje activo con un enfoque de aula invertida.

Cielo de fondo y mujer con las manos levantadas y unas gafas de realidad virtual.

El juego se produjo con financiación de EAFIT y Minciencias. Foto: Pixabay

 

Pero, ¿qué significan estos nuevos conceptos incorporados al aula? Jorge Hernán Mesa Cano explica que antes el docente era quien tenía el conocimiento y el saber de todo, pero con la metodología de aprendizaje activo lo que se busca es que oriente a los estudiantes, establezca acuerdos y reglas de trabajo.

Aquí, los alumnos toman una posición más activa, comienzan a vivir actividades que les brindan experiencias con un aprendizaje distinto.

“El juego es una actividad inherente al ser humano y los niños aprenden mediante esto a socializar, compartir. En esta etapa universitaria lo que se busca es que ese estudiante aprenda y refuerce competencias y habilidades con ciertos juegos. Por ejemplo: uno de roles permite identificar cómo es una persona en comunicación y argumentación. En los juegos que diseñamos buscamos que aprendan los actores del ecosistema y que sea de una manera divertida para que esté motivado en la clase. Con un chico motivado, esa disposición a aprender es más alta que en la manera tradicional”, detalla Mesa Cano.
Esta estrategia de aprendizaje, que pone al estudiante en el centro del proceso formativo, propició el desarrollo de juegos de mesa y de roles, así como la articulación de historias de emprendedores de EAFIT en diversos formatos narrativos, con el fin de fortalecer habilidades sociales y facilitar la apropiación de conocimiento a través de actividades que se ajustan a las nuevas generaciones y a su manera de aprender

Aprendizaje en espacios interactivos

Las herramientas lúdicas fueron diseñadas bajo el concepto de “juegos serios”, caracterizados por tener un propósito formativo más allá del entretenimiento, como es el caso de los robots de Lego y otras líneas didácticas creadas en el mundo.

El concepto surgió en la década de 1970 con la popularización de estos juegos y en el siglo XXI el término ha tomado auge por los avances tecnológicos impulsados por las plataformas virtuales y de simulación como los videojuegos.

Sumado a lo anterior, el concepto de aula invertida se relaciona con el acondicionamiento de espacios en el campus universitario que permiten a los estudiantes tener experiencias interactivas y construcción de conocimiento colaborativo, por medio de herramientas tecnológicas y mobiliario que facilitan el trabajo en equipo.

“También, desde hace tiempo hemos venido incursionando en el tema del desarrollo de novelas, casos pequeños de emprendedores que pasan por el espíritu emprendedor. Asimismo, comenzamos a usar cómics. Lo que hicimos fue complementar esto con una serie de juegos de roles y cartas, novelas para los casos, videos, y logramos incorporarlos en la enseñanza del emprendimiento. Adicional, hicimos una investigación transversal antes de entrar los chicos al curso y luego los diagnosticamos a través de una encuesta. Esto lo hemos hecho desde hace cinco años”, detalla Jorge Hernán Mesa.

Reconocimiento internacional

Estos  cambios  en  la  metodología  y  el  enfoque  permitieron postular el proyecto al Premio Internacional a  la  Innovación, un  concurso  de  la  acreditadora  internacional EQUAA que se realizó en Brasil en 2019.

Con esta iniciativa, que se denominó Innovación en la educación emprendedora: alineando nuevas metodologías de aprendizaje activo, desarrollo de competencias e investigación aplicada, EAFIT ganó el primer lugar en Colombia en metodologías novedosas para la enseñanza del emprendimiento.Uno de los premios fue ser parte del libro Casos de innovación en educación superior que compila las mejores experiencias presentadas a ese concurso. Además, el derecho a asistir a la Universidad La Salle, en Barcelona, a una semana de capacitación en temas de innovación.

“Este es un reconocimiento a lo realizado por el Centro para la Excelencia en el Aprendizaje, el Grupo de Investigación Información y Gestión, liderado por el profesor Izaias Martins Da Silva, el Grupo de investigación Innovación y Empresarismo de EAFIT. Los juegos han sido diseñados de la mano con el Semillero de Investigación en Innovación y Emprendimiento y el Club de Innovación EAFIT, espacio extracurricular que reúne a estudiantes y profesores alrededor del emprendimiento”, expresa Jorge Hernán Mesa.

De esta forma, la Escuela de Administración desarrolla productos con herramientas propias de la Cuarta Revolución Industrial y enfocadas en la transferencia de conoci-miento para impactar a las nuevas generaciones en una de las habilidades más importantes de la educación del siglo XXI: emprender.

Categoría de noticias EAFIT
Sección de noticias EAFIT
Bloque para noticias recomendadas

Propuestas a la agenda de La Habana siguen vigentes

Septiembre 10, 2020

Investigadores de EAFIT hicieron propuestas sobre posesión de la tierra, cultivos ilícitos, narcotráfico, representación política, derechos humanos, reinserción y justicia transicional. Todas apuntaron a resolver problemas estructurales del Estado y no solo a facilitar la desmovilización de las Farc. 

Javier Arboleda García, Colaborador.

El desarrollo rural y la formalización de la propiedad, la integración política de la periferia, los cultivos ilícitos y la cadena criminal del narcotráfico, la aplicación de una justicia transicional con sus cuatro pilares (verdad, justicia, reparación y garantías de no repetición) y un proceso de desmovilización con garantías y oportunidades para los excombatientes siguen siendo temas que el país tiene pendiente resolver.

Y esos aspectos, groso modo, siguen vigentes y son el centro aún de las propuestas que un equipo de investigadores de la Universidad EAFIT, con el apoyo de Proantioquia y la Asociación Nacional de Industriales (ANDI), elaboró en el marco de la negociación política con la entonces guerrilla de las Farc (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia), todas compiladas en un libro académico titulado Contribución de la Universidad a la agenda de La Habana.

Jorge Giraldo Ramírez, exdecano de la Escuela de Humanidades y coordinador de ese trabajo, dice que pese a todas los bemoles y los tropiezos que ha tenido la implementación de los acuerdos, las propuestas siguen vigentes porque son asuntos que el país debe resolver por encima de la consideración de si existen o no existen las Farc o cualquier otro grupo armado.

Esos temas “hacen parte del repertorio acumulado para la resolución de esos problemas pendientes”. Por eso, la Universidad los agrupó en dos partes: la primera, relacionada con las propuestas y, la segunda, con su implementación y las reformas institucionales que deben aplicarse sin que impliquen grandes modificaciones a la Constitución, sino que sean viables desde el punto de vista político, fiscal, económico e institucional.

A juicio del exdecano, son desafíos que van a la raíz de un problema estructural como el de la tierra que, en su opinión, es transversal y siempre ha generado conflictos entre los colombianos, no ahora sino desde hace dos siglos.

El buen desarrollo de los proyectos productivos de los excombatientes de las Farc, como artesanías o alimentos, son clave para la permanencia de ellos en los términos del Acuerdo de paz. Foto: Róbinson Henao.

 

Una visión integral

Las investigaciones y el trabajo realizado por unos 30 académicos de las escuelas de Humanidades, Derecho, Administración, y Economía y Finanzas se destinó a formular propuestas concretas para asuntos puntuales como el desarrollo productivo en zonas afectadas por el conflicto, el fortalecimiento institucional, la participación y la representación política, y un modelo de aplicación de la justicia transicional.

Es un trabajo analítico que incluyó preguntas, escenarios, evaluación de capacidades, costos, consecuencias políticas y económicas, y recomendaciones sobre cómo llevar a la práctica las propuestas no solo con la intención de que el proceso de paz tuviera éxito y evitara los errores cometidos en otras negociones (al menos las que se dieron desde 1982) sino que pudieran resolver problemas estructurales del Estado.

Una cifra importante que reveló esa investigación, según el Centro de Investigaciones Económicas y Financieras (Cief), de EAFIT, es que el Estado debería garantizar en los próximos años unos 90 billones de pesos para financiar esos proyectos.

“No fue una cifra caprichosa sino producto de un trabajo juicioso, basado en las reales capacidades del país, sin que ese rubro fuera a representar un descalabro económico”, advierte Giraldo Ramírez.

Ese trabajo, elaborado durante casi los tres primeros años de la negociación (2012 a 2014), se metió en la parte técnica del asunto porque era importante mostrar la viabilidad, institucional y financiera, y la capacidad humana de llevar a cabo esas tareas.

El problema de la tierra es transversal en la vida nacional y ha generado conflictos entre los colombianos no ahora, sino desde hace dos siglos.

Las propuestas

Aunque son muchas las propuestas compiladas en el libro Contribuciones de la Universidad a la agenda de La Habana, el exdecano hace énfasis en algunas de ellas por su importancia y vigencia.Explica que una falla de la negociación es que el país se haya quedado sin una ley de tierras, como lo propuso el grupo académico en la reforma rural integral que planteó como principio del fin de ese problema.

El 60 % de la tierra apta para agricultura en Colombia está subutilizada y el 66 % dedicada a pastos corresponde a un uso inadecuado, aparte de que los derechos de propiedad son difusos, dice el informe de EAFIT.

La Universidad propuso poner en marcha un sistema de información catastral, “integral y multipropósito que, en un período de siete años, formalizaría y actualizaría dicha información, iniciando por las zonas priorizadas en razón de su abandono, sus niveles de pobreza y su grado de afectación por el conflicto”.

Esa información permitiría emprender acciones para superar la pobreza rural, generar desarrollo en el campo y llevar el Estado al territorio.

Otra propuesta fueron las Circunscripciones Temporales Especiales de Paz (CTEP) que buscaban que los municipios priorizados en razón del trabajo sobre la tierra también tuvieran representación ante instancias superiores del Estado, en razón de su nivel de afectación por el conflicto.

Eran 16 CTEP que, a su vez, creaban igual número de distritos electorales, con un representante por cada uno, para que tuvieran un peso político uniforme, que cobijara no solo un territorio sino un segmento poblacional, como los jóvenes (los más vulnerables en el reclutamiento forzado), las mujeres, los afrodescendientes y los indígenas.

Esa propuesta también incluía una reforma al sistema electoral, sobre todo en su mecánica, con la idea de que situaciones como el voto nulo no afectara tanto una elección, pues es sabido las complicaciones que trae, en muchas ocasiones, el manejo de algunos tarjetones.

Narcotráfico

Basados en que las zonas de influencia de las Farc eran las de mayor presencia de cultivos ilícitos, los investigadores analizaron todas las aristas del narcotráfico para estructurar propuestas que pudieran ser certeras en el ataque a toda su cadena productiva (siembra, transformación y exportación).

“El principal problema no son los cultivos sino la poca capacidad del Estado para llevar alternativas y erradicar la pobreza en esos territorios", piensa Giraldo Ramírez, en alusión a que la intervención y sustitución deben acompañarse de seguridad y alternativas rentables para los campesinos.

La compilación de la investigación agrega que “en la lucha contra el narcotráfico existe evidencia de una mayor efectividad de políticas orientadas a eslabones específicos de la cadena.

En particular, a aquellos donde se genera más valor agregado, como la transformación en cocaína y la comercialización". Un punto importante de financiación del posacuerdo podrían ser todos los recursos provenientes de las acciones, inclusive, contra el lavado de activos.

 

La investigación incluyó preguntas, escenarios y recomendaciones. Foto: Róbinson Henao.

 

Pero, para ello, el país debe hacer esfuerzos en la articulación entre Policía, Ejército, fiscales y jueces, “por cuanto es allí donde se logra garantizar la efectividad de las medidas".

Así se priorizaron los municipios

El documento de EAFIT planteó propuestas concretas y, para llevarlas a feliz término, las puso en perspectivas sobre unos municipios en los que era inminente y prioritario intervenir: 177 que demandaban atención urgente, 113 alta y 13 moderada, para un total de 303 de los 1123 que tiene Colombia.

 

La metodología analizó cada municipio sobre tres variables:

Afectación por el conflicto

Homicidios, masacres, desapariciones, vinculación de niños a grupos armados, desplazamiento y expulsión.

Abandono

Transferencia per cápita a lo que se invierte para educación y salud, tasas de crecimiento en educación y salud, inversión en el sector agropecuario, número de estudiantes por docente, número de puestos de salud y necesidades básicas insatisfechas.

Debilidad institucional

Desempeño fiscal, notarías por número de habitantes, empleados bancarios, riesgo electoral y presencia de las guerrillas de las Farc y el ELN.

Icono Scroll
Desmovilización y justicia transicional

Giraldo Ramírez explica que una base para las propuestas era el consenso que había en la necesidad de garantizar una desmovilización exitosa y un tránsito expedito a la vida civil de los excombatientes.

Para ello se diseñaron propuestas relacionadas con el desarrollo en las regiones afectadas por el conflicto, con propuestas económicas viables y con un creciente fortalecimiento institucional.

Y frente a la aplicación de la justicia transicional el trabajo plantaba la necesidad de la petición del perdón, la reparación integral de las víctimas y las garantías de no repetición.Esas propuestas acogían temas tan fundamentales como medidas de reparación colectiva, de rehabilitación psicosocial, de restitución de tierras, garantías de no repetición y el compromiso con el respeto a los derechos humanos.

Hoy, Giraldo Ramírez espera que la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), como se planteó en el documento, imponga sanciones que propendan por la restauración de lazos sociales y la reparación de los daños causados.

El documento planteó la necesidad de que las condenas, ahora responsabilidad de la JEP, “satisfagan los reconocimiento de responsabilidad, contribución con el esclarecimiento de la verdad y se comprometan con la no repetición de los actos violentos”.

En conclusión, el exdecano plantea que pese a que el acuerdo se firmó hace más de tres años y a que su implementación ha sido lenta, las propuestas planteadas desde EAFIT no solo apuntan al caso específico de las Farc, sino a problemas estructurales del Estado que, tarde o temprano, tendrán que resolverse.

 

Categoría de noticias EAFIT
Sección de noticias EAFIT
Bloque para noticias recomendadas

Investigación alineada con tendencias globales

Septiembre 10, 2020

La transformación digital, la desigualdad y los Objetivos de Desarrollo Sostenible constituyen tres de los ejes predominantes en los trabajos académicos de vanguardia en las áreas económicas y administrativas.

Diana Milena Ramírez Hoyos, Colaboradora.

Varios niños en medio de una construcción de una casa haciendose señas.

Las transformaciones en el mundo del trabajo y de las formas de gestión organizacional son campos donde la investigación académica fija en forma permanente sus ojos. Foto: Juan Gonzalo Betancur

 

La primera década del siglo XXI dio la razón a quienes anticipaban que la era de la información llegaría cargada de nuevos fenómenos y complejidades que cambiarían la forma de habitar y comprender el mundo. Los indicios de estas transformaciones aparecieron de la mano de las fórmulas de la prospectiva y la identificación de diversas megatendencias que hoy la ciencia busca explicar.

Al paso que van consolidándose como realidades, las megatendencias también imponen nuevas agendas en las investigaciones académicas que se realizan en las áreas de la economía, las finanzas y las empresas que hoy se ocupan con mayor rapidez de identificar y resolver múltiples problemas que afectan a las personas y a las organizaciones.

“Más que un aspecto coyuntural, estamos viviendo una profunda crisis medioambiental, por un lado, pero también un serio cuestionamiento a las instituciones, sobre todo formales, que no han podido dar respuesta a los grandes problemas de nuestras sociedades. Por tanto, comenzar a ofrecer respuestas fundadas en investigación seria es muy relevante. El management y la economía tienen mucho que aportar”, destaca el profesor José Ernesto Amorós, líder de doctorados del Instituto Tecnológico de Monterrey.

La conciencia de estas urgencias y de las necesidades todavía sin resolver llevaron a que en el documento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, suscrito por Naciones Unidas como continuación de los Objetivos del Milenio, se incluyera el de “garantizar el acceso a una energía asequible, segura, sostenible y moderna para todos”.

Al respecto, el decano de la Escuela de Economía y Finanzas de EAFIT, César Eduardo Tamayo Tobón, dice que no es que las ciencias económicas no se hubiesen preocupado antes por los grandes problemas del mundo, sino que hoy los atienden más rápido porque se dispone de más herramientas.

“Contamos con acceso a más información y mejores métodos de investigación, por lo que podemos tener esa flexibilidad de identificar los problemas más apremiantes de las sociedades y tener unos resultados con algo de oportunidad”, destaca.

Otra de las características de la nueva agenda de investigación es que los estudios se están haciendo en compañía de otras disciplinas. “Todas ellas tienen una característica en managment, y es que se vienen haciendo investigaciones inter y multidisciplinarias en donde la participación de las ciencias sociales y humanas es muy importante”, explica el decano de la Escuela de Administración de EAFIT, Ricardo Uribe Marín.

La transformación digital

Con base en las nuevas realidades impuestas por las megatendencias, un tema de primera línea para los investigadores en las áreas económicas y administrativas es el de la transformación digital, producto de la Cuarta Revolución Industrial. Sobre este campo, los estudios ponen atención en las formas en que se transforman las empresas, debido a los cambios que introducen las nuevas tecnologías en la producción, comercialización y consumo.

“En los últimos años la transformación digital ha modificado algunos fundamentos de las relaciones entre actores económicos. Los consumidores que se convierten en productores, los productos que se consumen como servicios. La inteligencia artificial, las criptomonedas, las brechas de habilidades, y la disponibilidad y análisis de datos masivos, entre otros, representan retos no solo para las empresas y los gerentes, sino también para los investigadores”, señala Juan Fernando Vélez Ocampo, coordinador académico de la maestría en Administración de la Universidad de Antioquia.

El mundo económico del trabajo también despierta el interés de la ciencia, debido a que una consecuencia de la Cuarta Revolución es la destrucción y creación de nuevos perfiles ocupacionales. El informe El futuro del trabajo, del Foro Económico Mundial, advierte que para 2022 se perderán 75 millones de empleos en las 20 principales economías, al tiempo que se crearán 133 millones.

“La Cuarta Revolución Industrial, la robótica, la inteligencia artificial, generarán cambios profundos en los mercados de factores productivos y, en especial, del trabajo, que requerirán atención teórica”, asegura Jesús Botero, economista y profesor de EAFIT. El académico añade que otro campo de interés para los teóricos, producto de los cambios mencionados, es el cambio de rol de las empresas en los diferentes entornos donde se desarrollan los negocios.

Como bien lo anota el Foro Económico Mundial, el papel de las empresas en la sociedad tendrá que cambiar, para adaptar a nuevos entornos y a nuevas preocupaciones, y en este sentido vendrán grandes discusiones sobre lo que se denomina stakeholder capitalism o capitalismo de las partes interesadas”, explica.

De igual forma, el big data y la analítica acaparan buena parte de los estudios, en virtud de que se están volviendo claves en las decisiones estratégicas de las compañías. “Se trata de convertir esos datos en información pertinente que le permita a la alta gerencia tomar unas decisiones estratégicas, tácticas y operativas, acordes con las demandas del entorno”, asegura el decano de la Escuela de Administración de EAFIT, Ricardo Uribe Marín.

Economistas y administradores realizan estudios relevantes en bioeconomía, economía circular y crecimiento verde para hallar fórmulas de financiamiento público y privado para prevenir, mitigar y adaptarse al cambio climático.

La desigualdad y la distribución del ingreso

Aunque no es un tema nuevo, sobre todo en América Latina, la desigualdad también vuelve a generar hoy múltiples trabajos de investigación, orientados en buscar cómo resolverla y mitigarla con políticas públicas efectivas.

“Desigualdad no solo en los ingresos, que es la más conocida, también hay otras fuentes de desigualdad que son importantes y se están estudiando, como el acceso a servicios de salud, de  educación,  de  seguridad,  de  justicia y en el mercado de trabajo. Es un fenómeno que es tradicional, pero recibe atención por épocas”, apunta el decano de la Escuela de Economía y Finanzas de EAFIT, César Eduardo Tamayo Tobón.

En este tema cobran fuerza los estudios dedicados a la evaluación de impacto que, según la Cepal, consiste en la medición de los cambios en el bienestar de los individuos que pueden ser atribuidos a un programa o a una política específica.

Muestra de lo anterior son las investigaciones que les valieron el premio Nobel de Economía a los investigadores Banerjee, Duflo y Kremer en 2019, orientados a determinar la efectividad de los programas que apuntan a aliviar la pobreza global.

Sumada a la desigualdad, el profesor Jesús Botero resalta la relevancia que en los últimos años viene acaparando el estudio académico sobre la distribución del ingreso, como una consecuencia de la recesión de 2008 que permitió hacer visible la tendencia a la concentración del ingreso entre los más ricos.

“Si hasta ese momento la abundancia de crédito en las sociedades desarrolladas generaba la sensación en las personas de que podrían conseguir aquello que se propusieran, la crisis financiera desnudó la pobreza de oportunidades para la gente del común y empezó a hacer visibles profundas asimetrías en la capacidad de enfrentar condiciones difíciles entre los extremos de la escala de ingresos: mientras aquellos de altos niveles han logrado mantener la tendencia creciente en sus ingresos, a pesar del bajo desempeño económico, los ingresos de los estratos medios y bajos se han estancado o, incluso, en algunos casos, disminuido”, expresa el académico.

Hombre caminando en una empresa de electricidad.

La tendencia hoy es que las empresas contribuyan a la generación de riqueza social y se vinculen a grandes procesos de desarrollo. Foto: Juan Gonzalo Betancur

 

Asimismo, y en especial en los estudios sobre administración, la igualdad de género también empieza a ser un foco de interés para los investigadores, sobre todo por las condiciones de empleabilidad de las mujeres respecto a los hombres. “Nos preguntamos cómo hacer para que se cierre la brecha salarial y que la mujer tenga más participación en la alta dirección y en la gerencia de las organizaciones”, dice el decano Ricardo Uribe.

El cambio climático

Es una megatendencia que despierta gran interés entre los economistas y administradores, cuyos académicos están llevando a cabo estudios relevantes en bioeconomía, economía circular, crecimiento verde, que se orientan a estudiar las formas de financiamiento público y privado para la prevención, mitigación y adaptación al cambio climático.

“Es lo que se conoce como finanzas verdes o sostenibles que busca mecanismos de financiación de los esfuerzos para la adaptación de cambio climático o fenómenos naturales”, indica el decano Tamayo.

En este espectro caben los retos que abordan los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible.

“Se estudia, sobre todo, cómo desde el ámbito de los agentes económicos se está haciendo algo para fomentar el desarrollo sostenible y la generación de valor compartido”, apunta el profesor José Ernesto Amorós, del Tecnológico de Monterrey.

Los retos que se avecinan

Los académicos también resaltan el interés creciente en temas como las migraciones, en virtud de la cantidad de personas que se han refugiado en otros países huyendo de conflictos internos por asuntos económicos o sociales, en particular en América Latina y Europa.El decano de Economía y Finanzas de EAFIT, César Eduardo Tamayo, anota que “este tema es importante porque tiene efectos sobre todas las cosas que nos importan, como los mercados laborales, los servicios de salud, de seguridad ciudadana y demás”.

De otro lado, el profesor Vélez Ocampo llama la atención sobre el interés que suscitan hoy los nuevos enfoques para el estudio de teorías y modelos de administración que fueron desarrollados principalmente en Estados Unidos y que dejaron por fuera otras geografías.

“En ese punto veo una oportunidad para que investigadores en ciencias sociales interesados en fenómenos administrativos basen sus estudios en evidencias empíricas. Por ejemplo, en países de mercados emergentes, en países menos desarrollados, en comunidades indígenas y tribales, e incluso en comunidades digitales. Estas nuevas geografías podrían extender, refinar o proponer nuevos enfoques teóricos que nos lleven a comprender mejor la administración y sus implicaciones en diferentes niveles de análisis”, sugiere el académico.

Otros asuntos que determinan la investigación académica entre los teóricos de las ciencias económicas y  administrativas son la psicología del comportamiento, la productividad como un motor de crecimiento –pese a no ser un enfoque nuevo, pero sí determinante por el estancamiento general de la economía–, la educación y la exclusión financiera y, además, la sostenibilidad de las finanzas públicas.

Todos los enfoques, sin duda, están relacionados con la necesidad de que estas disciplinas puedan dar respuestas a las sociedades sobre los cambios que complejizan el habitar el mundo en el siglo XXI.

Categoría de noticias EAFIT
Sección de noticias EAFIT
Bloque para noticias recomendadas

La verdad de las niñas, niños y jóvenes sobre el conflicto

Septiembre 10, 2020

La Comisión de la Verdad recorre Colombia reconstruyendo lo que pasó en más de medio siglo de conflicto armado. Un manifiesto liderado por Universidad de los Niños EAFIT permitió a menores de edad del país expresar sus puntos de vista y anhelos sobre el fin de la confrontación. 

Andrés Felipe Giraldo Cerón, Colaborador.

Sube a la tarima, levanta la mirada y se encuentra con cerca de 700 personas que esperan su voz. Ahora es un adulto ante un micrófono, pero su relato es el del niño de 7 años que fue y que sobrevivió a la masacre realizada por el Ejército Nacional en las montañas de Pueblo Rico, Suroeste de Antioquia, en el año 2000. Jorge Eliécer Arboleda habla de sus dos hermanos menores asesinados ese día y de su familia desintegrada.

También se refiere a los 74 menores de edad que res meses después, murieron en una operación militar en el Nororiente de Colombia cuando hacían parte de una columna de las Farc, grupo guerrillero que los había reclutado.

Antiguos enemigos se sentaron juntos en el evento. Foto: Róbinson Henao.

 

Los asistentes lo escuchan, entre ellos funcionarios del Estado, líderes sociales, estudiantes, víctimas y victimarios. También hay niñas, niños y jóvenes que vinieron con historias desde lugares tan distantes entre sí como Soacha, Tumaco, Cali, Currulao y Caloto.

Están en el tercer Encuentro por la Verdad, un evento organizado por la Comisión de la Verdad en Medellín para reflexionar sobre los impactos de la guerra en la vida de generaciones de menores de edad.

Algunos de los asistentes tienen en sus manos el Manifiesto por la Verdad, un documento que le entregarán a los comisionados que presiden el evento.

El texto fue elaborado a finales de noviembre de 2019 bajo el liderazgo de la Universidad de los Niños EAFIT (Uniños EAFIT) y organizaciones sociales de Medellín con el objetivo de reconocer que niñas, niños y jóvenes han sido víctimas del conflicto armado, escuchar sus voces y hacer recomendaciones a todos los actores involucrados en la confrontación para garantizar la no repetición de los hechos.

En el encuentro también están Daladier Rivera, mayor retirado del Ejército, quien aceptó que bajo su mando se cometieron ejecuciones extrajudiciales, es decir, asesinatos fuera de combate que violan el Derecho Internacional Humanitario; Freddy Rendón (conocido como El Alemán), antiguo comandante del Bloque Élmer Cárdenas de las Autodefensas Unidas de Colombia; y Rodrigo Londoño (apodado Timochenko), excomandante de la antigua guerrilla de las Farc y hoy presidente del partido político que crearon tras la dejación de las armas. Están para escuchar, pedir perdón, reconocer sus errores y comprometerse con la no repetición de la violencia. Ellos también leen el manifiesto de los niños.

"Los perdono porque me pongo en su lugar"

Esta frase la escribió Liset Jiménez de 17 años. El manifiesto contiene también cartas de niñas, niños y jóvenes para la sociedad, las víctimas y los victimarios. En otro párrafo dice: “Espero que, así como yo tomé su lugar por unos minutos, ustedes también tomen el lugar de las víctimas y les pidan perdón y se perdonen a ustedes mismos".

El manifiesto tiene un poco más de 30 páginas e incluye historias de menores y adultos que sufrieron toda la barbarie del conflicto armado, atropellos y violaciones a sus derechos humanos fundamentales.Según Sinthya Rubio, coordinadora de los enfoques Curso de Vida y Discapacidad de la Comisión de la Verdad, el objetivo del manifiesto es “promover una reflexión sobre lo que ha sucedido con varias generaciones de niños en el marco del conflicto y pensar qué deberíamos hacer para que no se repita”.

En el texto se incluyen algunos relatos que sirvieron para que los autores se prepararan antes de comenzar su redacción, como lo afirma José Zapata, participante de Universidad de los Niños: “Escuchamos lo que han vivido y sufrido. Eso me ayudó a conocer otra mirada del conflicto. Por ejemplo, yo pensaba que no tenía nada que ver con la ciudad, que solo había pasado en el campo; pero luego me enteré que muchas personas que viven aquí, o sus familias, eran desplazados”.

La preparación de los participantes se realizó a través de un taller. Según Selene Pineda, asistente de contenidos de Universidad de los Niños EAFIT, primero revisaron la estructura de la Comisión de la Verdad para conocer su misión; luego leyeron publicaciones del Centro Nacional de Memoria Histórica y del Museo Casa de la Memoria de Medellín para compartir las historias de personas y comunidades.

Con esta información armaron un mapa y  una  línea  de  tiempo  del conflicto en Colombia y Antioquia, y abordaron conceptos clave como el de verdad y no repetición. “Trabajamos  por  9  horas.  Cada  cierto tiempo parábamos a hacer recomendaciones y plantear preguntas relacionadas con el conflicto. Fue largo, pero enriquecedor. ¡Todos querían participar!”, afirma Pineda.

Al taller asistieron 40 niñas, niños y jóvenes que provenían de organizaciones como el Programa de Víctimas de la Alcaldía de Medellín, la Corporación Combos, la Corporación Convivamos y la Corporación AMI. Los otros 40 autores son pequeños que hacen parte de Universidad de los Niños EAFIT.

"¡Todos querían participar!”, relata Selene Pineda, de Universidad de los Niños, sobre los 80 niñas, niños y jóvenes que estuvieron en la creación del manifiesto.

Un manifiiesto para entenderse

Para Sinthya Rubio, los autores del manifiesto son capaces de expresarle a la sociedad, sus familias, el Estado y los comisionados una reflexión profunda sobre el conflicto armado: “Es algo que todos los niños deberían poder hacer: tener voz. Lo que pasa es que no siempre les brindamos los espacios para que puedan expresarse y no siempre los escuchamos”.

En este punto parece coincidir uno de los autores del manifiesto, quien prefirió escribir de manera anónima lo siguiente: “Ustedes saben cuántas son las víctimas del conflicto, saben cuántos sufren violencias en sus hogares y en los lugares que frecuentan. ¿Eso no los toca? A nosotros sí”.

Esta visión pragmática de la realidad no es fortuita. Según Nidia  Montoya, asesora psicosocial de la Comisión de la Verdad, es una ventaja de las niñas, niños y jóvenes: “Ellos son transparentes, llaman las cosas por su nombre y señalan responsabilidades con claridad. Es simple, están abocados a vivir bien y dignamente, a convivir, a gozar sus derechos básicos, la vida, la educación, la familia, la alimentación y la recreación”.

 

A la entrega del Manifiesto asistieron más de 500 niños. Foto: Róbinson Henao.

Con esta intención escribió José Zapata su carta. Tiene 15 años y redactó un texto en el que le pide a la gente amor y fortaleza, y al Estado compromiso con las víctimas: “Creo que para entenderse hay que contarse la verdad. Y creo que parte de perdonar y llegar a la paz es comprender el conflicto armado. Entonces, qué mejor forma de hacerlo que escuchar a las personas que lo sufrieron”, afirma José.

Además del producto final, la construcción del manifiesto fue un proceso significativo para sus autores, como los participantes del Circo Momo, una corporación sin ánimo de lucro que trabaja con jóvenes a partir de su concepto de circo social.

Para Andrea Giraldo, coordinadora de proyectos del circo, el encuentro les permitió acercarse al conflicto de manera pedagógica y creativa: “Lo interesante es que ellos se sintieron parte de la población que busca cambios para el país y para la sociedad”.

Querida Nación

Sé que te han hecho mucho daño, sé que te han usado, explotado y que tu sangre has derramado. Sé que parece como si solo odio en tu interior hubiera. Sé que la idea de un país perfecto te llenó de ira, que tu orgulloso nombre te llevó al olvido. Sé que la avaricia, el miedo y el rencor te han debilitado, que estás cansada y que el futuro se ve oscuro.

Pero sé que sigues de pie, que por cada momento de odio se viven mil historias de amor. Quiero que te armes de valor y que seas paciente, que aprendas a aceptar el pasado, a querer tu presente y a reconocer que, en ti, en tu juventud y en tu experiencia, hay un inmenso potencial para un mejor futuro.

Señores del Estado encargados de dar a conocer al pueblo la verdad del conflicto armado... esta carta se hace con el fin de solicitarles y recordarles que son ustedes los responsables de que las víctimas y el pueblo en general sepan lo que verdaderamente pasó en este largo conflicto que nos ha afectado a todos de forma directa e indirecta.Quiero recordarles que llevan el futuro de los jóvenes y niños, los cuales han sufrido.

¡Gracias!

José Fernando Zapata, 15 años | Texto incluido en el Manifiesto por la Verdad

Categoría de noticias EAFIT
Sección de noticias EAFIT
Bloque para noticias recomendadas

Tan cerca y tan lejos de la agricultura 4.0 en Colombia

Septiembre 10, 2020

Los procesos de producción agrícola están sufriendo grandes cambios como resultado de la alta demanda
de alimentos, el uso intensivo de tecnologías digitales y los retos del cambio climático. ¿Cómo son?

Andrés Felipe Giraldo Cerón, Colaborador.

La moderna agroindustria de flores en Colombia recopila, organiza y analiza datos de toda la cadena de producción mediante dispositivos tecnológicos. Foto: Shutterstock

 

En la Sabana de Bogotá o en el Oriente antioqueño se corta una flor. Se limpia, se hidrata, se embala y se envía al aeropuerto internacional más cercano, probablemente rumbo a Estados Unidos, comprador del 78 % de la producción nacional de flores.

No viaja sola. Según la Asociación Colombiana de Exportadores de Flores
(Asocolflores), solo para la temporada de San Valentín de 2019 se exportaron
142 millones de tallos, un negocio de 1460 millones de dólares anuales que
representa el 9,6 % de las exportaciones no minero-energéticas del país. Para alcanzar estas cifras no basta con las ventajas climáticas del trópico.
Se necesita ciencia, tecnología e innovación.

Y es que los floricultores son uno de los principales promotores de la modernización agrícola, una tarea aún pendiente en cul tivos claves como el café y el cacao, y una necesidad social y humanitaria, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

En un reciente informe publicado por la FAO se describen los retos alimentarios que deberá asumir la humanidad en un planeta que se espera que pase de 7700 millones de personas hoy a 9700 en 2050.

Algunos de ellos son la creciente escasez de recursos naturales, la presión ejercida por el cambio climático, la inclusión en la dieta de más proteínas animales en
países de ingreso medio y la expansión en la frontera agrícola.

Entre los más apremiantes está la necesidad de aumentar casi en un 50 % la producción de alimentos, forraje y biocombustibles para mediados de siglo. El informe también plantea un escenario de contradicciones: el 11 % de la población mundial –821 millones de personas– se sigue “acostando con hambre”, la obesidad se incrementa y el desperdicio de alimentos llega a un tercio del total producido por problemas en su procesamiento, distribución y almacenamiento.

Estos retos están impulsando transformaciones en la agricultura. ¿De qué forma? Para Enrique Copete Perdomo, presionan al sector para que sea más productivo, eficiente y sostenible. Él es uno de los creadores del pregrado en Ingeniería Agronómica de la Universidad EAFIT y en tiempos en los que se habla de la Cuarta
Revolución Industrial está convencido de la necesidad de la Agricultura 4.0. Aunque los cambios van más allá de la dimensión tecnológica.

Agricultura en 4.0 en Colombia

“Ni la pequeña, la mediana y menos la agroindustria escapan a los procesos que registra la agricultura de nueva tecnología”, opina Diego Miguel Sierra Botero, experto en política agrícola y jefe del pregrado en Ingeniería Agronómica de la Universidad EAFIT.

Sierra fue secretario de Agricultura y Desarrollo Rural de Antioquia, trabajó con la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo y el Centro de Investigaciones Biológicas.

Con esta experiencia, asegura que en Colombia se están dando las condiciones para que llegue el “agrotech”.

El primer factor que destaca es que, después de 30 años, en 2014 se hizo un censo agropecuario que facilita la planificación del uso del suelo. Sierra afirma que la Unidad de Planificación Rural Agropecuaria del Ministerio de Agricultura retomó los ejercicios estadísticos agropecuarios, lo que considera importante: “Sin información de cultivos, veredas, usos del suelo, siembras, productividad, cosechas, enfermedades, capacitación, tecnología de los productores o encadenamientos de los sistemas productivos es muy difícil planificar, y parece que estamos avanzando en este sentido”.

También destaca que se esté trabajando en mayor medida con los gremios, la realización de más registros prediales, inscripción de cultivos y buscando herramientas de crédito.

Otra condición que cree favorable es la facilidad de acceso a información y equipos: “Ahora se puede  buscar una conferencia sobre gricultura regenerativa sin tener que esperar 10 años para que un experto venga al país y por 300 dólares se puede comprar una estación meteorológica en internet que resuelve un problema fundamental para el cultivo”.

En esto coincide Hugo Arrubla, gerente comercial de Wiga , compañía colombiana que trabaja con internet de las cosas, big data e inteligencia artificial. Sus principales clientes son floricultores, bananeros,
emprendimientos en cannabis para uso medicinal y cultivos de frutas.

La empresa procesa 7 millones de datos semanales y conecta más de 7000 equipos instalados en el territorio nacional. Según Arrubla, luego de un lento despegue se está dando un cambio cultural en el agro que permite la evolución del sector.

Es el caso de los cultivadores de Palma; según Sierra, algunos en la región de Urabá, en Antioquia, están instalando chips a cada planta para obtener información de su estado de salud, nivel de hidratación, entre otros datos. Luego, con los grandes volúmenes de información se puede analizar a nivel estadístico la producción de la finca, el gremio o la región.

Nuevas demandas para el campo

Los cambios no tienen que ver solo con la siembra, la cosecha o el uso de tecnología. “Esto es apenas el 8% de la composición de valor. Hay que pensar también en la selección, el beneficio, la limpieza, el corte, el empaque o la transformación del producto y su distribución, comercialización y marketing”, asegura Copete.

Él habla a partir de su extensa carrera por la agroindustria: trabajó en Syngenta, una multinacional dedicada al desarrollo de semillas e insumos agrícolas, ha liderado emprendimientos tecnológicos e impulsado inversiones extranjeras en Colombia.

Según Copete, el sector vive dos grandes cambios: la remodelación de la demanda de alimentos y latransformación tecnológica. El primero se explica por la profunda relación que tiene la producción de alimentos con el comportamiento humano, los cambios y movimientos sociales, culturales y las dinámicas económicas. El segundo, por los efectos de la convergencia de tecnologías en la cadena de valor de la agricultura.

Tantos cambios implican que la transformación del agro es una disrupción tecnológica y una revolución agrícola: la agricultura 4.0. Esto tiende a dejar obsoletas las anteriores tecnologías. Según él, negar su adopción solo generará más desigualdad. ¿Qué tan preparado está el campo colombiano ante este desafío?

“Las redes de asociación son vitales: un tractor moderno es muy costoso, entonces vale la pena pensar en unirse". Enrique Copete, impulsor del pregrado en Ingeniería Agronómica de EAFIT.

Brecha digital y problemas estructurales del campo

Los cambios no solo parecen ser oportunos sino necesarios. Sin embargo, se requieren iniciativas de innovación social para que su implementación no  aumente la desigualdad, no solo entre grandes y pequeños productores, también entre zonas urbanas, semiurbanas y rurales, y en las poblaciones según género, edad y aptitudes digitales.

Esta es la tesis central del informe Tecnologías digitales en la agricultura y las zonas rurales publicado por la FAO en 2019. El documento señala un asunto clave que no se puede olvidar para garantizar una transformación del campo
incluyente y justa: garantizar las condiciones mínimas para utilizar la  tecnología, que se traducen en disponibilidad, conectividad, asequibilidad y alfabetización electrónica de la población.

La FAO destaca la importancia de incluir programas de formación en tecnologías de información y comunicación, y llama a desarrollar políticas y programas favorables para las estrategias digitales.

EAFIT le apuesta a la agroindutria sostenible. Foto: Róbinson Henao

 

Frente a este panorama coincide la profesora Edna Ivón Leiva, doctora en Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Colombia y docente de esa institución. Para ella, la agricultura 4.0 pasa primero por lo social y por garantizar las condiciones necesarias para que su desarrollo sea justo.  A la lista de necesidades, Leiva añade el estímulo a la investigación básica en los territorios para consolidar el conocimiento que sirva para aprovechar de manera inteligente la tecnología.

En otras palabras, conocer el suelo, los recursos disponibles y las relaciones tróficas para luego implementar la tecnología. Diego Miguel Sierra propone más condiciones iniciales: “El 94 % de los 148 mil kilómetros de vías terciarias que existen en Colombia están en malas condiciones. Tenemos en problemas a 10 millones de agricultores que necesitan bienes públicos como iluminación, energía y agua y muchas veces no los tienen. ¿Cómo se puede montar un beneficiadero de café o refrigerar la leche sin energía?”.

El problema también pasa por la tenencia de la tierra y el tamaño de las fincas. Según Sierra, en Antioquia hay 95 mil productores de café censados, pero una tercera parte de ellos tiene menos de una hectárea sembrada del grano.

Por encima de las fluctuaciones del precio de la carga, desde 2013 la Federación Nacional de Cafeteros determinó que como mínimo una familia necesitaba 3 hectáreas para garantizar su subsistencia. Lo mismo ocurre en otros cultivos o con la ganadería.

“Una vez que se equiparen esos mínimos necesarios para la subsistencia se puede hablar de condiciones democráticas para que la información llegue. Entonces podremos pasar a hablar de las posibilidades de recibir y facilitar la tecnología porque siempre se llegará a un punto en el que hay que acudir a una persona experta para manejar un equipo o interpretar un dato”, concluye el docente.

Oportunidades para el sector

Para Enrique Copete, Colombia tiene grandes ventajas climáticas y de disponibilidad de recursos naturales que pueden ser aprovechadas si se trabaja en cuatro puntos: capitalizar herramientas digitales cotidianas, adoptar y adaptar tecnologías, construir redes de asociación y colaboración, y realizar una gestión estratégica de los cultivos para darles valor agregado.

Capitalizar herramientas digitales cotidianas implica aprovechar, por ejemplo, los celulares inteligentes como vehículos de información y comunicación entre los actores de la cadena de producción agrícola, “una herramienta para la inteligencia colectiva”, la consulta de información y la lectura de datos, sin importar que sean extensiones grandes o pequeñas.

También trabajar en la adopción y adaptación de las tecnologías que le han resultado tan costosas y demoradas de desarrollar a otros países. “A este cierre de brecha se le llama salto de rana y resulta mucho más rápido y de menor costo que el desarrollo tecnológico completo”.

Copete coincide con el diagnóstico de la FAO frente a la educación digital. Considera que el despliegue de programas formativos en el campo es un camino necesario para que los jóvenes no migren a las ciudades. Finalmente, ayudar a los productores para que piensen en conceptos como el de agricultura boutique, los productos de origen y en estrategias para darle valor agregado a los productos.

Según Copete, así es posible explotar las potencialidades de las microrregiones y la agremiación de pequeños productores. Las condiciones están dadas para que Colombia se convierta en un gran productor sostenible de alimentos. De las decisiones políticas, la iniciativa del sector privado, la inversión en ciencia y tecnología, y la articulación del Estado, empresa, universidad y comunidades dependerá el resultado final de esta transformación imparable. Es una oportunidad más para dignificar la vida en el campo.

Arandazul: un sueño convertido en empresa

Hace 5 o 10 años los arándanos azules eran un producto escaso y desconocido en el mercado colombiano. Hoy, este fruto se produce y comercializa dentro del país, y Arandazul, un emprendimiento de dos eafitenses, es una de las empresas pioneras en este campo. Malena Novoa y María Antonia Piedrahita, sus creadoras, siempre quisieron tener un proyecto propio antes de graduarse de Administración de Negocios.

Fue así como desde quinto semestre empezaron a trabajar en la creación de esta empresa que ya tiene cuatro años. Ambas detectaron una oportunidad de negocio ya que los blueberries no eran un producto fuerte en el país y era posible cultivarlo acá. Tras asistir a una feria en Alemania empezaron a aprender del tema y en 2016 sembraron su primer cultivo en el municipio de La Ceja, en Antioquia.

Aunque al principio no todo fue un éxito –a veces lograban recoger un pocillo de arándanos cuando esperaban obtener 60 kilos– insistían en seguir intentando y aprendiendo. Al cabo de un tiempo lograron producir arándanos a baja escala.

Malena y María Antonia decidieron lanzar nuevos productos para mantener la empresa a flote mientras los cultivos generaban la producción deseada y encontraron que aliándose con otras empresas podían diversificar su negocio. En un principio produjeron mermeladas a partir de los arándanos que no cumplían con los estándares de calidad para venderse en forma individual y más adelante crearon productos maquilados por otras empresas, como el kéfir, la galleta de arándanos y el Maqui Power, un polvo liofilizado de arándano que importan desde el sur de Chile.

Así, Arandazul enfocó su portafolio también hacia snacks saludables y hoy han logrado posicionarse con ellos y también con sus arándanos frescos. Su reto es lograr una venta a gran escala a nivel nacional y llevar sus productos a grandes supermercados.

Categoría de noticias EAFIT
Sección de noticias EAFIT
Bloque para noticias recomendadas

Renace producción local de látex de caucho natural

Septiembre 10, 2020

Un macroproyecto multidisciplinario fortalece la productividad de esta sustancia en el Bajo Cauca antioqueño, comparte conocimiento con las comunidades y entrega herramientas técnicas y conceptuales para sacar más provecho a los cultivos.

Sebastián Aguirre Eastman, Colaborador.

Tres horas de camino por carretera destapada, un terreno fangoso por una lluvia que no quería parar y su destino final aún lejos, le hicieron comprender al profesor Carlos Arturo Rodríguez las dificultades por las que pasaban las comunidades que cultivaban y producían el látex de caucho natural en la región del Bajo Cauca de Antioquia.

Eran dificultades para desplazarse, sacar el producido de la selva y comercializarlo para obtener un sustento que, para completar el oscuro panorama, estaba golpeado por los bajos precios. Transcurrían los primeros años de la década de 2010, eran los viajes iniciales que Rodríguez y sus compañeros de EAFIT hacían a la zona como parte de sus labores investigativas dentro de un proyecto que iniciaban con el látex natural como protagonista, para analizar cómo se podían mejorar las condiciones de cultivo y extracción de este material del Heveas brasiliensis o árbol de caucho.

La idea era aprovechar la riqueza que tenían la región en los cultivos de esta especie que es sembrada allí desde 1998. En la actualidad posee unas 4352 hectáreas cultivadas. Además, se quería aprovechar el conocimiento y la experiencia de las comunidades que trabajan en esta actividad, cerca de 1430 familias que hacen parte de 16 asociaciones de productores.

María Beatriz García Palomo, representante legal de Heveancor (Asociación de Hevicultores de Antioquia y Córdoba), va para 15 años de laborar en el sector. Recuerda que cuando ingresó a él solo sabía que tenía que rallar el árbol y ya. No tenía idea de qué debía hacer luego con él, ni con la sustancia que había extraído. Tampoco sabía si lo estaba haciendo bien o mal, si era mejor rallar el tronco muy seguido o si lo que sacaba era mucho o poco.

Manos fundiendo caucho para producción media de látex en un arbol.

 La producción media de látex es de 250 a 500 gramos de sangría por cada árbol.  El 90 % del caucho en el mundo lo producen pequeños productores, personas que poseen entre 2 y 5 hectáreas. Foto: Cortesía

 

Un equipo multidisciplinario

Para atender estas necesidades y obtener mayor provecho de la riqueza natural de la zona, en 2013 comenzó labores un proyecto del látex de caucho natural en el Bajo Cauca antioqueño financiado por el Sistema General de Regalías y asignado por la Gobernación de Antioquia a las universidades EAFIT, de Antioquia y Nacional, a Corpoica (hoy Agrosavia), al SENA y a dos asociaciones campesinas de productores: Ascultivo, en el municipio de Tarazá, y Ascabia, en el corregimiento Bijagual del municipio de Nechí.

Si bien en Antioquia las regiones con mayores cultivos son Bajo Cauca, Magdalena Medio y Urabá, se eligió la primera para establecer allí el piloto por la mayor experiencia que tenían los productores, la trayectoria de sus asociaciones y el nivel de relación de la gente. Además, porque fue donde se centró el plan de sustitución de cultivos ilícitos que impulsó el Gobierno a principios de siglo para fomentar otras actividades productivas legales", dice el profesor Rodríguez, quien está adscrito al Departamento de Ingeniería de Producción de EAFIT y dirige el grupo de investigación en Ingeniería, Energía, Exergía y Sostenibilidad.

En esa primera etapa se desarrollaron cinco proyectos:

Estudio de campos clonales: analizó las distintas variedades del caucho natural para observar sus características respecto a resistencia a enfermedades, productividad y asentamiento de sus variedades en esos terrenos. El trabajo estuvo a cargo de Corpoica (Agrosavia).

Para ello, se sembraron 8 variedades diferentes de las 4 que se cultibaban en ese territorio y así analizar su respuesta a condiciones de temperatura, humedad, lluvia y radiación solar. Esta información es útil para establecer si las variedades que se utilizaban eran las ideales o si habría otras que podrían entregar mejores resultados en cuanto a producción y calidad.

“El árbol de caucho se demora 7 años en tener producción del látex –luego puede ser explotado por otros 25–, así que esos campos están muy cerca de llegar a ese punto para evaluar sus condiciones de producción”, señala Rodríguez. Sin embargo, el proyecto terminó con la implementación de los campos clonales y está a la espera de una nueva financiación.

Análisis del suelo y de las hojas de los árboles para determinar las condiciones de los nutrientes de la tierra: lo desarrolló la Universidad Nacional con visitas a 16 fincas en las que se recogieron muestras del tejido foliar para medir los requerimientos nutritivos de la planta.

Caracterización detallada del material y de sus condiciones: proyecto liderado por EAFIT a través del Grupo de Investigación en Ingeniería de Diseño (Grid), con participación de investigadores de la Univesidad de Antioquia y el SENA.

Una de sus labores consistió en conocer cómo cambia el látex de caucho natural en la medida en que el árbol va atravesando las diferentes etapas fenológicas (la relación con los factores climáticos). Asimismo, ofreció recomendaciones sobre el uso del material en procesos industriales con respecto a normas internacionales, para verificar si cumplían con los estándares requeridos.

Análisis de la estandarización de los procesos para el beneficio del látex: uno de sus hallazgos más importantes fue encontrar que cada finca o productor hacía el proceso a su manera y que no había uniformidad en el mismo, lo cual se reflejaba luego en la calidad del producto.

Implementación de nuevos procesos y productos: de esta tarea surgió un estabilizante que, al ser aplicado en el látex, aumentaba su vida útil. Este reemplazó a otro estabilizante que se reducía en amoniaco, un elemento común en la zona pero perjudicial en términos medioambientales y para la salud de los trabajadores; por ende, fue eliminado del proceso. Del mismo modo, permitió el desarrollo de laminadoras para sacar placas de caucho que daban un mejor material, señala el profesor Rodríguez.

Aparte de mejorar la productividad, el proyecto de EAFIT quiere estimular a jóvenes de la región para que vean atractiva esta actividad y se solucione el déficit local de mano de obra.

El cierre de brechas

El caucho natural fue priorizado por el Gobierno Nacional para la financiación de investigaciones y por ello, en una nueva convocatoria de Colciencias y el Sistema General de Regalías, se recibieron recursos para dos nuevos proyectos.

El primero es liderado por la profesora de Ingeniería de Diseño de Producto de EAFIT, Mónica Lucía Álvarez Lainez, y tiene como aliados a Agrosavia, el SENA Caucasia, el Instituto Tecnológico Metropolitano y la Asociación de Caucheros del Bajo Cauca.

Este inició en abril de 2019 y se centra en buscar la manera en que el sangrado del árbol se haga en un lapso más espaciado, pero generando mayor producción.

Del mismo modo, quiere estimular a los jóvenes de la zona para que vean atractiva esta actividad y se solucione el déficit local de mano de obra. Otro objetivo del proyecto es darle mayor valor agregado al látex mediante procesos de concentración del producto, de manera que en la suspensión que se extrae del árbol haya un mayor porcentaje de látex.

En la actualidad es de cerca del 35 % y se pretende que sea del 60 % (el resto es agua). “Se adquirió una centrifugadora, pero las asociaciones locales no tienen conocimientos reales de cómo se hace ese proceso”, dice Mónica Álvarez.

Por eso se están estandarizando las actividades con transferencia de tecnología y conocimientos para los campesinos, para que su labor sea más eficiente y obtengan mayores beneficios con el producto, en especial en cuanto al precio que reciben por su venta.

El segundo proyecto aprobado, liderado por el profesor Carlos Arturo Rodríguez, inició actividades en julio de 2019 y consiste en la elaboración de una unidad de producción de laminadoras que se pueda suministrar a los campesinos.

Se trabaja con dos tipos de lámina: una de caucho natural desproteinizada, que vendrá sin la proteína que contiene el caucho y que genera alergias en las personas, y otra que permita capturar el máximo de caucho posible que quede como residuo de la suspensión que se extrae del árbol, para convertirlo en caucho sólido que ofrezca mayor calidad.

Se espera que para 2021, cuando finalicen las investigaciones, la industria del caucho natural en Colombia reciba este insumo para mejorar su competitividad y pueda enfrentar en mejores condiciones a otros actores del sector.

Ya hay ganancias

Aunque los proyectos aún están en ejecución, María Beatriz García, representante legal de la Asociación de Hevicultores de Antioquia y Córdoba, asegura que los cultivadores y productores del Bajo Cauca ya han percibido ganancias por su labor: “Estas capacitaciones nos han hecho entender más el sector, sus problemas y necesidades. No son proyectos que imaginan las empresas o la academia: ellos vienen hasta acá y construyen junto a nosotros”.

Productores de la región han visitado los laboratorios de EAFIT para conocer cómo se realiza el proceso y transferir ese conocimiento a sus colegas en la región. Esto ha permitido que su trabajo hoy sea más limpio, aproveche la capacidad instalada de los cultivos y tenga continuidad.

“Antes los proyectos llegaban hasta una etapa y no seguían. Ahora que estos dos continuaron, ha sido un acierto”, concluye García.

EAFIT le apuesta al agro

Karina Alexandra Vivas Rivera viajó desde la finca de su familia en Aldana (Nariño) hasta Ipiales y luego lo hizo de Ipiales a Medellín en un recorrido en bus que duró 24 horas.

Lo hizo junto a su mamá, María Percides Rivera, para recibir de manos del rector de EAFIT, Juan Luis Mejía Arango, la Beca Fundadores que le permite cursar su pregrado en Ingeniería Agronómica.

Ella hace parte del grupo de estudiantes beneficiados con una beca para cursar este pregrado y que provienen de zonas apartadas de los departamentos de Antioquia, Santander, Caldas, Meta, Nariño, Quindío, Boyacá y Tolima.

El pregrado en Ingeniería Agronómica comenzó labores en el segundo semestre de 2019 y con él, EAFIT busca contribuir al desarrollo rural del país, fortaleciendo  las  capacidades  productivas  del  campo a partir de la formación de profesionales y la generación de conocimiento.

El profesor Diego Miguel Sierra, jefe del programa, señala que el pregrado tiene un énfasis en las tecnologías digitales al servicio de la producción agrícola, lo que lo convierte en una opción novedosa para aquellas personas que desean ingresar con propuestas de vanguardia a este sector, uno de los más relevantes de la economía nacional.

El objetivo principal es desarrollar una nueva agricultura que se apropie y beneficie de componentes tecnológicos como la robótica, la informática, el manejo de datos, el uso de sensores y satélites, y el conocimiento de la climatología y las predicciones, pero también busca recuperar el valor que ha tenido el campo a través de la historia del país, puesto que, como señala el profesor Sierra, hoy Colombia tiene que importar cerca de 11 millones de toneladas de alimentos que “bien podrían ser producidos en nuestras tierras”.

Categoría de noticias EAFIT
Sección de noticias EAFIT
Bloque para noticias recomendadas

Los quinces de la Universidad de los Niños

Septiembre 10, 2020

Este año 2020 es de celebración para el programa de EAFIT que busca la apropiación social del conocimiento científico en niños, jóvenes y mediadores educativos. 

Andrés Felipe Giraldo Cerón, Colaborador.

Cuando se le pregunta a Ana María Londoño por la Universidad de los Niños (Uniños EAFIT), no duda en responder emocionada: “Es un proyecto providencial e imposible”.

Para explicar su punto, la jefa de  este programa de EAFIT pone un ejemplo: “Uniños parece irreal, ¿cuándo logramos que los doctores de la Universidad se sienten a hablar con los niños? Pero ¡sucede! Así como cuando logramos construir un Manifiesto por la Verdad  con  niños  para entregárselo a los comisionados y antiguos actores armados. Son 15 años de situaciones improbables diarias”.

Este año 2020, Uniños cumple 15 años como una de las más importantes apuestas de la Universidad EAFIT por la apropiación social del conocimiento científico  en  niños,  jóvenes  y  mediadores.

A lo largo de este tiempo ha ampliado y perfeccionado su oferta, ha tejido redes con investigadores, organizaciones y pares, y ha obtenido reconocimientos como el premio de la Red de Popularización de la Ciencia y la Tecnología en América Latina y el Caribe (RedPop).

Pero, sobre todo, ha cambiado las vidas de cientos de niñas, niños y jóvenes. Ana María Londoño explica el alcance de los logros del programa y cómo cumplen una función vital de la Universidad: “Crear preguntas y ser un Este año 2020 es de celebración para el programa de EAFIT que busca la apropiación social del conocimiento científico en niños, jóvenes y mediadores educativos.laboratorio de innovación educativa y en apropiación social del conocimiento científico.  Hemos  experimentado,  nos hemos equivocado y aprendido gracias a un público muy exigente que reclama calidad todo el tiempo”.

Los futuros científicos

Aunque en sus inicios Uniños EAFIT se enfocó en niñas, niños y jóvenes, su oferta se ha expandido. Para Londoño, esta evolución se ha dado de manera orgánica  y  ha  servido  para  abrir  la  Institución: “No somos un programa de educación, pero caminamos en esa línea delgada que hay entre la apropiación social del conocimiento y la educación”.

¿Qué le deparará el futuro a Uniños? Para su jefa, cada vez se entiende más a qué se refiere la Universidad EAFIT cuando propone la investigación formativa como un proceso que empieza con los niños y termina en un grupo de investigación, en el que todos los eslabones de la cadena aportan conocimiento y forman públicos.

“En ese escenario, el programa funciona como engranaje y motor”, afirma.En  cuanto  a  los  retos  futuros,  asegura  que  la  Universidad  de  los  Niños debe pensar en los problemas de equidad de género en la ciencia y continuar trabajando para explorar nuevas  formas  de  comunicar  el  conocimiento.

La decisión de construir hidroeléctricas de gran tamaño es cada vez más las comunidades y los problemas de orden público. Foto: Róbinson Henao.

 

“Cumplir  15  años  no  es  lograr  lo  que se propuso en el año uno: es un presente continuo. Seguimos insis-tiendo en que la pregunta tiene un lugar importante en la sociedad, que las universidades deben abrirse a la sociedad, los investigadores pueden formarse para comunicar su conoci-miento y los maestros implementar didácticas cautivadoras en el aula para conversar sobre ciencia con sus estu-diantes”, concluye.

“Los investigadores pueden formarse para comunicar su conocimiento,  los maestros pueden implementar didácticas cautivadoras para conversar sobre ciencia con sus estudiantes”. Ana María Londoño, jefa de Uniños.

 

Las cifras de un programa exitoso

3217

niñas y niños que han participado en las 3 etapas de la Universidad de los Niños, donde se ofrecen en promedio 640 cupos por año

214

jóvenes que han hecho parte de Proyectos de Ciencia, etapa de formación en investigación con 6 años de existencia

1522

maestros escolares que han participado en diferentes estrategias de formación docente de la Universidad de los Niños

181

investigadores asesores que han acompañado los talleres de este programa de apropiación social del conocimiento de la Universidad EAFIT.

537

estudiantes de pregrado que se han formado en metodologías de educación y comunicación de la ciencia para acompañar a Uniños EAFIT

357

es el total de talleres diseñados y desarrollados a lo largo de la existencia de la Universidad de los Niños EAFIT

390

instituciones educativas que se han vinculado al programa

50

proyectos se han diseñado y desarrollado en Medellín y Antioquia con la metodología de Uniños EAFIT

48

ponencias y artículos de investigación publicados

2

libros publicados

Icono Scroll
Categoría de noticias EAFIT
Sección de noticias EAFIT
Bloque para noticias recomendadas

Investigación para potenciar el aprendizaje responsable y colaborativo

Septiembre 10, 2020

La Línea en Informática Educativa fue pionera en la investigación académica en EAFIT desde 1989, cuando se creó. Hoy, su foco está en los avances teóricos y prácticos en el campo de las Ciencias del Aprendizaje. 

Paula Andrea Álvarez Patiño, Colaboradora.

El mundo se ha transformado. La tecnología, las fuerzas de la globalización, la movilidad, las emergencias ambientales y de salud en todo el planeta han impulsado este cambio. En ese marco, la educación tiene que prepararse para un futuro distinto en el que la colaboración y la interculturalidad son fundamentales.

El aprendizaje personalizado dejó de ser un término de moda aplicable solo a cierto tipo de estudiantes para convertirse en un factor que le permitirá a cada alumno descubrir y desarrollar sus talentos.

Ese aprendizaje personalizado significa entonces que ya no se agrupará a los estudiantes en clases integradas por personas que están dentro de un estricto orden de edad, sino que se promoverán y desarrollarán los intereses individuales.

De esta forma, un plan de estudios deberá estar conformado, además de las áreas conocidas –como lenguaje, matemáticas y ciencias–, por otras que impulsen la creatividad, como artes y deportes, y otras que fomenten el pensamiento emprendedor.

Las clases tampoco serán iguales a lo que hoy se concibe como “asistir a clase”, pues ya no se trata de llegar a un salón, sentarse y escuchar al profesor dictar su materia durante un tiempo determinado. Y el docente no se constituirá en ese ser omnipotente que todo lo sabe y es experto en su área, el que tiene todas las respuestas bajo la manga.

“Ya el foco no es si yo como docente enseño muy bien y tengo grandes técnicas o dinámicas sofisticadas, porque resulta que al final no estoy logrando el objetivo que el estudiante aprenda: ahora se trata de poner todo en términos del alumno. Y entonces yo, en mi papel de docente, tengo que entender cuáles son los procesos que sigue un estudiante para facilitarle su proceso de aprendizaje. Mirándolo así es un cambio radical cuando se habla hoy de las Ciencias del Aprendizaje”, explica Juan Guillermo Lalinde Pulido, profesor del Departamento de Ingeniería de Sistemas y coordinador del Centro de Computación Científica Apolo en EAFIT.

Lalinde agrega que cuando se habla de “aprendizaje” se está cambiando el centro; ahora el foco pasa a estar en el estudiante. El problema ya no es cómo se explican y utilizan las herramientas pedagógicas –indiferente de qué hará el otro con ellas– sino tratar de entender cómo el estudiante está  estructurando  los  conceptos y desarrollando comprensión para, a partir de eso, ver cómo se le apoya en un proceso de aprendizaje que lo está poniendo a él como actor central.

Todas estas realidades son, a su vez, un campo fértil para la investigación y el desarrollo de nuevo conocimiento que  permita  transformar  las  prácticas  pedagógicas  y  metodológicas en la formación de niños y jóvenes, de cara a las nuevas dinámicas del mundo.

Los modelos pedagógicos se centran en el aprendizaje de los estudiantes. Foto: Róbinson Henao.

 

Constructivismo, una de sus bases

Por definición, las Ciencias del Aprendizaje son aquellas metodologías, tecnologías, investigaciones y adelantos científicos que sirven de apoyo al proceso de enseñanza y aprendizaje formal e informal.

Así mismo, constituyen un campo interdisciplinar con elementos de la educación, la psicología, las ciencias cognitivas, la informática, la inteligencia artificial y las neurociencias.

Y  una  de  sus  bases  es  el  constructivismo,  una  perspectiva  general  que  dirige  la  atención  hacia  dos  aspectos cruciales del aprendizaje: los factores sociales y los culturales.

Es un modelo pedagógico en el que los individuos son constructores de su propio aprendizaje, de la comprensión y de darle sentido a la información; todo esto por medio de la estructuración de sus capacidades cognitivas mediante la interpretación de sus experiencias.

Es así como los docentes deben brindar a sus pupilos las facilidades para crear sus propios conceptos con base en textos y experiencias. No se trata de enseñar bajo la modalidad clásica de pararse frente a un grupo de aprendices a impartir conocimiento, sino más bien proporcionar  el  material  con  el  que  los  alumnos  se  comprometen de forma activa con el aprendizaje. Las actividades ahora se constituyen por estos elementos:

La observación
El acopio de contenido
La generación y comprobación de hipótesis
El trabajo colaborativo

Un ejemplo de este último –el colaborativo– lo explica Gloria Álvarez, doctora en Educación de la Universidad de Salamanca y docente de la Universidad  Pontificia  Bolivariana en Medellín: “Un docente prepara algunas temáticas para darle a sus estudiantes un panorama global del curso que están a punto de comenzar, pero deja que sean esos alumnos quienes terminen de construir el curso. Cada estudiante debe responder por un contenido pero, a su vez, todos los contenidos deben ser coherentes con el objetivo general de ese grupo y ese curso”.

De esta forma se construye entre todo el grupo un hiperdocumento en donde también participa el docente, pero el estudiante lo configura con su propuesta. A lo largo del curso se debe evaluar en forma constante cuál de las propuestas tiene más afinidad a los objetivos. Esto significa que hay que hacer seguimiento y trabajar de forma permanente durante todo el itinerario.

Cada curso, entonces, se vuelve inédito, único y diferente.“Yo la llamaría una estrategia coherente en términos de trabajo colaborativo porque haces tu trabajo, pero debes seguir el hilo de los demás. En medio de la dinámica se hace una revisión de pares para verificar estructuras, contenidos y estrategias”, agrega la investigadora.

Una de las bases de las Ciencias del Aprendizaje es el constructivismo, un modelo pedagógico en el que los individuos son constructores de su propio conocimiento.

La importancia del trabajo en equipo

En este proceso los estudiantes adquieren conocimiento, formulan  conceptos,  construyen  hipótesis  que  se  complementan y modifican gracias a la interacción de las opiniones, percepciones e ideas de todos los miembros del equipo. De esta forma se construye el aprendizaje en la medida que cada uno aporta desde sus propias experiencias y procesos cognitivos para el logro de una meta común.Hay que comprender que los seres humanos no son islas, todos conforman una parte vital para el funcionamiento orgánico de la sociedad.

El aprendizaje no es simplemente el saber mucho o el conocerlo todo, sino que también es la puesta en práctica y la influencia que dichos conocimientos causan en el entorno y en la forma incluso de relacionarse para crecer con los demás.

Estudiantes, a cambiar su postura

El estudiante asume ahora un nuevo reto y es entender que se está formando en un mundo laboral que no sabe cómo va a ser, así que debe tener una fundamentación sólida sobre las bases de su profesión, las ciencias y el conocimiento humano para abordar de manera autónoma los cambios que afectan la vida cotidiana.

Eso quiere decir que ese estudiante debe ser el primer crítico y evaluador de su proceso. “Esto implica que la posición del estudiante, frente a su formación, es de responsabilidad. Ahora se trata de cuestionarse, ¿cómo me estoy preparando para ese mundo cambiante que evoluciona todos los días y del que aún no se tiene claridad en cómo será a futuro?”, explica el profesor Juan Guillermo Lalinde.

Y complementa: “El estudiante debe entender que la formación es un medio para su desarrollo personal, pero que  él  tiene  una  responsabilidad  muy  grande  en  ese  sentido. Desde la academia lo acompañamos con tutorías, talleres o prácticas, pero es él quien realmente tiene que asumir la responsabilidad de su formación”.

 

Las Ciencias del Aprendizaje hacen parte de un área emergente constituida, como otros campos, de forma interdisciplinaria
Foto: Róbinson Henao.

 

EAFIT de cara a estas nuevas metodologías

En la Universidad hay un par de aspectos fundamentales: la calidad del cuerpo profesoral y el apoyo institucional que reciben por medio de la Vicerrectoría de Aprendizaje y su Centro para la Excelencia en el Aprendizaje EXA, antes conocido como Proyecto 50.

En general, la característica predominante de los profesores de EAFIT es su fuerte compromiso con su labor, su capacidad para entender que, a partir de la innovación y la creatividad pueden transformar los procesos educativos.

El segundo punto está relacionado con el soporte institucional que tienen y que apareció con gran fuerza con la creación de Proyecto 50 en el marco de la celebración de los 50 años de la Universidad.

Esa iniciativa evolucionó casi una década después hacia lo que hoy es el Centro para la Excelencia en el Aprendizaje EXA que consolidó las experiencias que existían como EAFIT Virtual, el Centro Multimedial y todo el conocimiento en formación profesoral para beneficiar el objeto misional más grande que tiene la Institución y es la formación de profesionales, magísteres o doctores que con su accionar van a transformar la sociedad.

De igual forma, el reconocimiento a la función docente se evidencia con los cambios en la estructura organizacional que  permitieron  la  creación  de  la  Vicerrectoría  de  Aprendizaje, decisión que reflejó una decidida orientación institucional hacia el aprendizaje más que hacia los procesos de enseñanza.

En este sentido, existen numerosas iniciativas renovadoras en EAFIT, entre las que se destacan el proyecto Kratos y los semilleros de investigación. Ambas estrategias permiten que los alumnos adquieran competencias prácticas que les  proporcionan herramientas y relacionamiento para desempeñar su labor profesional con éxito.

 

Categoría de noticias EAFIT
Sección de noticias EAFIT
Bloque para noticias recomendadas

8 retos en el camino hacia la Cuarta Revolución Industrial

Septiembre 10, 2020

Investigadores de EAFIT explican algunos desafíos que las tecnologías convergentes y las industrias 4.0 plantean al mundo empresarial, laboral y al sector educativo.

Juan Gonzalo Betancur, Editor Revista Universidad EAFIT.

Una estudiante con unas gafas de realidad virtual y dos computadores en un escritorio.

La realidad aumentada es una de las tecnologías asociadas a industrias 4.0 cuando se integra al apoyo de sistemas productivos. Foto: Róbinson Henao

 

La pandemia del COVID-19 se convirtió también en una particular carrera de obstáculos en la que hay que sortear barreras y llegar rápido no a una, sino
a múltiples metas. Las tecnologías asociadas a la Cuarta Revolución Industrial empezaron a ser adaptadas en la lucha contrarreloj para enfrentar al virus. En algunos casos y lugares del mundo, parece que como si de súbito se  hubiera cambiado de prueba y dado un salto largo al futuro.

“Partners HealthCare, una red de hospitales y médicos sin ánimo de lucro, ha creado una red basada en IA-19 COVID screener para identificar síntomas graves en pacientes. El modelo canadiense de Inteligencia Artificial BlueDot proporcionó un aviso el 31 de diciembre [de 2019] diciendo que el virus se extendería a nivel mundial. Se están utilizando cámaras de visión por computadores con Inteligencia Artificial (IA) para identificar si se respeta o no el distanciamiento social en sitios públicos y cámaras termográficas  basadas
también en IA tienen como fin identificar personas enfermas mediante un escáner en espacios públicos”, relatan Landry Signé, Sanjeev Khagram y Julia Goldstein en un artículo publicado por Brookings Institution, organización con sede en Washington que debate sobre políticas tecnológicas.

Los nuevos dispositivos son muchos y van desde “cascos inteligentes” usados por autoridades en China para medir la temperatura de quienes estén a cinco metros alrededor (permite hacerlo con 200 personas en un par de minutos) hasta empresas que, utilizando nuevos materiales y nanotecnología, desarrollaron
máscaras y tapabocas más segurosonsecuencias de su uso indiscriminado: la crisis del cambio climático.

Por supuesto, hay aplicativos en celulares, como CoronApp, del Gobierno Nacional de Colombia, que mediante big data “ayuda a detectar zonas afectadas y personas cercanas con diagnóstico positivo para COVID-19; facilita el monitoreo en tiempo real de datos recopilados por el Instituto Nacional de Salud para que
puedan actuar rápido y dar apoyo en coordinación con las autoridades locales, departamentales y nacionales”.

Esta aplicación incorporó tecnologías de otras similares que fueron pioneras en el combate de la enfermedad, como las desarrolladas por los gobiernos de Singapur y Corea del Sur, asegura el gobierno colombiano.

En el otro lado del espectro, esta realidad mostró facetas complejas ya conocidas: la brecha entre quienes pueden acceder a estos desarrollos y quienes no, y álgidos debates relacionados con el tipo y uso de la información personal que se ingresa a determinados aplicativos.

Pero, más allá de la pandemia, ¿qué otros desafíos trae la implementación de las llamadas tecnologías convergentes y las asociadas a las industrias 4.0? La anterior edición de la Revista Universidad EAFIT presentó un dossier sobre este tema y en la presentación oficial de la publicación tres profesores de la Institución reflexionaron sobre estos asuntos. Aquí están algunas de sus conclusiones.

Nuevas competencias para el mundo del trabajo

“La reestructuración productiva que está basada en la interconexión va a producir una obsolescencia de las competencias laborales que tenemos para el mundo que estábamos manejando y que ahora nos exige otras compleamente nuevas”. La sentencia es de Jonny Orejuela Gómez, doctor en Psicología Social y jefe del Departamento de Psicología de EAFIT.

Para él, lo primero que hay que hacer es reconocer que habrá un proceso de reestructuración en un sector del mercado laboral:

“Va a haber un desempleo tecnológico que en toda revolución industrial aparece y que es derivado del cambio en la tecnología. Pero será transitorio, luego vendrá una recuperación con las nuevas ocupaciones que van a aparecer”.

Al alcance de pequeñas y medianas empresas

Grandes compañías que trabajan en Colombia ya están utilizando tecnologías asociadas a Industrias 4.0.

Para el profesor Mauricio Arroyave, jefe del Departamento de Ciencias Físicas de EAFIT, “el gran reto está en cómo hacer que la mediana y pequeña empresa colombiana logre acceder a estas plataformas tecnológicas y que mediante ellas entren en procesos de desarrollo más efecientes porque, obviamente, todo eso implica unos costos económicos”.

En particular, Arroyave se refiere a que cerca del 75% del sector productivo colombiano está constituido por este tipo de negocios y buena parte de ellos no tienen el conocimiento o los recursos para acceder a tales sistemas tecnológicos.

Icono Scroll

Perfiles profesionales híbridos

La convergencia tecnológica está obligando también a buscar perfiles profesionales en los que igualmente exista convergencia no solo de saberes, sino también de habilidades y destrezas. “Este es un asunto para la educación superior –asegura el profesor Jonny Orejuela–: va a tener que comenzar a desarrollar perfiles híbridos en los que hacer una doble carrera vaya a ser algo menos aislado, menos residual, y comience a ser una situación más frecuente”.

Explica que hoy se presentan cruces entre áreas: “Ya tenemos trabajos en los que la Ingeniería de Diseño trabaja con la Psicología. Y estudiantes de Psicología que hacen doble carrera y se interesan por temas como ingeniería de materiales, pensando en asuntos que tienen que ver con su carrera de psicólogo al evaluar las posibilidades y riesgos que la ropa inteligente, aquella con sensores, tiene en la salud laboral”

Armonía en una triple condición : pensar, investigar y formar

En la línea anterior, los expertos advierten que el sistema universitario tendrá que hacer ajustes de fondo.

“La manera en que hemos concebido la universidad queda transformada. Pensemos que la actual democratización del conocimiento va a hacer que muchos de nuestros estudiantes vengan con conocimientos previos: ya comenzamos a tener alumnos que llegan de 20 años a iniciar su carrera, pero llevan cuatro años como desarrolladores de software”, afirma Jonny Orejuela.

“Una cosa es definir cómo debemos formar a las personas para su desempeño en su trabajo, en los sistemas productivos, y otra pensar cuál es el papel que tiene la universidad al seguir haciéndose preguntas y generando investigación con pertinencia”, plantea el profesor Arroyave.

Icono Scroll

La gestión del cambio y del conocimiento

Para esto se requiere cultivar actitudes y comportamientos que se consideran fundamentales como la habilidad para trabajar en equipo, hacerlo de manera interdisciplinaria y con personas muy distintas a nosotros.

“Trabajar con otros distantes a nuestras disciplinas profesionales es una condición fundamental que no pasa simplemente juntando dos o más saberes ya que eso está mediado por personas –comenta el profesor Orejuela–. En ese nuevo entorno las capacidades, las habilidades duraderas como la empatía, la resolución de problemas o el trabajo en equipos copresenciales y virtuales son factores clave”.

La alfabetización y debates sobre la transformación digital

La revolución digital es un hecho y quedó evidenciada más aún luego de la emergencia generada por el COVID-19 cuando, en cuestión de días, las actividades laborales y educativas se volcaron a continuar de manera remota una vez los gobiernos declararon las medidas de cuarentena.

Pero las discusiones aún no son fuertes en la esfera pública. Para el profesor Mauricio Arroyave, la universidad como institución debe jugar un papel importante en mantener esa discusión: “¿De dónde más si no es de ellas desde donde pueden salir esas ideas? La universidad tiene que mantener ese papel respecto de la deliberación y el pensamientocrítico permanente en estos asuntos”.

Icono Scroll

Superar las deficiencias estructurales en la educación

Las debilidades en la formación de las personas en áreas básicas como matemáticas, por problemas de calidad en la educación básica y secundaria, es un problema estructural que limita que haya suficiente capital humano dispuesto a la apropiación de tecnologías de estas áreas.

“Una de las grandes brechas que encontramos en el país haciendo el diagnóstico para la Misión de Sabios tiene que ver con las deficiencias que hay en la formación en las ciencias básicas, en matemáticas, física, biología, lógica…”, comenta con preocupación Mónica Álvarez, doctora en Física de Materiales y profesora del Departamento de Ingeniería de Diseño de Producto de EAFIT.

Esa formación debe ir aparejada de lo que se conoce como habilidades duraderas porque “en este momento es imposible pensarlas separadas”.

¿Hacia dónde debería avanzar Colombia?

El camino a seguir no es fácil: “La curva de aprendizaje que tendría que hacer el país es fuerte si quiere entrar en las fronteras del conocimiento que están moviendo estas tecnologías”, asegura Mauricio Arroyave.

Para él, lo que Colombia tiene que hacer es identificar dónde están las oportunidades, dónde puede hacer aportes. Propone un par de líneas iniciales: potenciar las fortalezas y enfoques vocacionales que han sido naturales en las regiones, y descentralizar la investigación científica para que no siga concentrada en Bogotá, Medellín y Cali.

“Tener ese foco como país es importante porque en la tecnología la velocidad es impresionante –complementa la profesora Mónica Álvarez–. Si empezamos a apuntar para todos lados no vamos a llegar a ningún punto, debemos desde ya focalizarnos en nuestras fortalezas”.

Icono Scroll
Categoría de noticias EAFIT
Sección de noticias EAFIT
Bloque para noticias recomendadas
Suscribirse a Edición 175

Nuestras sedes

 

Línea nacional: 01 8000 515 900

WhatsApp: (57) 310 899 2908

 

Carrera 49 N° 7 Sur-50

Línea nacional: 01 8000 515 900

Línea de atención: (57) 604 2619500

 

Carrera 19 #12-70 Megacentro Pinares

Línea de atención: (57) 606 3214115, 606 3214119

Correo electrónico: eafit.pereira@eafit.edu.co 

Carrera 15 #88-64 oficina 401

Línea de atención: (57) 601 6114618

Correo electrónico: eafit.bogota@eafit.edu.co 

Km 3.5 vía Don Diego –Rionegro

Línea de atención: (57) 604 2619500​, ext. 9188

Correo electrónico: llanogrande@eafit.edu.co