“La universidad es el lugar propicio para la conversación entre ciencia y cultura”

Septiembre 10, 2020

Hoy, a la Universidad se le entiende conectada con la investigación científica y la divulgación del conocimiento. Lee esta interesante entrevista a Juan Luis Mejía Arango, rector de EAFIT. 

Juan Gonzalo Betancur, Editor Revista Universidad EAFIT.

A Juan Luis Mejía Arango, rector de EAFIT, le gusta el origen etimológico de la palabra “cultura” por la relación que tiene con el mundo universitario: viene del latín cultus que significa cultivo o cultivado.

“La cultura es el cultivo de la inteligencia y del espíritu humano. Y el espacio donde se hace es, ante todo, la universidad. La sociedad le encargó a ese espacio llamado universidad el cultivo de la inteligencia en todas sus manifestaciones”, explica. Por eso, asegura que hay una conexión inseparable entre cultura y universidad, y que en una institución como  EAFIT  se  materializa  con  un  abanico de actividades tan amplio y numeroso que no pasa un día en que no haya varias de ellas, desde eventos académicos  hasta  presentaciones  artísticas.

En un año como 2020, marcado por la contingencia de la pandemia del COVID-19, el desafío ha sido continuar con esa dinámica de manera remota utilizando las  tecnologías de la información, cosa que se ha venido haciendo con la presentación de conferencias, ciclos de cursos, conciertos de la Orquesta Sinfónica EAFIT e, incluso, lectura de cuentos por parte de los autores que fueron publicados por la Editorial EAFIT.

“Hoy la red nos permite ser no solamente un epicentro local, como nos jactamos de ser, sino que la virtualidad nos da la oportunidad de tener esa presencia mayor. Ya no nos estamos refiriendo a un público local, sino a uno más universal”, precisa el Rector.

Pero el asunto va más allá, tiene que ver con el sentido de lo cultural y su imbricación con todas las ciencias. En la siguiente entrevista, el rector Juan Luis Mejía Arango explica el soporte conceptual que guía la política cultural de la Universidad EAFIT y su enlace con los procesos de descubrimiento y creación.

¿Cuál es la filosofía que ha orientado el trabajo de la Universidad EAFIT en el campo cultural y que la ha convertido en un epicentro cultural?

“Hay que entender la cultura en un sentido muy amplio. Me preocupa que se ha segmentado la palabra ‘cultura’ solo a las expresiones de las bellas artes cuando ella es una representación de todas las manifestaciones del ser humano. En ese sentido, la ciencia, por ejemplo, hace parte de la cultura. Una  escuela teológica que me encanta dice que Dios dejó inconclusa la Creación para que el Hombre la continuara y que por eso le dio el don de crear. Considero que ese es el gran deber del ser humano: complementar la Creación de una manera permanente y positiva.

La universidad, a lo largo de los 800 años que tiene este concepto, ha sido ante todo un epicentro de cultura, el lugar desde donde se irradian la inteligencia, la ciencia y las expresiones del pensamiento. Una educación pensada solo  como  un  engranaje  más  del  sistema  productivo  empobrece la idea de universidad.

Juan Luis Mejía Arango, rector de EAFIT. Foto: Róbinson Henao.

 

Por eso insistimos en que la universidad debe ser una experiencia plena de vida en la que, obviamente, brindamos todas las competencias para un ser profesional, pero que no se limita solo a eso: ante todo, damos las oportunidades para despertar las potencialidades del ser humano, tanto como creador como receptor de cultura.

Porque ahí aparece otro error y es que creemos que la cultura es únicamente para los creadores y no es así: ellos son unos pocos elegidos de la sociedad, pero los ciudadanos del común son quienes disfrutan de la cultura y eso también hay que cultivarlo. La institución universitaria no solo debe despertar las potencialidades creativas, también aquellas para disfrutar todo eso que nos engrandece como humanos.

¡Qué triste será terminar la vida sin haber disfrutado de aquello que las más brillantes mentes nos han dado en el campo de la música, la literatura, la filosofía, la poesía...! Esa es una posibilidad que también ofrece la universidad: entrar en contacto con las mentes más validosas de la existencia humana”.

Si conectemos esto con las ideas de descubrimiento y creación que está manejando EAFIT y que implican, por ejemplo, ampliar la presentación de resultados de investigaciones por medio de expresiones ligadas al arte, estamos hablando también de un cambio de paradigma en la generación y en la difusión del conocimiento.

“Eso lo resumo con un ejemplo: Einstein era un gran violinista. Yo no comprendo a un científico que no lea literatura, como tampoco comprendo a un literato que deseche la ciencia. En esto último sigo a Antonio Muñoz Molina, quien cuestiona que la literatura ha dejado a un lado la ciencia.

El ser humano, cuando se siente insatisfecho, decide recrear o reinterpretar la naturaleza y de ahí nacen la ciencia y el arte. Cuando estamos insatisfechos con lo que sabemos a través de la ciencia, buscamos seguir descifrando los misterios del Universo a través de la creación artística.

La universidad es el lugar propicicio para la conversación entre ciencia y cultura, es donde ese diálogo se da de una manera fructífera. Lo que sale de ahí es mucha más humanidad y sentido del ser humano.Y existe otra dimensión importante que es la protección de la memoria. Si lo generado por la Humanidad no logra fundarse en las raíces profundas de la memoria colectiva, la universidad tiene el deber de hacerlo, tiene igualmente una responsabilidad con la memoria.

Si nosotros no le legamos a las futuras generaciones todo lo que hemos construido a través de nuestra historia, ellas crecerán sin comprender lo que han sido como colectivo.

Una de las enfermedades que más me impacta es el Alzheimer porque veo en muchos casos a una persona físicamente bien, pero perdida en el espacio y el tiempo. Y hago ese símil con la sociedad: un grupo humano que deja de tener sus referentes en el tiempo y el espacio se pierde en su historia.Por eso mi obsesión con nuestra Sala Patrimonial; quiero que nuestra universidad sea un epicentro de memoria.

No tenemos los recursos para dedicarnos a todas las áreas del patrimonio, pero sí al patrimonio manuscrito e impreso de nuestra región. Ese es uno de los legados que vamos a dejar en EAFIT”.

“Hay que inundar de contenidos de las Humanidades a las Ciencias, así como de Ciencias a las Humanidades”. Juan Luis Mejía Arango, rector de EAFIT.

En momentos como el actual, cuando las Humanidades están siendo cuestionadas por personas e instituciones que pretenden negarlas o restarles peso en la formación profesional, ¿qué valor tiene fortalecer los campos del saber que las Humanidades agrupan?

“Es un deber de todos los universitarios defender la idea de universidad como universalidad. Hoy han aparecido incluso otras ideas igualmente complejas, como que la universidad puede ser reemplazada por cursos que capacitan a las personas en dos meses y por cien dólares.

¿La situación de esta pandemia la va a resolver gente capacitada durante dos meses en un curso virtual? ¿O son los grandes científicos formados en centros de investigación los que van a dar las respuestas? ¿Uno se sometería a una cirugía de corazón abierto con alguien que se capacitó dos meses en internet? ¿Se le entregaría la construcción de un túnel a alguien capacitado en esa clase de cursos? ¿O se estaría tranquilo con una sucesión familiar que adelanta un abogado que se formó de esa manera?

Esas erosiones en la idea de universidad me preocupan muchísimo y es un deber de todos nosotros defender la noción de universidad que ha perdurado. Obviamente esos cursos son un complemento en la formación profesional. Nuestra universidad tendrá que entrar en ese tema, pero como lo que son: un complemento del modelo de universidad, no como un sustituto de ella”.

Cómo luchar contra algo que usted ha cuestionado mucho: que los ránquines y sistemas de clasificación de las universidades no consideren la dimensión cultural para darle puntaje en un proceso de acreditación y otorgar el reconocimiento a lo que se hace en ese campo.

A veces parecería que los enemigos están dentro del propio sistema universitario.

“Esa ha sido una lucha que hemos dado desde hace tiempo porque tanto las acreditaciones como los ránquines han reducido la idea de universidad solo a producción científica.

Hemos logrado que en la última reglamentación del Consejo Nacional de Acreditación se incorporara la producción cultural como parte de la acreditación.

Dimensiones de la cultura en la Universidad EAFIT

Preservación de la memoria

Fomento a la creatividad

Diseminación de actividades artísticas

Relacionamiento con otras instituciones

Promoción de la cultura ciudadana

Siempre me he quejado de eso: para EAFIT tener un orgullo como su Orquesta Sinfónica, su Editorial o una Sala Patrimonial no le significan ni un solo punto en su acreditación. Por fortuna tenemos un Consejo Superior que entiende todo eso, pero podríamos tener uno que algún día diga que es mejor invertir en aquello por lo que nos miden... Qué pobre sería la sociedad el día que pase eso”.

 

Un convenio suscrito entre EAFIT y la empresa Terrasos permitirá monitorear el segundo banco de hábitat en Colombia: el bosque seco tropical de 647 hectáreas ubicado en los municipios de Titiribí y Armenia, en Antioquia. Un acto cultural acompañó la presentación de la iniciativa. Foto: Róbinson Henao.

 

¿Cómo ve el futuro de la relación entre descubrimiento y creación en EAFIT?

“Creo que nos va a potenciar mucho porque estamos en la defensa de este concepto de universidad que he expuesto, juntar esas dos áreas que hacen parte de ese solo corpus de las potencialidades creativas del ser humano, unos hacia la ciencia y otros hacia la cultura o la creatividad en las artes y las letras.

Es deber de la universidad, como gran lugar de la conversación, como gran campus de cultivo de la inteligencia humana, poner a dialogar a ambos. De ahí solo pueden salir cosas buenas”.

Tratar de fusionar con mayor fuerza estas ideas, ¿implicará cambios en los programas curriculares de pregrados, maestrías y doctorados?

“Más que cambios se requiere la integración de áreas. No me gusta mucho la palabra ‘transversalidad’, pero hay que inyectar, inundar de contenidos de las Humanidades a las Ciencias, así como de Ciencias a las Humanidades.

Es el gran reto que tenemos, cómo permear ambos mundos, cómo retroalimentarlos para que los dos germinen. Ese es verdaderamente el sentido de universidad como universalidad”.

 

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León de Greiff, el poeta que se volvió transmedia

Septiembre 10, 2020

Conoce este proyecto que combina una diversidad de formatos narrativos y de recursos tecnológicos para recuperar la obra de uno de los bardos más importantes de Colombia para las nuevas generaciones. 

Karen Osorno Valera, Colaboradora.

Llegaron a la Sala de Patrimonio Documental de EAFIT como archivos originales en soportes que requerían de una impecable atención para conservar su valor histórico y como otra colección para preservar. Se trataba de documentos que hacen parte la obra de León de Greiff, uno de los poetas colombianos más reconocidos del Siglo XX por transgredir los cánones establecidos en su época, por intentar renovar la poesía nacional con la fuerza de un huracán.

Pero, ¿qué tal convertirlos en un proyecto de narrativa transmedia con el objetivo de que niños, niñas y jóvenes pudieran acceder a esos contenidos a través de formatos atractivos e innovadores, cercanos a ellos, de tal manera que permitieran su apropiación por parte de los chicos?

La idea cobró vida gracias a Mauricio Vásquez Arias, profesor del Departamento de Comunicación Social, quien en compañía de sus estudiantes y el Semillero de Investigación en Narrativas Transmedia decidió articular este proyecto de investigación-creación para su tesis doctoral en Diseño y Creación de la Universidad de Caldas, con los trabajos que hace el MediaLab de la Institución y el Centro Cultural Biblioteca Luis Echavarría Villegas.

El proyecto se denominó Diseño Transmedia para experiencias de apropiación de archivos culturales y cuenta con financiación de la Universidad a través de la Vicerrectoría de Descubrimiento y Creación.

El proyecto se presentó en la Fiesta del Libro 2019. Foto: Salón de Nuevas Lecturas, Fiesta del Libro.

 

La colección consta de 2345 piezas entre libros, partituras, folletos y algunos documentos personales del poeta. De ellos se tomaron algunos escritos, un mapa hecho por mano del autor y elementos diversos de caráter gráfico, así como fragmentos de su obra poética seleccionados para proporcionar diversos tipos de experiencia a los usuarios.

La colección fue donada a la Universidad por la familia del escritor, en cabeza de Hjalmar de Greiff, hijo del poeta.

El archivo de este bardo antioqueño de raíces suecas se empezó a pensar para ser difundido por medio de diferentes plataformas y dispositivos que permitieran la creación de experiencias dirigidas a niños y jóvenes.

En este proceso participan estudiantes del pregrado en Comunicación Social,  la maestría en Comunicación Transmedia e integrantes del grupo de investigación en Comunicación y Estudios Culturales. Sus adelantos pueden ser consultados en internet bajo el nombre de La Fanfarria Farragosa.

El profesor Mauricio Vásquez explica que “uno de los aspectos más interesantes del diseño transmedia es que, a través de múltiples plataformas, proporciona a las personas acercamientos diversos a la vida y obra de León de Greiff, los cuales se mueven entre la información y el entretenimiento, lo ficcional y lo no ficcional. Todo esto, articulando tecnologías analógicas y digitales, medios tradicionales y nuevos medios”.

Integración institucional

El  proyecto  ha  logrado  asuntos  metodológicos interesantes e integrar unidades académicas y de apoyo y gestión  de  la  Universidad. “Lo  que  mostramos es cómo se articulan la docencia  y  la  investigación  con  un  proceso de creación, con la Biblioteca y la Sala de Patrimonio Documental, con archivos históricos a través de nuevos formatos.  Es  interesante  porque  se  convierte en un modelo que implica muchos  saberes  y  capacidad  para  adaptar un tema histórico al lenguaje de las nuevas generaciones y provocar una lectura diferente del contenido poético”, explica el profesor Vásquez.

Recientemente se vincularon al proyecto la Editorial EAFIT, en cabeza de Claudia Ivonne Giraldo, y Área de Comunicación Creativa del Departamento de Comunicación. Así mismo, ha logrado tener a estudiantes en el proceso de conceptualización y diseño como Natalia Moreno y Sara Melissa  Gallego,  de  la  maestría  en  Comunicación Transmedia; Juan Pablo Castaño, de la maestría en Estudios Humanísticos, y Susana Morales, del pregrado  en  Comunicación  Social,  entre muchos otros participantes.

El proyecto permite una sinergia entre unidades académicas y de apoyo de EAFIT, investigación y creación, participación de estudiantes, acciones de proyección social y alianzas con entidades externas.

Origen y crecimiento de la idea

El  investigador  recuerda  que  hizo  una primera inmersión en el archivo de De Greiff acompañado de María Isabel Duarte, coordinadora de la Sala Patrimonial, y de Patricia Ospina, jefa del Centro Cultural Biblioteca, aliadas vitales desde el inicio del proyecto. Posterior a esto iniciaron varios procesos de experimentación y creación con estudiantes de pregrado y la maestría mencionados, y la media técnica en Producción de Contenidos Digitales de la Institución Educativa y Cultural Jesús Amigo, del barrio Doce de Octubre (noroccidente de Medellín).

“Decidimos  buscar  una  obra  significativa en términos históricos y estéticos que pudiéramos explorar y adaptar. El archivo de León de Greiff nos  permitió  realizar  un  proceso  de  diseño  transmedia  que  incluye  elementos de una obra esencialmente poética  y  aspectos  biográficos  del  autor”, añade. La  investigación,  que  tiene  una  duración de tres años y finaliza este 2020, ha evolucionado hasta lograr un trabajo conjunto con la Fiesta del Libro y la Cultura de Medellín para llegar a públicos más amplios.

En ese evento cultural, los estudiantes de pregrado y posgrado vinculados no solo compartieron buena parte de sus aprendizajes, sino que se convirtieron en codiseñadores de las experiencias que vivieron los asistentes al evento.

En la edición de 2019, cerca de 17 mil visitantes vivieron durante los 10  días de la Fiesta  del Libro una experiencia física sobre la obra de De Greiff en el Salón de Nuevas Lecturas, en cuyo diseño y ejecución participó EAFIT: la creación de un pueblo, una villa imaginaria de muchos nombres (una de las características del poeta que  usaba  diferentes  seudónimos  para identificarse) y una experiencia de realidad virtual en la que se podía vivir un viaje imaginario entre Bolombolo (Antioquia) y Korpilombolo (Suecia) como ciudades que representan parte de la vida del autor.

Ese trabajo se hizo en conjunto con un equipo de entidades en el que estaban Comfenalco Antioquia, el  Parque  Explora,  el  Sistema  de  Bibliotecas Públicas de Medellín, la Red de Casas de la Cultura de Medellín y la Universidad Pontificia Bolivariana.

Una articulación de saberes

Los jóvenes del colegio Jesús Amigo desarrollaron una mini serie audiovisual sobre el autor como forma de poner en práctica sus aprendizajes y competencias transmediales, a la vez que se apropiaron de un nuevo conocimiento relacionado con la historia de León de Greiff.

Este empeño de proyección social es otro aspecto importante de la investigación.

“Otra articulación en proceso quiere volver un producto físico en un objeto digital. Para ello estamos configurando un oráculo con 13 panidas [en alusión a los miembros del movimiento literario del que hizo parte De Greiff], 13 temas, 13 lugares y 13 acciones que permiten configurar una serie de cartas y así tener la posibilidad de escribir, dibujar o cumplir la acción que resulte del juego. Todo esto será posible a través de una aplicación para celular que permitirá ver los fragmentos de la obra de acuerdo con las cartas”, cuenta el profesor Mauricio.

 

El proyecto armonizó la obra de León de Greiff con el lenguaje de los jóvenes de hoy. Foto: Salón de Nuevas Lecturas, Fiesta del Libro.

Del mismo modo, así como es Alexa para Amazon o Siri para Apple, tiene su propio asistente de voz con inteligencia artificial para generar interactividad con los usuarios: tendrá disponibles gran cantidad de datos biográficos vistos desde la perspectiva de su esposa, Matilde Bernal.

Una estrategias de difusión en redes sociales, un disco producido en colaboración con Agroarte, Ultrasonido Studio y raperos de la Comuna 13 de Medellín, un juego de mesa y la sistematización de la experiencia de diseño, investigación y creación hacen parte de las acciones en las que vienen trabajando durante este 2020 el profesor y su equipo.

Unión de fuerzas y recursos

“Encuentro muy interesante cada una de las estrategias construidas durante este proceso para generar las dinámicas de apropiación del conocimiento sobre la obra de De Greiff. La producción de contenidos con nuevas tecnologías es costosa, pero con alianzas y una buena relación con otros actores se logran resultados de calidad que impactan en la sociedad”, explica el docente.

Él considera que trabajos de este tipo evidencian que una investigación académica se puede potenciar más allá de los espacios universitarios si se relaciona con el medio social en el cual está inmerso. Y que, por fortuna, “como academia venimos desarrollando procesos de ese tipo”.

La reacción de las personas cuando se enfrentan a experiencias como la de realidad virtual, la sinergia entre las áreas de la Universidad y los aportes de cada una de las personas que han participado, llena de satisfacción al equipo liderado por Vásquez pues logran conectar un tema histórico con el mundo actual en una experiencia de inmersión.

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Una historia de la actividad societaria en Antioquia

Enero 26, 2022

Nuevos elementos para entender las razones que permitieron que esta región alcanzara un importante desarrollo empresarial fueron hallados en una investigación de la Escuela de Derecho. El proyecto ha estudiado, hasta ahora, 3276 sociedades mercantiles constituidas en esta región entre los años 1887 y 1945.

Laura López Alzate, Colaboradora Revista Universidad EAFIT.

Gracias a la alianza entre la Cámara de Comercio de Medellín para Antioquia y la Universidad EAFIT fue posible reconstruir, a partir de documentos antiguos, la historia de la actividad societaria en la región.

El estudio demuestra los cimientos del desarrollo empresarial en Antioquia, pero también encuentra que el contrato de sociedad fue utilizado para llevar a cabo otras actividades económicas, sociales y culturales como farmacias, boticas y droguerías, clubes sociales, teatros, cines, editoriales y periódicos, entre otros.

Esto se evidencia al recorrer las páginas del libro Las sociedades civiles, comerciales y de minas inscritas en los juzgados de Antioquia entre 1887 y 1934: una historia de la actividad societaria de la región, que recoge las conclusiones de la primera fase de esta investigación realizada por los docentes de la Escuela de Derecho María Virginia Gaviria Gil y Juan Esteban Vélez Villegas, junto a Diana Paola Gil Guzmán, abogada e investigadora asociada al proyecto.

Ya está en proceso de edición un segundo tomo que amplía el análisis hasta el año 1945. Según la profesora María Virginia Gaviria, magíster en Historia e investigadora principal, en las dos primeras fases del proyecto se pudieron identificar 3276 sociedades.

Para ella, ambos libros no solo contienen todo el análisis de lo que traían los códigos y las principales normatividades de la época, sino que “van más allá para mirar cómo se usaban en la vida práctica, cómo los empresarios utilizaban esas normas, cómo se apropiaban de las mismas y, adicionalmente, los comentarios que la doctrina jurídica realizaba sobre ellas”.

La investigación fue realizada a partir de fuentes jurídicas como los extractos notariales de constitución de sociedades ubicados en el archivo histórico de la Cámara de Comercio de Medellín para Antioquia, con los que elaboraron un trabajo minucioso de investigación histórica, jurídica y socioeconómica. Con eso lograron identificar en qué regiones de Antioquia se constituyeron más sociedades y quiénes hacían parte de ellas.

Según explica María Virginia Gaviria, “muchos antioqueños tenían sus sociedades familiares o personales, pero a partir de ellas constituían otras sociedades. Existieron unos grupos societarios a principios del siglo XX, un fenómeno que pensábamos que era solo característico de la segunda parte de ese siglo”.

En la investigación también lograron definir qué tipos de sociedades se constituían en la época, siendo las sociedades anónimas menos comunes que las colectivas. Estas últimas eran las preferidas, entre otros motivos, porque generaban más confianza entre el público.

“Logramos encontrar el uso que se le daba a esa figura societaria, a ese contrato de sociedad para múltiples finalidades, que no eran solamente el contrato de sociedad para desarrollar actividades comerciales o para esas nacientes industrias. A principios del siglo XX se utilizaba la sociedad para desarrollar actividades profesionales, servicios de abogados, odontológicos, tareas de prensa, actividades recreativas, cine, teatro, editoriales y muchas otras labores que recurrían a esta herramienta”, comenta la profesora Gaviria.

Grupo de investigación de 4 personas  en la biblioteca.

Grupo del proyecto de investigación. Foto: Róbinson Henao

 

Ejemplo de prosperidad en una crisis

Juan Esteban Vélez Villegas, también docente e investigador de la Escuela de Derecho y coautor del libro, explica que Antioquia era un territorio periférico durante el período colonial que se destacaba por ser una región minera, pero donde a finales del siglo XIX y principios del siglo XX se constituyeron una gran cantidad de sociedades mercantiles y se desarrolló una actividad comercial significativa.

“La Medellín de la primera década del siglo XX era una ciudad que no tenía más de 70.000 habitantes y, sin embargo, fue un sitio en el que logró desarrollarse
una industria manufacturera muy importante, en donde comenzaron a surgir industrias dedicadas a muchos tipos de actividades. Las textilerías fueron quizás las más notables durante un tiempo, entre las que sobresalieron Coltejer y Fabricato, además de otras industrias de bebidas, zapatos y hasta fósforos, algunas que aún hoy son grandes empresas”, manifiesta Vélez.

También comenzaron las grandes siembras de café, se crearon bancos, en tanto que hubo abundancia de dinero proveniente de la minería. “Para hablar de la historia de Antioquia hay que hacer referencia a la minería”, recuerda el abogado e historiador Rodrigo Puyo Vasco, editor general del libro. Pero no todo fue color de rosa, también ocurrió lo contrario: se presentaron algunas quiebras famosas.

Todo esto representó una riqueza enorme en este período y una gran influyencia política en la vida de la Nación, tanto así que hubo tres presidentes de la República
antioqueños en este período: Pedro Nel Ospina, Carlos E. Restrepo y Marco Fidel Suárez.

El denominado Caso Antioqueño, que para muchos investigadores sorprende porque surgió en una región relativamente periférica y aislada para entonces, generó ese dinamismo industrial que igualmente queda en evidencia en esta investigación.

“Esas pequeñas sociedades colectivas antioqueñas manejaban capitales muy limitados y aún así tenían un ecosistema enormemente rico en donde había sociedades de todos los tamaños dedicadas a una gran cantidad de actividades. De esta forma, vemos que el surgimiento posterior de las grandes industrias no fue fruto del azar, sino el resultado de un movimiento mucho más general que se estaba dando en la región”, comenta el profesor Vélez.

Por esta razón, Antioquia fue un ejemplo de cómo prosperar en épocas de crisis: “La región estaba reventada con la Guerra de los Mil Días [ocurrida entre 1899 y 1902], la inflación estaba desbocada, la moneda había colapsado por los abusos del banco y tardó mucho tiempo en volver a ajustarse”.

Pero, a pesar de esa crisis tan enorme, los empresarios antioqueños de ese momento mantuvieron su asociatividad y en medio de esa situación tan difícil lograron sobreponerse y, por eso, en las primeras décadas del siglo XX se pudo dar el florecimiento de la actividad empresarial en la región.

La participación de la mujer como socia o accionista de sociedades era extraña hace un siglo. Sin embargo, se encontraron unas pocas sociedades que eran solo de mujeres. La participación femenina se consolida en la segunda mitad del siglo XX, después de que la Ley 28 de 1932 les dio la capacidad civil para hacerlo.

Un tesoro histórico recuperado

Para Lina Vélez de Nicholls, presidenta ejecutiva de la Cámara de Comercio de Medellín para Antioquia, "no podía ser que la historia de las sociedades mercantiles que se había entregado a la Cámara de Comercio estuviera guardada en un sótano húmedo. Empezamos entonces a recuperar todos sus folios y a buscar tecnologías para su recuperación. Nosotros queríamos que ese esfuerzo de preservación y análisis se materializara y eso es esta investigación".

El exrector de EAFIT Juan Luis Mejía Arango fue una de las personas que más impulsó la investigación. Para él, este libro “es el fruto de un proceso que se inició hace tres años. En la Cámara de Comercio había un tesoro, pero ese tesoro estaba inédito y había que investigarlo”.

Y es que, según el exrector, el archivo de esa entidad es una fuente de investigación jurídica, económica y social que está compuesta por los registros de las sociedades comerciales de Antioquia que por años se depositaron, primero, en un juzgado y luego llegaron a la Cámara de Comercio, entidad que hizo un esfuerzo importante por recuperar, conservar y digitalizar ese archivo.

“Me parece que aquí hay unos hallazgos importantes para los economistas y los historiadores, hoy tenemos un libro que llega a enriquecer el acervo y a permitirnos entender esto que se ha llamado el Caso Antioqueño”, asegura Mejía Arango.

Libro de relojes longines.

Las Tillandsias recurvata son plantas muy comunes en nuestro medio. Crecen incluso en techos y en cables de luz.

La investigación, como armar un rompecabezas

El desafío inicial de los investigadores fue escudriñar y buscar pistas de la historia de la actividad societaria en el archivo de la Cámara de Comercio de Medellín para Antioquia, según recuerda Diana Paola Gil Guzmán, abogada de EAFIT y también coautora del libro.
“En su primera fase, el proyecto implicó la revisión de muchísimos extractos: revisamos más de 3000 para llegar a identificar en total 1837 extractos de constitución de sociedades”, afirma. Luego, la complejidad estuvo en catalogar, sistematizar y clasificar todos esos documentos en una base de datos.
Ordenar toda esta información no fue tarea sencilla: “Encontramos 8085 socios. Son muchos nombres, fue todo un reto ver cómo poníamos esos nombres en relación y cómo se los presentábamos al lector”, asegura la investigadora.
El Archivo Histórico de Antioquia y la Sala de Patrimonio Documental de EAFIT también fueron fundamentales para hallar otra información que hacía falta.
“Por fortuna, en el departamento se han realizado una buena cantidad de trabajos sobre la historia empresarial de la región. Ese gran interés nos permitió efectuar muchos cruces y relacionar las sociedades”, puntualiza Diana Gil.
El proyecto continúa y en su tercera fase ampliará el análisis hasta el año 1960.

Valor histórico de los documentos de comercio

El abogado e historiador Rodrigo Puyo Vasco –editor general del libro– afirma que la historia de la legislación comercial en nuestro país se inicia con la herencia española de las Ordenanzas de Bilbao y la aprobación del Código de Comercio de 1853.

Durante el régimen federalista, vigente hasta 1885, cada Estado soberano reguló los temas comerciales.

Luego hubo cambios legislativos como consecuencia de la entrada en vigencia de la nueva Constitución de 1886 y en 1887 entró en vigencia el Código de Comercio Terrestre que regulaba, entre otros temas, las sociedades.

Según Puyo Vasco, para 1887 ya existían tres tipos: la sociedad colectiva, la sociedad comandita y la sociedad anónima.

Para ese entonces, los juzgados de comercio no existían y las sociedades se registraban en los juzgados de circuito.

Fue solo hasta 1931 que se entregó el registro mercantil como una función delegada pública a entidades privadas como son las cámaras de comercio.

En esta fecha se ordenó que todos los libros que estaban en los antiguos juzgados de Circuito fueran trasladados a las cámaras de comercio.

Para el historiador, estos documentos “más allá de ser unos papeles, son el recorrido histórico y la vida social, jurídica y económica de nuestra sociedad”.

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Los mil ojos del titán mirando a la sociedad

Septiembre 10, 2020

Los avances y retrocesos en asuntos de justicia, violencias, paz, seguridad y convivencia, economías ilícitas y construcción de Estado son un campo fértil para la investigación académica que busca desentrañar las complejas relaciones que rigen la vida colombiana. 

Octavio Gómez Velásquez, Colaborador.

La Universidad EAFIT es como un titán de mil ojos que, desde el aprendizaje, el descubrimiento y la creación, y la proyección social acompaña los procesos sociales, económicos y políticos que permiten interpretar muchos asuntos de nuestro devenir: la historia nacional, el papel del Estado, las instituciones que administran justicia, el accionar de los grupos ilegales, los conflictos, la reincorporación a la sociedad de excombatientes, la manera en que se desarrolla la agenda de construcción de paz y fenómenos como las economías ilegales, las organizaciones criminales y sus relaciones con las comunidades.

Son ojos que avizoran, con criterio interdisciplinario, la evolución de esos fenómenos y cuyos responsables abren espacios de reflexión y encuentro social.

El abogado Camilo Piedrahíta Vargas, decano de la Escuela de Derecho de EAFIT, destaca la participación general de las universidades durante el proceso de negociación que permitió la desmovilización de la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc) diciendo que “la academia ha sido un espacio supremamente valioso e importante para reflexionar en torno a figuras jurídicas y políticas y, en nuestro campo, especialmente sobre el Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación y No Repetición”.

En esa línea, el directivo docente destacó el trabajo de EAFIT, junto a la Universidad del Norte (Barranquilla), en “el acompañamiento a las labores de la Jurisdicción Especial para la Paz, así como a la Comisión de la Verdad”.

Piedrahíta Vargas defiende el hecho de que las universidades, durante la negociación y tras la firma del acuerdo, se hayan consolidado como “espacios y centros de debate, de tolerancia, desde donde –gracias a la credibilidad que tiene la academia– podemos hacer un acompañamiento no solo a las instituciones encargadas de ejecutar y materializar los acuerdos de paz y el resarcimiento a las víctimas, sino también a la sociedad”.

Mirada sobre las economías criminales

Los ojos de la universidad también han observado fenómenos paralelos al conflicto o que son producto de él. El doctor en Ciencia Política y docente del Departamento de Gobierno y Ciencias Políticas de EAFIT, Gustavo Duncan Cruz, experto en temas de narcotráfico, criminalidad y construcción del Estado, explica que con el proceso de paz se evidenció que “el fenómeno de las economías criminales está conformado por un espectro más amplio que surge de tantos años de conflicto. Hay una serie de actividades que son ilegales, ilegales toleradas o informales que son susceptibles a la regulación de actores armados distintos al Estado”.

Duncan Cruz añade que “el problema que quedó después de tanto tiempo fue que el conflicto enseñó a muchas comunidades y organizaciones criminales cómo explotar ganancias por ejercicio sobre ese control social porque se establece un monopolio sobre ese mercado, porque se practican extorsiones, etc.”

La academia ha ganado en metodologías para el estudio de fenómenos complejos, como la minería ilegal. Foto: Róbinson Henao.

 

Lo que cambió con la desmovilización de gran parte de las Farc, advierte, es que ese grupo tenía un proyecto de toma del Estado para transformar a su manera la sociedad, pero los grupos que los reemplazaron para controlar las economías ilegales “quieren mantener un control local sobre actividades locales y eso genera una interacción muy distinta con el Estado”.

“El miedo, la rabia y el resentimiento no han podido ser reemplazados por la empatía y la compasión necesarias para la reconciliación”. Mauricio Uribe López, jefe del Departamento de Gobierno y Ciencia Política.

Cultivos ilícitos y estrategia de negociación

Otra mirada al problema del vacío dejado por las Farc en las zonas sembradas con cultivos ilícitos la tiene el doctor en Economía Santiago Tobón Zapata, director del Centro de Investigaciones Económicas y Financieras (CIEF) de EAFIT.

Para él, la razón más probable para explicar el crecimiento de esas áreas fue una estrategia política del grupo en trance de desmovilización.

Tobón Zapata señala, primero, el hecho de que las áreas con cultivos ilícitos de coca cayeron en tasas relativamente altas hasta el último año de la negociación con la guerrilla, cuando comenzaron a incrementarse.

Tres hipótesis aparecieron para  explicar ese hecho: la más socorrida fue la decisión del Gobierno Nacional de suspender la aspersión aérea con glifosato; la segunda, la devaluación del peso frente al dólar que hacía más rentable la exportación de cocaína; y la tercera, la idea de que en el posacuerdo se iba a tener una importante oferta de programas de sustitución de cultivos ilícitos por parte del Gobierno.

Sobre el impacto de la suspensión de la fumigación aérea con glifosato, el director del Cief considera que los costos de ese método son tan altos que lo convierten en la opción menos eficiente para la reducción de esas áreas.

“Un estudio de Daniel Mejía con Pascual Restrepo (de la Universidad de los Andes), en la frontera con Ecuador, encontró que costaba entre 35 mil y 40 mil dólares reducir una hectárea de cultivos ilícitos mediante aspersión. Es decir, era más barato comprar la cocaína ya transformada que hacer la aspersión”, advierte.

Por ello, el impacto sobre los cultivos era mínimo y no se podía asociar la aspersión con la reducción de cultivos ni la ausencia de la fumigación con su aumento.

La hipótesis de una tasa de cambio elevada como la razón para el crecimiento de los cultivos tampoco tenía evidencias que la respaldaran, dice Tobón Zapata, porque es una situación que se presentó en otros momentos sin que se reflejara en un aumento de las áreas cultivadas con coca.

“La demanda de cocaína es creciente en Europa y Estados Unidos y si bien la tasa de cambio ha crecido mucho en los últimos años, no había ocurrido un incremento proporcional en las hectáreas sembradas de coca”.

“La tercera hipótesis es que se generó una expectativa en muchos campesinos que empezaron a sembrar más coca (con la ilusión de ayudas del gobierno en el poscacuerdo). Esto, al principio, se manejó simplemente como especulación, pero hace pocos meses Juan Fernando Vargas, de la Universidad del Rosario, y Daniel Mejía, de los Andes, publicaron un documento de trabajo en el que presentan evidencia empírica que respalda eso”, explica Tobón.

De  acuerdo  con  esos  hallazgos,  ese crecimiento se debería explicar por  la  mezcla  de  las  tres  hipótesis,  pero donde la estrategia de las Farc para vincular a un grupo mayor de campesinos era la más influyente. “Era complejo decirle a la gente que dejara los cultivos legales que no iban a tener ayudas del gobierno para que sembrara cultivos ilícitos que sí iban a tener esas ayudas”, afirma Tobón Zapata.

El  problema,  que  se  puede  considerar coyuntural del proceso, lleva a las consideraciones de fondo: ¿cómo debería llegar el Estado a retomar el control y la legitimidad de las zonas con cultivos ilícitos?

Para  Tobón  Zapata,  la  respuesta  ya  se  ha  discutido  ampliamente  en  los ambientes universitarios, no solo de EAFIT sino de otras instituciones: “Un trabajo reciente determinó que es mucho más eficiente, en términos de reducción de cultivos ilícitos, la titulación de tierras que otro tipo de estrategias”.

Hasta ahora, comenta, el Estado se topa con el problema de no encontrar la forma de llegar a muchos territorios donde  los  cultivos  ilícitos  y  otras  economías  ilegales  son  prácticas  habituales.

“El Estado no ha logrado consolidar su presencia en ninguno de los territorios donde se han presentado estos problemas. La región del Bajo Cauca  antioqueño,  por  mencionar  un caso, tiene problemas muy serios de orden público, violencia, crimen organizado,  gobierno  de  grupos  criminales sobre las comunidades, minería  ilegal,  cultivos  ilícitos  y  violencia del mismo nivel del que había hace 10 o 12 años”

Cooperación Universidad-Estado

Santiago Tobón Zapata, director del Centro de Investigaciones Económicas y Financieras (Cief) señala que la complejidad de muchos fenómenos de las empresas criminales hace que no haya paradigmas científicos de trabajo: “La academia tiene la responsabilidad de ser muy propositiva con programas y políticas públicas que pueden ser aplicadas en estos contextos y tiene que ser muy convincente para lograr que el Estado asuma lo que proponen nuestras investigaciones. A veces los académicos somos muy torpes en comunicar las propuestas. Debemos ser conscientes y pragmáticos de que el Estado y la política tienen que enfrentar unos retos”.

Tobón Zapata hace referencia a procesos difíciles, en lo político, tales como la discusión de la legalización de la marihuana –un debate que considera maduro en la comunidad internacional– y al cambio de paradigmas de intervención en las zonas donde el Estado debe consolidar su presencia y legitimidad.

Ampliar enfoques

El profesor Gustavo Duncan Cruz afirma que la academia tendrá que estudiar más el carácter político de las organizaciones criminales. “La gente, en vez de querer tomarse el Estado central y entregarle el liderazgo a una persona instruida, con mando jerárquico, prefiere explotar la renta criminal, controlar una comunidad, volverse rico y con acceso directo al poder, en lugar de desarrollar una guerra directa con el Estado”,

Eso, añade, se traduce en superar el fenómeno puramente criminal: son pequeños centros de poder que cobran impuestos, imponen el orden y mantienen mediaciones con el Estado central.

“En las academias internacionales ya existe el concepto de criminal governance, gobiernos criminales, una rama de estudios que está obligando a hacer más rigurosos en estos temas y que en Colombia tiene implicaciones políticas fuertes porque tanto izquierda como derecha se achacan culpas mutuas sobre la responsabilidad en este fenómeno”, dice Duncan Cruz.

 

Paz y Estado

Las empresas criminales, las zonas donde se concentran los cultivos ilícitos y la incapacidad del Estado para conso-lidar su presencia y reducir a las primeras lleva a una de las razones por las cuales el acuerdo de paz se constituye en una agenda de construcción de Estado.Mauricio Uribe López, doctor en Ciencia Política y jefe del Departamento de Gobierno y Ciencia Política de EAFIT, afirma que “buena parte de la explicación de la guerra co-lombiana ha sido la debilidad de la estatalidad y aunque construcción de paz y construcción de Estado no son sinó-nimos, en el caso colombiano las dos tareas van de la mano y son casi una hoja de ruta que debe ir de abajo hacia arriba, desde lo local hacia lo nacional, de la periferia al centro”.

A pesar del reto que ello implica, reconoce que las dificultades que ofrece el contexto actual para la implementa-ción del acuerdo de paz obedecen a que “los colombianos hemos sido muy buenos para hacer la guerra, para firmar acuerdos parciales de paz, pero no sabemos vivir en paz”.

Aunque destaca los actos de reconciliación entre desmo-vilizados de guerrilla y paramilitares, “esos episodios no han permeado al conjunto de la sociedad y el odio, el miedo, la rabia y el resentimiento no han podido ser reemplazados por la empatía y la compasión necesarias para la reconciliación”.

Uribe López señala que el gobierno de Iván Duque pa-rece haber retrocedido a la etapa en que no se reconocía la existencia de un conflicto armado en Colombia: “De todas formas, el Ejecutivo tiene unos compromisos para desarrollar el acuerdo que son legales, normativos, internacionales y vin-culantes. Sin embargo, hay cosas que van avanzando, en par-ticular el proceso de reincorporación de los combatientes”.

A pesar de eso, hay temas como la reforma rural integral, el Fondo de Tierras para la Paz, la sustitución de cultivos ilícitos, las zonas de reserva campesina y los presupuestos para inversión en el sector agropecuario que no avanzan, están estancados.

“No hay que ser alarmistas porque el horizonte tempo-ral de implementación de los acuerdos es amplio, va más allá del gobierno Duque, pero sí es motivo de preocupa-ción que los temas estructurales del acuerdo estén un poco congelados y, aparte de los programas de desarrollo con enfoque territorial y la reincorporación de los combatientes, no mucho más que esté funcionando”, concluye el jefe del Departamento de Gobierno y Ciencia Política.

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Estudio explora las estrategias corporativas de empresas multinegocios en Colombias

Enero 26, 2022

Una investigación liderada por dos profesoras de la Escuela de Administración de EAFIT describe la forma en que empresas multinegocios del país diseñan y adaptan sus estrategias corporativas desde la alta dirección.

Daniela Milena Ramírez, Colaboradora Revista Universidad EAFIT.

Adentrarse al corazón de las grandes empresas representa un desafío desde el campo de la administración debido a que sus administradores suelen ser renuentes a revelar información de la estrategia corporativa.

De ahí el mérito de un estudio realizado por dos profesoras de la Universidad EAFIT que analiza a las compañías multinegocios colombianas de seis regiones, con hallazgos que nutren el debate académico y trazan un camino para profundizar sobre el modo en que son administradas.

La investigación describe a las multinegocios como aquellas empresas con una diversidad de negocios desde la propiedad, con portafolios cruzados, una administración central y unas formas determinadas de seguimiento al desempeño (se reconocen organizaciones privadas, de origen familiar y hasta estatales).

Entre otros aspectos, sus resultados muestran la forma en que pasan a convertirse en multinegocios, la compleja configuración de la estrategia, aspectos sobre la gestión de sus portafolios y, principalmente, cómo se administran conjuntamente desde sus centros corporativos (una especie de oficina central).

Tal exploración fue realizada por las profesoras Luz María Rivas Montoya y Diana Londoño Correa, del Departamento de Organización y Gerencia, de la Escuela de Administración de EAFIT, a partir de su interés de ampliar estudios llevados a cabo en sus tesis de doctorado con empresas del Grupo Empresarial Antioqueño (GEA).

Las investigadoras consideraron que era necesario seguir indagando para entender, más allá de los aspectos financieros y económicos –que consideran muy importantes– el cómo lo hacen, es decir, la complejidad de la administración de estos conglomerados.

De acuerdo con Rivas Montoya, el hallazgo más importante tiene que ver con el momento en que pasan a convertirse en multinegocios y la dirección debe definir la estrategia competitiva para cada uno de esos negocios y la corporativa para toda la empresa; esto implica una paradoja: fortalecer la singularidad competitiva de cada negocio, mientras crean nuevo valor económico para toda la empresa multinegocios.

“Se reconoce que la empresa multinegocios compite en varios sectores y ello es muy importante para entender que no se puede tener una estrategia competitiva por empresas, sino por negocio. Hay compañías que no entienden eso y definen una estrategia para toda una empresa, cuando en realidad tienen negocios distintos”, apunta la investigadora.

Una vez están operando como multinegocios, otro reto que aparece es la toma de decisiones, que depende en gran medida del porcentaje de participación de la propiedad en cada negocio. Lo anterior implica que se presenten diferentes formas de administrar. Las académicas relacionan que la gerencia se torna más fácil cuando los dueños tienen el cien por ciento de la propiedad porque permite centralizar funciones como el pago de la nómina o de los impuestos, el uso de tecnologías, la optimización del manejo financiero, entre otros aspectos.

“Pero encontramos que esas empresas tienen distintas participaciones en las sociedades y, dependiendo del grado de propiedad, es que pueden tomar decisiones sobre algunas funciones corporativas o no, tales como la definición del portafolio, la gestión interna y la gestión externa”, explica la profesora Rivas Montoya.

Varias personas en una reunión de trabajo con computadores y vasos de agua.

El trabajo permitió obtener información de las complejidades de la administración de estas compañías.
Foto: Shutterstock

 

Diversas formas de generar valor

Otro aspecto fundamental que revela el estudio es la importancia de las estrategias de no mercado y de acción política corporativa, que tienen que ver con la gestión externa que realizan con sus grupos de interés y ante el Estado; una particularidad que, suponen, obedece al entorno del país.

En esta gestión son claves actores como los dueños, en empresas más pequeñas o familiares, y los vicepresidentes de asuntos corporativos, en las más grandes.

“El tema de la acción política y el compromiso con las regiones es muy valioso, y es muy diferente al de otras partes del mundo porque los problemas son muy distintos: se trata de otros contextos”, explica la investigadora Diana
Londoño Correa.

Este tipo de relacionamiento con la sociedad se da, en la mayoría de casos, a través de fundaciones empresariales. Asimismo, en las acciones políticas con el Estado se busca participar en la definición de legislaciones que pueden
afectar a los negocios.

También, se identifica que la administración conjunta es orientada a generar sinergias que logren que los negocios sean más competitivos, mejorando su eficiencia y creando nuevo valor. Desde la alta dirección también se impulsa el diseño de programas para pensar cómo hacer cosas diferentes y generar nuevos ingresos.

“Nuestras empresas son muy creativas en generar nuevas formas de valor al administrar conjuntamente esos negocios. De hecho, en uno de los artículos mencionamos ejemplos de nuevas formas de generar ese valor”, menciona Rivas Montoya. Sin embargo, no todas operan a partir de centros corporativos. Algunos negocios, pese a tener portafolios cruzados, pueden ser más independientes.

El hallazgo más importante tiene que ver con el momento en que las empresas pasan a ser multinegocios y la alta dirección debe definir la estrategia corporativa: cómo reconfigurará sus portafolios (invertir y desinvertir) y cómo administrará esos negocios de manera conjunta.

Aportes de la investigación

De acuerdo con las profesoras, este proceso representa tres aportes para el campo de la administración en Colombia. El primero, el llevar a los entrevistados a la reflexión sobre el cómo desarrollan sus estrategias corporativas.

“Cuando hacíamos las entrevistas generábamos consciencia de cosas que los gerentes hacen sin preguntarse tanto. En el día a día del negocio no surgen esas reflexiones porque las empresas viven en la carrera de la productividad y la competitividad. Cuando uno como investigador les hace esas preguntas y los lleva a pensar, lo van haciendo consciente”, dice Rivas Montoya.

Asimismo, se destaca que el estudio presenta un referente local de cómo se administran estas empresas porque lo usual es que estos análisis abarquen casos de estudio de empresas radicadas en otras partes del mundo.

“Para nosotras es muy importante tener información propia. No es lo mismo administrar aquí que en Nueva York o en Tokio. Son conceptos que tienen que marcar porque la administración es muy compleja y tiene muchos factores contextuales y culturales; contexto de momento y de historias, de la forma cómo se ha hecho. Todo eso es relevante”, plantea la docente Londoño Correa.

La discusión que se ha suscitado en espacios académicos con el estudio también ha generado un interés por parte de estudiantes de posgrado por seguir indagando sobre las particularidades de las formas de administración de este tipo de empresas.

Algunos, sobre todo de maestría, laboran en esas compañías y se empiezan a interesar por profundizar sobre estos aspectos en sus trabajos de grado. Lo otro es que llevan los hallazgos a la práctica de sus entornos laborales.

“Los estudiantes que vienen de esas empresas en que pudimos hacer el trabajo, al ver estos casos, pueden hacer comparaciones sobre qué ha cambiado y qué no, y ello suscita discusiones muy valiosas en las clases”, comenta Londoño Correa.

Una veta para seguir indagando

También se destaca el aporte del estudio a la literatura académica sobre las particularidades de la administración de este tipo de empresas en el contexto local.

“Hay poca literatura porque las empresas son reacias a entregar este tipo de información y porque la investigación en Colombia en administración es joven. EAFIT ha hecho esfuerzos en este sentido y esto enriquece profundamente la docencia y la investigación aplicada. En el mundo, lo más frecuente es el estudio de las fusiones y las adquisiciones, con un mirada
económica y financiera, pero de la etapa de integración, que sigue a una adquisición, hay literatura interesante pero aún hay preguntas abiertas”, asegura Rivas Montoya.

Según Diana Londoño, el estudio también evidencia que hay multinegocios que no son de tipo familiar, como se ha enfatizado en algunas investigaciones similares en América Latina.

Dos mujeres en medio de una plaza con naturaleza.

Las profesoras Diana Londoño Correa y Luz María Rivas Montoya. Foto: Róbinson Henao

 

“Si yo quisiera hablar de los grupos coreanos, japoneses o alemanes encuentro artículos. De los latinoamericanos y colombianos hay algunas referencias alrededor de lo familiar, pero no todos están configurados así”, sostiene.

Los hallazgos, que han sido consignados en diferentes publicaciones académicas, también han dado cabida a otros trabajos de investigación sobre la variedad de alternativas para administrar empresas multinegocios en Colombia y que se encuentran en un estado de avance importante.

Se espera que como el ya presentado, sirva para seguir comprendiendo las estrategias corporativas de las poco estudiadas empresas multinegocios del país.

Nuevas líneas de investigación

La indagación sobre empresas multinegocios en seis regiones de Colombia permite evidenciar un espectro amplio para seguir realizando este tipo de estudios en el país.

La profesora Diana Londoño dice que el tema sigue abierto y hay cabida para indagar por diferentes aspectos que permitan enseñar cómo funcionan estas empresas desde la alta dirección, un asunto que compete específicamente al campo de la Administración.

“Es muy del tejido interno y de las decisiones que se toman dentro de la organización. Todas esas decisiones son cosas que le interesan al administrador. Las otras miradas son valiosas e importantes, pero son diferentes”, menciona.

Entre otras líneas de investigación, las docentes consideran de interés: la identificación de sinergias en las empresas multinegocios, la acción política corporativa, las configuraciones de portafolio y el fenómeno multinegocio en empresas pequeñas.

Las académicas están realizando actualmente un estudio con el Grupo Éxito con el cual buscan entender cómo se materializaron las sinergias en esa firma.

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¿Emisiones a la atmósfera?, ¿por qué no mejor de bonos verdes?

Enero 22, 2022

Al igual que en el fútbol, el tiempo juega contra quien necesita resultados. Hoy, aparte de tiempo, el medio ambiente requiere de acciones que financien iniciativas que mermen las emisiones de efecto invernadero. Los bonos verdes son una opción que crece y se consolida en el mercado de deuda.

Juan Carlos Luján, Colaborador Revista Universidad EAFIT.

Habría que vivir en Marte para no percibirlo. Fuertes aguaceros que generan enormes inundaciones, tifones y huracanes que se forman con mucha más intensidad, olas de calor o frío que golpean amplios sectores del mundo, fenómenos atmosféricos que desconciertan a la ciencia.

Quienes habitamos la Tierra, como en un partido de fútbol definitivo, jugamos en contra del tiempo por cuenta del cambio climático y desde diferentes ámbitos, incluidas las finanzas, y por tanto, es un imperativo buscar soluciones que permitan revertir una situación tan determinante para el futuro de la humanidad y de las diferentes especies que conforman el planeta.

Sí, hay que movilizar recursos para generar efectos resilientes alrededor del medio ambiente, pues como lo menciona Juan Felipe Franco, director general de Hill Consulting –firma colombiana que se encarga de trabajar por territorios amables y saludables–, la gestión para hacerle frente al cambio climático no puede
ser exclusivamente financiada a través de recursos de donación o de cooperación internacional.

“Definitivamente se necesita de la inyección de capital importante para lograr acciones transformadoras”, menciona el consultor, quien agrega que una alternativa para hacerle frente al asunto son los bonos verdes, financiación que se requiere con prioridad teniendo en cuenta las ambiciosas metas internacionales de Colombia frente al cambio climático y la consiguiente movilización de recursos para su cumplimiento.

Además, no se trata de un asunto filantrópico, sino de gestión de un riesgo, como lo son las acciones en beneficio del medio ambiente. Famosos desde 2007, cuando un grupo de inversionistas nórdicos se acercó al Banco Mundial con el fin de gestionar herramientas que les permitieran invertir en los mercados financieros, pero a la vez tener unos impactos positivos en el medio ambiente, se trata de instrumentos de deuda cuyos recursos solo deben utilizarse en proyectos con efectos ambientales positivos.

La definición de lo que son está en el estudio internacional El potencial de los mercados de bonos verdes en América Latina y el Caribe, financiada por la Fundación EU-LAC y en la que participaron académicos de EAFIT, la firma Hill y Get2C.

En palabras de Diana Constanza Restrepo Ochoa, docente del Departamento de Finanzas de EAFIT y una de las autoras del estudio, los bonos verdes permiten visibilizar los recursos dirigidos a la financiación de iniciativas relacionadas, por ejemplo, con eficiencia energética, energías renovables limpias o infraestructura sostenible, entre otras.

La profesora explica que “esto nos ayuda a entender mejor cómo se mueven los recursos hacia estas áreas, acordes con el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y también con el Acuerdo de París, que busca un compromiso global por limitar el aumento de la temperatura en el planeta a menos de dos grados centígrados de aquí a 2030. Idealmente a no más de 1.5 grados centígrados”.

Planta.

Los bonos verdes son más que un asunto de financiación o de corte filantrópico. Son también una forma de gestión de un riesgo, como todas las acciones en beneficio del cuidado del medio ambiente.
Foto: Róbinson Henao

 

Un mercado de crecimiento

Utilizados por instituciones públicas y privadas, los bonos hacen parte de un mercado de valores de deuda, es decir, en el que se presenta un  financiamiento por medio de la emisión de dichos bonos. Son también conocidos como valores de renta fija, pues entre emisores y compradores se sabe con exactitud la cantidad de dinero que se obtendrá y el interés fijado.

Los bonos verdes integran dicho mercado y, a 2019, se habían tranzado 1397 billones de dólares en el mundo, según el registro que desde 2014 hace The Climate Bonds Initiative (CBI). A su vez, durante 2021 se han movido 298.4 billones de dólares en todo el planeta en bonos verdes.

La profesora Diana Restrepo especifica que son los actores privados quienes más han intervenido en este mercado con la emisión de más del 50% de los instrumentos. El sector público como tal tiene una participación cercana al 30% y la banca de desarrollo un 16 o 17%.

El estudio subraya que, según datos de 2019, Europa se erigía como el principal emisor con un 40% de bonos, mientras que América Latina aportaba solo un 2%.

Y aunque es un mercado en crecimiento, corresponde al 1 % del mercado general de bonos, como lo indicó el Banco Interamericano de Desarrollo en 2019 y que se reseña en la publicación. “Llegar a ese tamaño del mercado global de deuda no es algo desdeñable porque este es un mercado bastante grande”, dice la académica, y más aún cuando su auge comenzó en 2014, siete años después de la emisión del primer bono. En lo concerniente a Latinoamérica, Diana Constanza Restrepo comenta que una de las razones para que falte más consolidación es que se trata de un sector con mercados de deuda aún muy pequeños.

“La mayoría de nuestro tejido empresarial está conformado por empresas pequeñas y medianas, y se necesita salir con una cantidad relativamente grande de deuda (una emisión competitiva de deuda en el mercado colombiano es de más de 200 mil millones de pesos)”.

A 2019, Europa se erigía como el principal emisor con un 40% de bonos,
mientras América Latina aportaba un 2%. El mercado mundial de bonos
verdes corresponde al 1% del mercado general de bonos.

Su uso en el país

En Colombia, para mostrar ejemplos de emisión de bonos verdes, se destacan las hechas por Bancóldex, organización que en 2017 emitió un bono verde de 200 mil millones de pesos que le permitió conceder créditos verdes por cerca de 330 mil millones de pesos.

ISA, en 2020, hizo una emisión de 300 mil millones de pesos para el financiamiento de dos proyectos en la región Caribe y así permitir la conexión de energías renovables no convencionales (eólica y solar) al Sistema Interconectado Nacional. Además, hubo unas colocaciones privadas de Bancolombia (350 mil millones de pesos) y Davivienda (433 mil millones de pesos), ambas en 2017, lo que las convirtió en las primeras en abrir este tipo de bonos en el país.

Ambas emisiones fueron adquiridas por la Corporación Financiera Internacional (IFC) para darle prioridad a proyectos que combatan el cambio climático. Por lo anterior, para la docente, uno de los aspectos positivos en Colombia es que los bancos han entrado mucho a dicho mercado y esto es un caso especial dentro de Latinoamérica.

A su vez, Colombia emitirá bonos soberanos verdes este 2021, ofrecidos por gobiernos nacionales. “Ellos han tenido acompañamiento del Banco Interamericano de Desarrollo y el Banco Mundial en la estructuración de esta emisión. Esperaríamos, eso sí, que la colocación resulte exitosa”, expone la profesora Diana Constanza Restrepo, quien considera que aspectos como la no firma del Acuerdo de Escazú, muy relevante para la protección del medio ambiente en el país, seguramente no afectará la intención de los inversionistas, teniendo en cuenta la especificidad de los bonos y su destinación, y el respaldo que ha tenido el Gobierno durante el proceso de estructuración.

¿Qué son los bonos verdes?

Instrumentos de deuda cuyos recursos solo deben utilizarse en proyectos con efectos ambientales. Los pueden emitir empresas, gobiernos, municipios o entidades supranacionales.

¿Bonos verdes soberanos?

Son aquellos emitidos por gobiernos nacionales. Su emisión permite a un gobierno atraer directamente a los mercados de capital para financiar los compromisos.

Dificultades y marcos normativos

En el estudio es clara la explicación que se hace sobre la regulación de los bonos verdes, aunque como dice la misma publicación, detallar lo que es “verde” no es tan sencillo. Fue la International Capital Markets Association (ICMA) la que definió los Principios de los Bonos Verdes (GBP, por sus siglas en inglés), los que, de acuerdo con la investigación, son “directrices de proceso voluntario que recomiendan la transparencia y la divulgación y promueven la integridad en el desarrollo del mercado de bonos verdes al aclarar el enfoque para la emisión”.

La académica anota: “Los GBP dan unos lineamientos sobre cómo se debe estructurar el bono, cómo se deben informar los proyectos en que se va a invertir y cómo se debe reportar. Ese es uno de los problemas que tiene el mercado, y es que los emisores pueden o no acogerse a los principios de los bonos y aun así etiquetar como verde”.

Volviendo sobre lo que es “verde”, una de las dificultades del mercado está relacionada con el greenwashing que es, por ejemplo, cuando una petrolera o una mina de carbón emite un bono verde para eficiencia energética, y aunque ahorren energía, su foco de actividad económica continuará siendo muy contaminante.

Aspectos como el desconocimiento del funcionamiento y las ventajas de estos instrumentos, la actualización aún más de su regulación y la socialización de su operación también se hacen necesarias para fortalecer el aumento del mercado. En la actualidad, los bonos verdes se utilizan para iniciativas en energía renovable, infraestructura verde.

El escenario pospandemia

La contingencia del COVID-19 priorizó otras necesidades para el mundo. Tanto en América como en Europa, las zonas en que se centró la investigación –y por sus diferencias sociales y económicas–, se viven escenarios en los que se hace necesario revisar el futuro de este mercado, aunque las previsiones son positivas.

Según la investigación, en el caso de Latinoamérica y el Caribe, “a pesar de la incertidumbre pandémica, todavía existe la oportunidad de apelar al mercado de deuda para financiar la recuperación y los bonos verdes podrían ser un instrumento importante con el fin de movilizar recursos financieros de apoyo a una recuperación económica alineada con la construcción de emisiones cero”.

Los europeos, por su parte, acordaron el próximo presupuesto a largo plazo (1824,3 mil millones de euros). Allí incluyeron medidas de recuperación del COVID-19 pensando también en un futuro más sostenible que apoye la inversión en las transiciones verde y digital.

Calle principal en donde hay semaforos dos ciudadanos montando en bici y transporte publico.

El transporte limpio es uno de los campos que se puede financiar con este tipo de bonos. Foto: Róbinson Henao

 

"Ante este panorama, Juan Felipe Franco, de Hill Consulting, cree que el mercado no se verá afectado de forma negativa. “Por el contrario, cada vez más los países, los territorios y la empresa privada van a demandar más de este tipo de instrumentos de deuda para sacar adelante la recuperación pospandemia sostenible, y que empiece a tener criterios de desarrollos bajos en carbonos y resiliente al clima”.

Cambio climático, futuro, financiación, proyectos alternativos, verde... Más que palabras claves, la supervivencia de la humanidad en la Tierra, así como de las especies que hoy habitan el planeta, necesita de acciones.

Los bonos verdes, y por ende las finanzas sostenibles, como lo reitera la profesora Diana Constanza Restrepo, permiten anticiparse a esos eventos. “Si entendemos que el ambiente es una fuente de riesgo y no actuamos sobre lo que estamos haciendo para cambiar la trayectoria, seguro vamos a estar peor”.

Ah, y que quede claro, en voz del líder de Hill Consulting, que los bonos no son el único instrumento financiero para este problema. “Requerimos de esfuerzos para que haya una combinación de distintos instrumentos, a través de los que se movilicen recursos para la acción climática en Colombia y en América Latina”.

¿Cuál es el negocio de invertir en ellos?

Los bonos verdes son, básicamente, acuerdos en los que un grupo de inversionistas se compromete a comprar la deuda a los emisores de dichos bonos y los emisores, a cambio, se comprometen a pagar unos intereses mientras el bono se vence.

Para Juan Felipe Franco, de Hill Consulting, los bonos terminan siendo una deuda por la que quien utiliza los recursos debe pagar unos intereses por ese dinero que recibe. Frente al mercado de bonos convencionales, la diferencia con los verdes es que en el caso de los segundos los recursos que se recogen con la emisión solo se pueden utilizar en proyectos con beneficios ambientales.

Se trata, entonces, de instrumentos de deuda o financieros que son ampliamente usados por los países, por el sector privado y por los gobiernos. Lo interesante, además de la destinación de estos recursos, son los requisitos para acceder a estos, los que en ocasiones son entregados al usuario final bajo unas condiciones: tasas especiales, plazos de deuda quizás más amplios y períodos de condonación.

El aporte de estos instrumentos de financiación pasa por la necesidad de beneficiar acciones que tengan impactos ambientales positivos, en la reducción de emisiones y en la forma como las comunidades cada vez son más resilientes a los impactos del cambio climático.

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Cuidar la economía para una reactivación estructural

Enero 26, 2022

La pandemia profundizó temas que estaban pendientes en la agenda económica mundial y trajo nuevos retos para reconstruir el tejido empresarial, comprender el futuro de las empresas y, sobre todo, proteger el empleo de las personas más vulnerables.

Diana Milena Ramìrez, Colaboradora Revista Universidad EAFIT.

Aunque todavía perturbados por lo que ha significado la aparición de la pandemia mundial en el año 2020, estudios, tendencias, debates y análisis intentan alumbrar el camino para curar la economía. Los efectos son devastadores y se han sentido con fuerza en miles de empresas y en millones de empleos, sobre todo entre las poblaciones más vulnerables. La situación ha removido también los focos de interés de la investigación.

No es simple pesimismo. Mientras los gobiernos, con mayores déficit presupuestales y niveles de deuda más elevados, se mantienen en una lucha desigual por cuidar la salud de los ciudadanos y se retan a reactivar sus economías y procurar que se recuperen, los efectos del COVID-19 son reales y profundos, como lo han empezado a evidenciar los diagnósticos que han emergido durante este 2021.

El Fondo Monetario Internacional (FMI), que prevé un crecimiento económico de 6 % para finales de 2021, luego de una contracción de -3,5% el año pasado, se ha mostrado preocupado porque se han ahondado las brechas mundiales entre las economías avanzadas y las emergentes, en razón de que la recuperación se ha dado en medio de una distribución desigual de las vacunas.

Bajo un escenario de mayor desigualdad, para los expertos es claro que el crecimiento económico global no será el único factor que determine la recomposición de los mercados y el bienestar de las personas.

Eso lo cree la academia y se ha registrado en análisis de prospectiva como El futuro de la sostenibilidad en las empresas, de Forética y el Consejo Empresarial Mundial para el Desarrollo Sostenible. “El grado en el que el bienestar y la estabilidad social dependen actualmente del crecimiento económico constante se ha convertido en una fuente de vulnerabilidad ante la pandemia del COVID-19”, señala el estudio.

Las investigaciones sobre la pobreza y la desigualdad, que antes de la nueva realidad mundial eran importantes, hoy tienen un mayor relieve. La razón, en el caso de los esfuerzos por poner fin la pobreza, es que esta lucha también tuvo un revés. La pandemia generó 124 millones de nuevos pobres en 2020, según  el Banco Mundial.

“Con la pandemia se acentuaron estos temas. En países como el nuestro o como Chile, en que las condiciones no eran las mejores, ese debate resurge con fuerza, aunado a la protesta social, por lo que se muestran como un tema de investigación interesante en torno a lo que es la desigualdad de la renta”, expresa Mauricio López, coordinador del Grupo de Macroeconomía Aplicada de la Universidad de Antioquia (U. de A.).

El empleo vulnerable

Otro asunto que suscita interés, al mismo tiempo que preocupación, es el futuro del empleo. Se necesitan luces para la recuperación de puestos de trabajo para los grupos de población que ya venían con problemas antes de la llegada del virus.

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) ha calificado el fenómeno de 2020 como “una disrupción sin precedentes en el mercado laboral”, pese a las medidas inmediatas de gobiernos, gremios y empleadores por preservar los puestos de trabajo y los ingresos de las personas.

“Si bien es cierto que estas medidas han sido esenciales para mitigar la crisis, todos los países han sufrido un pronunciado deterioro del empleo y de los ingresos nacionales, lo cual ha acentuado las desigualdades existentes y ahora se corre el riesgo de perjudicar de forma duradera a los trabajadores y a las empresas”, señala su informe de perspectivas para el empleo en 2021.

De acuerdo con este organismo, esta situación llevará a que en 2022 haya 205 millones de personas sin trabajo, cuando en 2019 esta cifra, que ya presentaba un déficit amplio, era de 187 millones.

Calle principal con una iglesia antigua de fondo y locales.

Hoy tienen alta relevancia las investigaciones sobre pobreza y desigualdad, las cuales se agravaron por los confinamientos y los efectos de los cierres de empresas y negocios por la pandemia. Foto: Róbinson Henao

 

“Toda la temática de empleo se desatendió. Quisimos salvar el existente y no moldear el del futuro. Por eso mantienen relevancia asuntos como las brechas de género, el desempleo juvenil y la situación laboral en general”, apunta Giovanni Montoya, catedrático de economía, finanzas y estrategia en la Universidad Católica de Chile y en otras universidades en Colombia. En el caso de los jóvenes, se señala que no solo es importante seguir estudiando las elevadas tasas de desocupación, sino los impactos en cuanto a la formación y la posibilidad de que esta población pueda acceder a su primer empleo.

“El inconveniente es que parte de los jóvenes sin formación académica o con poca formación vieron afectadas sus habilidades de trabajo en equipo y de expresión. La misma rectora de EAFIT, Claudia Restrepo Montoya, mencionaba que ello se vio en los resultados de las pruebas de Estado. Eso va a ser un inconveniente para que puedan incrustarse en el tejido empresarial”, dice Óscar Medina Arango, profesor del Departamento de Organización y Gerencia de la Universidad EAFIT.

De otro lado, la brecha de género, que en los últimos años ha cobrado bastante relevancia en los análisis, también se mantiene como un tema central de investigación, pero con un ingrediente adicional: el temor de que lo logrado para alcanzar la paridad se haya perdido.

Los constantes estudios sobre el empleo que se conocieron en 2020 mostraron una tendencia a que miles de mujeres en el mundo abandonaran sus empleos remunerados para dedicarse a las tareas del hogar, y ello se vio de manera paulatina en las crecientes tasas de desempleo de esta población.

En Colombia, por ejemplo, la tasa de desempleo de las mujeres en julio de 2021 fue de 26,2%, según el Departamento Nacional de Estadística (Dane); 10 puntos porcentuales por encima de la tasa registrada en los hombres, cuando en 2019 la brecha era casi de la mitad.

“La deslocalización del empleo puede incidir negativamente en que se amplíen las diferencias de los salarios entre hombres y mujeres, ampliando las brechas de género”. Óscar Medina Arango, profesor del Departamento de Organización y Gerencia de la Universidad EAFIT.

Empleo en personas vulnerables

Por su parte, también se requiere conocer el impacto sobre los trabajadores informales (en que es común encontrar migrantes, víctimas de la violencia y otras poblaciones vulnerables), que no solo vieron disminuidos sus ingresos como consecuencia de los confinamientos, sino que se presume tuvieron mayor afectación por el virus, dado que su actividad les impedía permanecer en el hogar.

“En América Latina son más fuertes los temas del mercado laboral y la informalidad. Preocupa bastante porque si bien antes eran importantes, con la pandemia nos dimos cuenta de que su relevancia es mayor como un tema determinante de la pobreza”, analiza el director del Grupo de Macroeconomía Aplicada de la U. de A.

Respecto a los empleos no calificados, hay inquietud de qué tanto la digitalización y la exigencia de nuevas competencias logrará que se mantengan enganchados o recuperen el empleo perdido. Si el Foro Económico Mundial había advertido que la desaparición de puestos de trabajo sería profunda en pocos años, lo que estiman los académicos es que el nuevo panorama mundial no hizo más que acelerar esta transformación.

“Como debates que emergieron con la pandemia se tiene el tema de la automatización y profesiones que están en riesgo de continuar en un futuro cercano. Urge estudiar más cuáles serían los empleos que se van a perder o van a ganar más fuerza a futuro”, añade el profesor Mauricio López.

La deslocalización del trabajo

Otro fenómeno que se ha acentuado en los últimos meses es la deslocalización del empleo, es decir, la afectación por la decisión de las empresas de trasladar su producción, buscando abaratar costos de producción.

De acuerdo con el profesor Óscar Medina Arango, de EAFIT, se estaba generando antes de la pandemia, pero hoy se está viendo incluso en economías emergentes y ya no por países o por estados, como ocurría en Estados Unidos, sino por regiones. “Se va a generar un desplazamiento de trabajos hacia otras partes que antes se limitaba a los centros de servicio al cliente o los centros médicos”, señala.

Asimismo, considera que la deslocalización puede incidir negativamente en que se amplíen las diferencias de los salarios entre hombres y mujeres. “En Estados Unidos, Francia, Países Bajos y Austria se estaba impulsando la publicación de los salarios, por los diferentes tipos de trabajo y los que se pagaban entre hombres y mujeres. Lo que ha ocurrido, por ejemplo en Estados Unidos, es que la medida ha hecho que algunas compañías dejen de contratar personas de los estados que lo han exigido, y lo dicen abiertamente”, añade el profesor Medina Arango.

La filosofía empresarial deberá tener en cuenta también las discusiones sobre la productividad y el equilibrio con el bienestar y la salud de las personas. “Ahora, cuando la pandemia se empieza a acabar y la mayoría de la gente está vacunada, muchos probablemente no van a regresar a la empresa. El fenómeno se está viendo en Estados Unidos, en donde se prevé que varias industrias y sectores tendrán dificultades para reenganchar al personal, lo que puede generar que se suban los costos”, dice Luis Fernando Mondragón, profesor de la maestría de Administración Financiera y de la maestría en Gerencia de Proyectos de EAFIT.

Un hombre estudiando los empleos en el futuro.

Es urgente estudiar cuáles serán los empleos que se van a perder o a ganar más fuerza en el futuro debido a la automatización de la producción empresarial. Foto: Shutterstock

 

El futuro de las empresas

Respecto a la situación de las empresas y la recomposición del tejido empresarial, además de los estímulos que se puedan generar desde el Estado, han emergido necesidades de estudiar los enfoques estratégicos en un contexto tan cambiante, las nuevas formas de producción, la orientación hacia el nuevo consumidor y la adaptación general a este escenario de mercado.

Mondragón dice que las empresas hoy se están preguntando qué hacer con su estrategia corporativa, ya que esta se desbarató con la coyuntura. “Las proyecciones que se tenían a cinco años desaparecieron. Hay una profunda
demanda para trabajar sobre el nuevo futuro y los nuevos escenarios para replantear la estrategia de los negocios.

Ello ocurre porque cambiaron las tres bases de la estrategia: mercados, productos y empresas”, señala. Así como las formas de trabajo plantean nuevos paradigmas acerca de la productividad, también hay debates sobre si es necesario que las empresas se enfoquen más en ser resilientes que eficientes, como una forma de ser sostenibles.

De hecho, se espera que las investigaciones contribuyan a mostrar casos de éxito en aquellas industrias que se adaptaron con rapidez a la adversidad. Si bien es cierto que la COVID-19 resintió a casi todos los sectores, las empresas también mostraron una capacidad de adaptación que se debe considerar en el nuevo entorno.

“La pandemia ha revelado la rapidez y contundencia con la que administraciones, empresas y sociedad pueden actuar cuando se percibe que existe una emergencia real. Debemos reconocer que no hemos visto unos niveles de adopción de medidas semejantes en lo que atañe a desafíos como el cambio climático, la biodiversidad y la desigualdad”, dice el estudio de prospectiva de Forética y el Consejo Empresarial Mundial para la Sostenibilidad.

Transformación digital

La industria 4.0 también se mantiene como un aspecto relevante de los estudios académicos en este período de pandemia, tanto para entender la adaptación a la tecnología como en la comprensión de la adopción acelerada por los confinamientos.

De la incorporación de machine learning, blockchane, data science, robótica y todos los temas de la Cuarta Revolución Industrial, llaman la atención los efectos que tendrán en las profesiones, como se mencionó, y las brechas que puede generar entre países con economías desarrolladas frente a las emergentes.

“La cuestión es cómo los países van a la par con las tendencias mundiales, a la luz de los desarrollos tecnológicos, teniendo en cuenta que están cambiando la forma de hacer las cosas, con un efecto inmediato en la calidad de vida. Lo que veo es que habrá más separación entre las economías desarrolladas y las emergentes; los nuestros seguirán siendo más lentos en la adopción de estas tecnologías y muy dependientes de las materias primas”, asegura el profesor Mondragón.

La reconfiguración de la empresa también tendrá que atender las nuevas prioridades de los mercados. Se cree que los consumidores han llegado a un nivel de consciencia importante sobre lo fundamental, como lo mostraron las firmas consultoras durante 2020 y que se mantiene como tendencia, pese a la apertura de las economías.

Las nuevas perspectivas y las conclusiones que emerjan de estas, en conjunto o por separado, podrán aportar a que se genere en el diálogo social y la cooperación internacional en que se enfocan los llamados para trabajar desde diferentes esferas para que los efectos de la pandemia sobre la economía no afecten más el empleo vulnerable ni a las propias empresas.

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Con juegos se estimula el espíritu emprendedor

Septiembre 10, 2020

Investigaciones que se preguntan por cómo desarrollar habilidades y competencias que impulsen la innovación y el emprendimiento han llevado al diseño de estrategias didácticas en diversos formatos: formas lúdicas para aprender a pensar en nuevos negocios.

Laura López Alzate, Colaboradora.

Camilo, un joven de familia caficultora, recibió el día que cumplió 17 años una caja de su abuelo Miguel que contenía una carta y un juego. En la misiva le manifestaba: “¿Quién mejor que tú para continuar esta tradición cuando ya no esté? Quisiera que no olvides todo lo que has aprendido aquí. Que cuando compartas una taza de café con tus compañeros de estudio les enseñes todo lo que hay detrás de ella [...] Esta caja contiene un juego que he diseñado para ti. Pruébalo con tus amigos, [...] haz que aprendan de corazón para ser embajadores de nuestra propia cultura y hablar así desde el ejemplo con un idioma universal: las emociones”.

Esta fue la base que inspiró a Innovación y Emprendimiento EAFIT, área adscrita a la Escuela de Administración, a crear Cafet, un juego de cartas en el que el reto es conformar 12 diferentes empresas relacionadas con la industria cafetera, entre ellas una cooperativa, una trilladora, una exportadora y una tienda.

Con esta dinámica, los jugadores deben aprender a observar y a definir estratégicamente la mejor manera de hacer sostenible un negocio de café. Asimismo, invita a la elaboración de 12 recetas con cinco ingredientes.Estudiantes de intercambio de Australia, de la Empresa de Desarrollo Urbano de Medellín, los colegios Fontán y Montessori, la Unidad Educativa Católica La Victoria, la Universidad Particular de Loja, la Pontificia Universidad Católica (estas tres últimas instituciones de Ecuador) y la Universidad Mariano Gálvez, de Guatemala, validaron el juego y destacaron esta herramienta como contribución al aprendizaje de la industria cafetera.

Cafet busca el desarrollo de cinco habilidades innovadoras: experimentar, asociar, observar, interrogar y trabajar en red. 

Hombre en una oficina con dos computadores y en una reunión virtual con 4 personas.

La estrategia está alineada con las demandas actules del entorno global. Foto: Róbinson Henao

 

Estas habilidades han sido trabajadas en el ámbito internacional por autores como Jeffrey Dyer, Hal Gregersen y Clayton Christensen en el libro El ADN del Innovador que describe los hábitos de personas como Steve Jobs y otros grandes revolucionarios en esta materia. “Este juego aborda problemáticas del sector cafetero como exceso de agua, contaminación y relevo generacional. También sondeamos que muchos chicos no conocen la industria del café ni sus actores, a pesar de que están en un país productor”, señala Jorge Hernán Mesa Cano, coordinador académico de Innovación y Emprendimiento de la Escuela de Administración de la Universidad EAFIT.

Oportunidades para el sector

Pero el desarrollo de Cafet no ha parado, ahora se presentó al Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación (Minciencias) para una segunda fase. Este  proyecto,  enmarcado  en  una  convocatoria  en  asocio  con  la  Gobernación de Antioquia para fortalecer la formación virtual en el departamento, contempla el desarrollo de dos productos principales: un MOOC (Massive Open Online Course) alrededor del emprendimiento y la transformación del café, y el juego que será llevado a versiones web, app, realidad aumentada y realidad virtual.

Para esto se unieron cuatro actores: el Grupo de Investigación en Desarrollo e Innovación en Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (Giditic), con la participación del profesor Helmuth Trefftz en el tema de realidad aumentada; el Semillero de Realidad Virtual y Videojuegos; una empresa experta en el desarrollo de videojuegos, Medea Interactiva; y el Grupo de investigación, Innovación y Empresarismo (GUIE) de la Escuela de Administración de EAFIT.

“En el juego tradicional de cartas hay que estar junto a las otras personas para jugarlo, pero estamos buscando que personas en otros lugares puedan conectarse. Los jóvenes buscan competir de una manera sana, por eso se realizan este tipo de juegos serios bajo el concepto de gamificación. Con las plataformas tecnológicas se pretende entregar una experiencia adicional al juego de cartas. Cafet estará disponible en realidad virtual, en donde se pueden ver avatares en representación tridimensional. Además, se evaluará en cuál de las diferentes plataformas la gente se  siente  más  motivada”, afirma Helmuth Trefftz, coordinador del Laboratorio de Realidad Virtual.

Minciencias y EAFIT aportan cerca de 700 millones de pesos para este proyecto. El MOOC, desarrollado con la colaboración del Centro para la Excelencia en el Aprendizaje (EXA) y el Centro Multimedial de EAFIT, se publicó en la plataforma Miríada X. Allí se consolidó un material alrededor de las habilidades innovadoras y el café. Este curso fue validado a finales de 2019 y tuvo 1060 personas inscritas de 35 países.

“El punto es cómo los juegos nos están permitiendo formar a los chicos de una manera diferente pero, adicional, nos está facilitando a los profesores investigar sobre estas temáticas.De hecho, presentamos un paper ante el Consejo Latinoamericano de Escuelas de Administración (CLADEA) en 2019 mostrando las actividades que se vienen realizando alrededor de los juegos y parte de la propuesta que se le hizo a Minciencias es que debemos presentar papers a revistas indexadas”, indica Jorge Hernán Mesa.

Para Rubén Betancur Sierra, gerente de Medea Interactiva, este trabajo ha enriquecido aún más un producto valioso como Cafet que tiene un enfoque de emprendimiento que integra la visión y capacidad de potenciar el conocimiento de la cultura cafetera en entornos de juegos físicos y al que la empresa le ha aportado en el desarrollo de serious games (videojuegos que buscan enseñar, comunicar y transformar).

“La sinergia entre lo empresarial y lo académico es clave para generar mejores empresas, mejores productos y mejor academia. Cada uno aporta su mirada desde una perspectiva que tiene puntos en común, pero también enfoques y acentos diferentes. Cuando se logra una colaboración como la que hemos tenido entre EAFIT y Medea Interactiva se gana en aprendizaje, en procesos, en resultados y en conocimiento. Además, se disfruta hacerlo”, manifiesta Betancur.

Los juegos fueron diseñados junto al Semillero de Investigación en Innovación y Emprendimiento y el Club de Innovación EAFIT, espacio extracurricular que reúne a estudiantes y profesores.

Nuevo modelo para aprender

El juego Cafet hace parte de todo un nuevo modelo para el aprendizaje. Innovación y Emprendimiento de la Escuela de Administración empezó en 2015 a cuestionarse acerca de  las  nuevas  maneras  de  aprender  de  los  jóvenes  y  la importancia de estimular en ellos la motivación para desarrollar habilidades y competencias.
Fue así como en equipo con el Centro para la Excelencia en el Aprendizaje de la Universidad (EXA) desarrolló una manera distinta de enseñar los temas de emprendimiento e innovación en la asignatura Iniciativa y Cultura Empresarial que recibe 1800 estudiantes al año y hace parte de las materias obligatorias en los planes de estudio de todos los pregrados de EAFIT. Después de investigar y conocer mejor esas necesidades de la juventud, se llegó a la construcción de una metodología de aprendizaje activo con un enfoque de aula invertida.

Cielo de fondo y mujer con las manos levantadas y unas gafas de realidad virtual.

El juego se produjo con financiación de EAFIT y Minciencias. Foto: Pixabay

 

Pero, ¿qué significan estos nuevos conceptos incorporados al aula? Jorge Hernán Mesa Cano explica que antes el docente era quien tenía el conocimiento y el saber de todo, pero con la metodología de aprendizaje activo lo que se busca es que oriente a los estudiantes, establezca acuerdos y reglas de trabajo.

Aquí, los alumnos toman una posición más activa, comienzan a vivir actividades que les brindan experiencias con un aprendizaje distinto.

“El juego es una actividad inherente al ser humano y los niños aprenden mediante esto a socializar, compartir. En esta etapa universitaria lo que se busca es que ese estudiante aprenda y refuerce competencias y habilidades con ciertos juegos. Por ejemplo: uno de roles permite identificar cómo es una persona en comunicación y argumentación. En los juegos que diseñamos buscamos que aprendan los actores del ecosistema y que sea de una manera divertida para que esté motivado en la clase. Con un chico motivado, esa disposición a aprender es más alta que en la manera tradicional”, detalla Mesa Cano.
Esta estrategia de aprendizaje, que pone al estudiante en el centro del proceso formativo, propició el desarrollo de juegos de mesa y de roles, así como la articulación de historias de emprendedores de EAFIT en diversos formatos narrativos, con el fin de fortalecer habilidades sociales y facilitar la apropiación de conocimiento a través de actividades que se ajustan a las nuevas generaciones y a su manera de aprender

Aprendizaje en espacios interactivos

Las herramientas lúdicas fueron diseñadas bajo el concepto de “juegos serios”, caracterizados por tener un propósito formativo más allá del entretenimiento, como es el caso de los robots de Lego y otras líneas didácticas creadas en el mundo.

El concepto surgió en la década de 1970 con la popularización de estos juegos y en el siglo XXI el término ha tomado auge por los avances tecnológicos impulsados por las plataformas virtuales y de simulación como los videojuegos.

Sumado a lo anterior, el concepto de aula invertida se relaciona con el acondicionamiento de espacios en el campus universitario que permiten a los estudiantes tener experiencias interactivas y construcción de conocimiento colaborativo, por medio de herramientas tecnológicas y mobiliario que facilitan el trabajo en equipo.

“También, desde hace tiempo hemos venido incursionando en el tema del desarrollo de novelas, casos pequeños de emprendedores que pasan por el espíritu emprendedor. Asimismo, comenzamos a usar cómics. Lo que hicimos fue complementar esto con una serie de juegos de roles y cartas, novelas para los casos, videos, y logramos incorporarlos en la enseñanza del emprendimiento. Adicional, hicimos una investigación transversal antes de entrar los chicos al curso y luego los diagnosticamos a través de una encuesta. Esto lo hemos hecho desde hace cinco años”, detalla Jorge Hernán Mesa.

Reconocimiento internacional

Estos  cambios  en  la  metodología  y  el  enfoque  permitieron postular el proyecto al Premio Internacional a  la  Innovación, un  concurso  de  la  acreditadora  internacional EQUAA que se realizó en Brasil en 2019.

Con esta iniciativa, que se denominó Innovación en la educación emprendedora: alineando nuevas metodologías de aprendizaje activo, desarrollo de competencias e investigación aplicada, EAFIT ganó el primer lugar en Colombia en metodologías novedosas para la enseñanza del emprendimiento.Uno de los premios fue ser parte del libro Casos de innovación en educación superior que compila las mejores experiencias presentadas a ese concurso. Además, el derecho a asistir a la Universidad La Salle, en Barcelona, a una semana de capacitación en temas de innovación.

“Este es un reconocimiento a lo realizado por el Centro para la Excelencia en el Aprendizaje, el Grupo de Investigación Información y Gestión, liderado por el profesor Izaias Martins Da Silva, el Grupo de investigación Innovación y Empresarismo de EAFIT. Los juegos han sido diseñados de la mano con el Semillero de Investigación en Innovación y Emprendimiento y el Club de Innovación EAFIT, espacio extracurricular que reúne a estudiantes y profesores alrededor del emprendimiento”, expresa Jorge Hernán Mesa.

De esta forma, la Escuela de Administración desarrolla productos con herramientas propias de la Cuarta Revolución Industrial y enfocadas en la transferencia de conoci-miento para impactar a las nuevas generaciones en una de las habilidades más importantes de la educación del siglo XXI: emprender.

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Propuestas a la agenda de La Habana siguen vigentes

Septiembre 10, 2020

Investigadores de EAFIT hicieron propuestas sobre posesión de la tierra, cultivos ilícitos, narcotráfico, representación política, derechos humanos, reinserción y justicia transicional. Todas apuntaron a resolver problemas estructurales del Estado y no solo a facilitar la desmovilización de las Farc. 

Javier Arboleda García, Colaborador.

El desarrollo rural y la formalización de la propiedad, la integración política de la periferia, los cultivos ilícitos y la cadena criminal del narcotráfico, la aplicación de una justicia transicional con sus cuatro pilares (verdad, justicia, reparación y garantías de no repetición) y un proceso de desmovilización con garantías y oportunidades para los excombatientes siguen siendo temas que el país tiene pendiente resolver.

Y esos aspectos, groso modo, siguen vigentes y son el centro aún de las propuestas que un equipo de investigadores de la Universidad EAFIT, con el apoyo de Proantioquia y la Asociación Nacional de Industriales (ANDI), elaboró en el marco de la negociación política con la entonces guerrilla de las Farc (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia), todas compiladas en un libro académico titulado Contribución de la Universidad a la agenda de La Habana.

Jorge Giraldo Ramírez, exdecano de la Escuela de Humanidades y coordinador de ese trabajo, dice que pese a todas los bemoles y los tropiezos que ha tenido la implementación de los acuerdos, las propuestas siguen vigentes porque son asuntos que el país debe resolver por encima de la consideración de si existen o no existen las Farc o cualquier otro grupo armado.

Esos temas “hacen parte del repertorio acumulado para la resolución de esos problemas pendientes”. Por eso, la Universidad los agrupó en dos partes: la primera, relacionada con las propuestas y, la segunda, con su implementación y las reformas institucionales que deben aplicarse sin que impliquen grandes modificaciones a la Constitución, sino que sean viables desde el punto de vista político, fiscal, económico e institucional.

A juicio del exdecano, son desafíos que van a la raíz de un problema estructural como el de la tierra que, en su opinión, es transversal y siempre ha generado conflictos entre los colombianos, no ahora sino desde hace dos siglos.

El buen desarrollo de los proyectos productivos de los excombatientes de las Farc, como artesanías o alimentos, son clave para la permanencia de ellos en los términos del Acuerdo de paz. Foto: Róbinson Henao.

 

Una visión integral

Las investigaciones y el trabajo realizado por unos 30 académicos de las escuelas de Humanidades, Derecho, Administración, y Economía y Finanzas se destinó a formular propuestas concretas para asuntos puntuales como el desarrollo productivo en zonas afectadas por el conflicto, el fortalecimiento institucional, la participación y la representación política, y un modelo de aplicación de la justicia transicional.

Es un trabajo analítico que incluyó preguntas, escenarios, evaluación de capacidades, costos, consecuencias políticas y económicas, y recomendaciones sobre cómo llevar a la práctica las propuestas no solo con la intención de que el proceso de paz tuviera éxito y evitara los errores cometidos en otras negociones (al menos las que se dieron desde 1982) sino que pudieran resolver problemas estructurales del Estado.

Una cifra importante que reveló esa investigación, según el Centro de Investigaciones Económicas y Financieras (Cief), de EAFIT, es que el Estado debería garantizar en los próximos años unos 90 billones de pesos para financiar esos proyectos.

“No fue una cifra caprichosa sino producto de un trabajo juicioso, basado en las reales capacidades del país, sin que ese rubro fuera a representar un descalabro económico”, advierte Giraldo Ramírez.

Ese trabajo, elaborado durante casi los tres primeros años de la negociación (2012 a 2014), se metió en la parte técnica del asunto porque era importante mostrar la viabilidad, institucional y financiera, y la capacidad humana de llevar a cabo esas tareas.

El problema de la tierra es transversal en la vida nacional y ha generado conflictos entre los colombianos no ahora, sino desde hace dos siglos.

Las propuestas

Aunque son muchas las propuestas compiladas en el libro Contribuciones de la Universidad a la agenda de La Habana, el exdecano hace énfasis en algunas de ellas por su importancia y vigencia.Explica que una falla de la negociación es que el país se haya quedado sin una ley de tierras, como lo propuso el grupo académico en la reforma rural integral que planteó como principio del fin de ese problema.

El 60 % de la tierra apta para agricultura en Colombia está subutilizada y el 66 % dedicada a pastos corresponde a un uso inadecuado, aparte de que los derechos de propiedad son difusos, dice el informe de EAFIT.

La Universidad propuso poner en marcha un sistema de información catastral, “integral y multipropósito que, en un período de siete años, formalizaría y actualizaría dicha información, iniciando por las zonas priorizadas en razón de su abandono, sus niveles de pobreza y su grado de afectación por el conflicto”.

Esa información permitiría emprender acciones para superar la pobreza rural, generar desarrollo en el campo y llevar el Estado al territorio.

Otra propuesta fueron las Circunscripciones Temporales Especiales de Paz (CTEP) que buscaban que los municipios priorizados en razón del trabajo sobre la tierra también tuvieran representación ante instancias superiores del Estado, en razón de su nivel de afectación por el conflicto.

Eran 16 CTEP que, a su vez, creaban igual número de distritos electorales, con un representante por cada uno, para que tuvieran un peso político uniforme, que cobijara no solo un territorio sino un segmento poblacional, como los jóvenes (los más vulnerables en el reclutamiento forzado), las mujeres, los afrodescendientes y los indígenas.

Esa propuesta también incluía una reforma al sistema electoral, sobre todo en su mecánica, con la idea de que situaciones como el voto nulo no afectara tanto una elección, pues es sabido las complicaciones que trae, en muchas ocasiones, el manejo de algunos tarjetones.

Narcotráfico

Basados en que las zonas de influencia de las Farc eran las de mayor presencia de cultivos ilícitos, los investigadores analizaron todas las aristas del narcotráfico para estructurar propuestas que pudieran ser certeras en el ataque a toda su cadena productiva (siembra, transformación y exportación).

“El principal problema no son los cultivos sino la poca capacidad del Estado para llevar alternativas y erradicar la pobreza en esos territorios", piensa Giraldo Ramírez, en alusión a que la intervención y sustitución deben acompañarse de seguridad y alternativas rentables para los campesinos.

La compilación de la investigación agrega que “en la lucha contra el narcotráfico existe evidencia de una mayor efectividad de políticas orientadas a eslabones específicos de la cadena.

En particular, a aquellos donde se genera más valor agregado, como la transformación en cocaína y la comercialización". Un punto importante de financiación del posacuerdo podrían ser todos los recursos provenientes de las acciones, inclusive, contra el lavado de activos.

 

La investigación incluyó preguntas, escenarios y recomendaciones. Foto: Róbinson Henao.

 

Pero, para ello, el país debe hacer esfuerzos en la articulación entre Policía, Ejército, fiscales y jueces, “por cuanto es allí donde se logra garantizar la efectividad de las medidas".

Así se priorizaron los municipios

El documento de EAFIT planteó propuestas concretas y, para llevarlas a feliz término, las puso en perspectivas sobre unos municipios en los que era inminente y prioritario intervenir: 177 que demandaban atención urgente, 113 alta y 13 moderada, para un total de 303 de los 1123 que tiene Colombia.

 

La metodología analizó cada municipio sobre tres variables:

Afectación por el conflicto

Homicidios, masacres, desapariciones, vinculación de niños a grupos armados, desplazamiento y expulsión.

Abandono

Transferencia per cápita a lo que se invierte para educación y salud, tasas de crecimiento en educación y salud, inversión en el sector agropecuario, número de estudiantes por docente, número de puestos de salud y necesidades básicas insatisfechas.

Debilidad institucional

Desempeño fiscal, notarías por número de habitantes, empleados bancarios, riesgo electoral y presencia de las guerrillas de las Farc y el ELN.

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Desmovilización y justicia transicional

Giraldo Ramírez explica que una base para las propuestas era el consenso que había en la necesidad de garantizar una desmovilización exitosa y un tránsito expedito a la vida civil de los excombatientes.

Para ello se diseñaron propuestas relacionadas con el desarrollo en las regiones afectadas por el conflicto, con propuestas económicas viables y con un creciente fortalecimiento institucional.

Y frente a la aplicación de la justicia transicional el trabajo plantaba la necesidad de la petición del perdón, la reparación integral de las víctimas y las garantías de no repetición.Esas propuestas acogían temas tan fundamentales como medidas de reparación colectiva, de rehabilitación psicosocial, de restitución de tierras, garantías de no repetición y el compromiso con el respeto a los derechos humanos.

Hoy, Giraldo Ramírez espera que la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), como se planteó en el documento, imponga sanciones que propendan por la restauración de lazos sociales y la reparación de los daños causados.

El documento planteó la necesidad de que las condenas, ahora responsabilidad de la JEP, “satisfagan los reconocimiento de responsabilidad, contribución con el esclarecimiento de la verdad y se comprometan con la no repetición de los actos violentos”.

En conclusión, el exdecano plantea que pese a que el acuerdo se firmó hace más de tres años y a que su implementación ha sido lenta, las propuestas planteadas desde EAFIT no solo apuntan al caso específico de las Farc, sino a problemas estructurales del Estado que, tarde o temprano, tendrán que resolverse.

 

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Investigación alineada con tendencias globales

Septiembre 10, 2020

La transformación digital, la desigualdad y los Objetivos de Desarrollo Sostenible constituyen tres de los ejes predominantes en los trabajos académicos de vanguardia en las áreas económicas y administrativas.

Diana Milena Ramírez Hoyos, Colaboradora.

Varios niños en medio de una construcción de una casa haciendose señas.

Las transformaciones en el mundo del trabajo y de las formas de gestión organizacional son campos donde la investigación académica fija en forma permanente sus ojos. Foto: Juan Gonzalo Betancur

 

La primera década del siglo XXI dio la razón a quienes anticipaban que la era de la información llegaría cargada de nuevos fenómenos y complejidades que cambiarían la forma de habitar y comprender el mundo. Los indicios de estas transformaciones aparecieron de la mano de las fórmulas de la prospectiva y la identificación de diversas megatendencias que hoy la ciencia busca explicar.

Al paso que van consolidándose como realidades, las megatendencias también imponen nuevas agendas en las investigaciones académicas que se realizan en las áreas de la economía, las finanzas y las empresas que hoy se ocupan con mayor rapidez de identificar y resolver múltiples problemas que afectan a las personas y a las organizaciones.

“Más que un aspecto coyuntural, estamos viviendo una profunda crisis medioambiental, por un lado, pero también un serio cuestionamiento a las instituciones, sobre todo formales, que no han podido dar respuesta a los grandes problemas de nuestras sociedades. Por tanto, comenzar a ofrecer respuestas fundadas en investigación seria es muy relevante. El management y la economía tienen mucho que aportar”, destaca el profesor José Ernesto Amorós, líder de doctorados del Instituto Tecnológico de Monterrey.

La conciencia de estas urgencias y de las necesidades todavía sin resolver llevaron a que en el documento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, suscrito por Naciones Unidas como continuación de los Objetivos del Milenio, se incluyera el de “garantizar el acceso a una energía asequible, segura, sostenible y moderna para todos”.

Al respecto, el decano de la Escuela de Economía y Finanzas de EAFIT, César Eduardo Tamayo Tobón, dice que no es que las ciencias económicas no se hubiesen preocupado antes por los grandes problemas del mundo, sino que hoy los atienden más rápido porque se dispone de más herramientas.

“Contamos con acceso a más información y mejores métodos de investigación, por lo que podemos tener esa flexibilidad de identificar los problemas más apremiantes de las sociedades y tener unos resultados con algo de oportunidad”, destaca.

Otra de las características de la nueva agenda de investigación es que los estudios se están haciendo en compañía de otras disciplinas. “Todas ellas tienen una característica en managment, y es que se vienen haciendo investigaciones inter y multidisciplinarias en donde la participación de las ciencias sociales y humanas es muy importante”, explica el decano de la Escuela de Administración de EAFIT, Ricardo Uribe Marín.

La transformación digital

Con base en las nuevas realidades impuestas por las megatendencias, un tema de primera línea para los investigadores en las áreas económicas y administrativas es el de la transformación digital, producto de la Cuarta Revolución Industrial. Sobre este campo, los estudios ponen atención en las formas en que se transforman las empresas, debido a los cambios que introducen las nuevas tecnologías en la producción, comercialización y consumo.

“En los últimos años la transformación digital ha modificado algunos fundamentos de las relaciones entre actores económicos. Los consumidores que se convierten en productores, los productos que se consumen como servicios. La inteligencia artificial, las criptomonedas, las brechas de habilidades, y la disponibilidad y análisis de datos masivos, entre otros, representan retos no solo para las empresas y los gerentes, sino también para los investigadores”, señala Juan Fernando Vélez Ocampo, coordinador académico de la maestría en Administración de la Universidad de Antioquia.

El mundo económico del trabajo también despierta el interés de la ciencia, debido a que una consecuencia de la Cuarta Revolución es la destrucción y creación de nuevos perfiles ocupacionales. El informe El futuro del trabajo, del Foro Económico Mundial, advierte que para 2022 se perderán 75 millones de empleos en las 20 principales economías, al tiempo que se crearán 133 millones.

“La Cuarta Revolución Industrial, la robótica, la inteligencia artificial, generarán cambios profundos en los mercados de factores productivos y, en especial, del trabajo, que requerirán atención teórica”, asegura Jesús Botero, economista y profesor de EAFIT. El académico añade que otro campo de interés para los teóricos, producto de los cambios mencionados, es el cambio de rol de las empresas en los diferentes entornos donde se desarrollan los negocios.

Como bien lo anota el Foro Económico Mundial, el papel de las empresas en la sociedad tendrá que cambiar, para adaptar a nuevos entornos y a nuevas preocupaciones, y en este sentido vendrán grandes discusiones sobre lo que se denomina stakeholder capitalism o capitalismo de las partes interesadas”, explica.

De igual forma, el big data y la analítica acaparan buena parte de los estudios, en virtud de que se están volviendo claves en las decisiones estratégicas de las compañías. “Se trata de convertir esos datos en información pertinente que le permita a la alta gerencia tomar unas decisiones estratégicas, tácticas y operativas, acordes con las demandas del entorno”, asegura el decano de la Escuela de Administración de EAFIT, Ricardo Uribe Marín.

Economistas y administradores realizan estudios relevantes en bioeconomía, economía circular y crecimiento verde para hallar fórmulas de financiamiento público y privado para prevenir, mitigar y adaptarse al cambio climático.

La desigualdad y la distribución del ingreso

Aunque no es un tema nuevo, sobre todo en América Latina, la desigualdad también vuelve a generar hoy múltiples trabajos de investigación, orientados en buscar cómo resolverla y mitigarla con políticas públicas efectivas.

“Desigualdad no solo en los ingresos, que es la más conocida, también hay otras fuentes de desigualdad que son importantes y se están estudiando, como el acceso a servicios de salud, de  educación,  de  seguridad,  de  justicia y en el mercado de trabajo. Es un fenómeno que es tradicional, pero recibe atención por épocas”, apunta el decano de la Escuela de Economía y Finanzas de EAFIT, César Eduardo Tamayo Tobón.

En este tema cobran fuerza los estudios dedicados a la evaluación de impacto que, según la Cepal, consiste en la medición de los cambios en el bienestar de los individuos que pueden ser atribuidos a un programa o a una política específica.

Muestra de lo anterior son las investigaciones que les valieron el premio Nobel de Economía a los investigadores Banerjee, Duflo y Kremer en 2019, orientados a determinar la efectividad de los programas que apuntan a aliviar la pobreza global.

Sumada a la desigualdad, el profesor Jesús Botero resalta la relevancia que en los últimos años viene acaparando el estudio académico sobre la distribución del ingreso, como una consecuencia de la recesión de 2008 que permitió hacer visible la tendencia a la concentración del ingreso entre los más ricos.

“Si hasta ese momento la abundancia de crédito en las sociedades desarrolladas generaba la sensación en las personas de que podrían conseguir aquello que se propusieran, la crisis financiera desnudó la pobreza de oportunidades para la gente del común y empezó a hacer visibles profundas asimetrías en la capacidad de enfrentar condiciones difíciles entre los extremos de la escala de ingresos: mientras aquellos de altos niveles han logrado mantener la tendencia creciente en sus ingresos, a pesar del bajo desempeño económico, los ingresos de los estratos medios y bajos se han estancado o, incluso, en algunos casos, disminuido”, expresa el académico.

Hombre caminando en una empresa de electricidad.

La tendencia hoy es que las empresas contribuyan a la generación de riqueza social y se vinculen a grandes procesos de desarrollo. Foto: Juan Gonzalo Betancur

 

Asimismo, y en especial en los estudios sobre administración, la igualdad de género también empieza a ser un foco de interés para los investigadores, sobre todo por las condiciones de empleabilidad de las mujeres respecto a los hombres. “Nos preguntamos cómo hacer para que se cierre la brecha salarial y que la mujer tenga más participación en la alta dirección y en la gerencia de las organizaciones”, dice el decano Ricardo Uribe.

El cambio climático

Es una megatendencia que despierta gran interés entre los economistas y administradores, cuyos académicos están llevando a cabo estudios relevantes en bioeconomía, economía circular, crecimiento verde, que se orientan a estudiar las formas de financiamiento público y privado para la prevención, mitigación y adaptación al cambio climático.

“Es lo que se conoce como finanzas verdes o sostenibles que busca mecanismos de financiación de los esfuerzos para la adaptación de cambio climático o fenómenos naturales”, indica el decano Tamayo.

En este espectro caben los retos que abordan los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible.

“Se estudia, sobre todo, cómo desde el ámbito de los agentes económicos se está haciendo algo para fomentar el desarrollo sostenible y la generación de valor compartido”, apunta el profesor José Ernesto Amorós, del Tecnológico de Monterrey.

Los retos que se avecinan

Los académicos también resaltan el interés creciente en temas como las migraciones, en virtud de la cantidad de personas que se han refugiado en otros países huyendo de conflictos internos por asuntos económicos o sociales, en particular en América Latina y Europa.El decano de Economía y Finanzas de EAFIT, César Eduardo Tamayo, anota que “este tema es importante porque tiene efectos sobre todas las cosas que nos importan, como los mercados laborales, los servicios de salud, de seguridad ciudadana y demás”.

De otro lado, el profesor Vélez Ocampo llama la atención sobre el interés que suscitan hoy los nuevos enfoques para el estudio de teorías y modelos de administración que fueron desarrollados principalmente en Estados Unidos y que dejaron por fuera otras geografías.

“En ese punto veo una oportunidad para que investigadores en ciencias sociales interesados en fenómenos administrativos basen sus estudios en evidencias empíricas. Por ejemplo, en países de mercados emergentes, en países menos desarrollados, en comunidades indígenas y tribales, e incluso en comunidades digitales. Estas nuevas geografías podrían extender, refinar o proponer nuevos enfoques teóricos que nos lleven a comprender mejor la administración y sus implicaciones en diferentes niveles de análisis”, sugiere el académico.

Otros asuntos que determinan la investigación académica entre los teóricos de las ciencias económicas y  administrativas son la psicología del comportamiento, la productividad como un motor de crecimiento –pese a no ser un enfoque nuevo, pero sí determinante por el estancamiento general de la economía–, la educación y la exclusión financiera y, además, la sostenibilidad de las finanzas públicas.

Todos los enfoques, sin duda, están relacionados con la necesidad de que estas disciplinas puedan dar respuestas a las sociedades sobre los cambios que complejizan el habitar el mundo en el siglo XXI.

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