Hay vestigios de la guerra en la geografía colombiana
El geólogo eafitense Miguel Ángel Tavera ha investigado los rastros que ha dejado en la geografía del país el conflicto armado.
A partir de sus hallazgos trabaja en una iniciativa empresarial que pretende generar contenidos científicos y educativos para las comunidades rurales en torno a la conservación natural.
La bota de la guerra ha dejado huella en la geografía de Colombia. Es una bota que tiene rastros no solo en el impacto de la actividad humana sobre la naturaleza, sino también en las presiones sociales al territorio a causa de los enfrentamientos y en la explotación de los recursos naturales. Así lo señala el geólogo Miguel Ángel Tavera, egresado de EAFIT e investigador del Departamento de Ciencias de la Tierra de la Universidad, quien adelanta una iniciativa para la generación de conocimiento y apropiación científica en las comunidades rurales.
El proyecto se llama Geografía de la guerra, y nace de un proceso de investigación relacionado con la conservación de los recursos naturales y del medio ambiente, que el eafitense ha desarrollado a lo largo de su carrera como geólogo y plantea como una necesidad debido a la ausencia de plataformas educativas y de divulgación científica en torno a esta temática. La idea es ofrecer servicios y productos –como consultorías y plataformas en internet– que propicien la apropiación del conocimiento de los recursos naturales en comunidades rurales para aportar a superar los impactos de la guerra en la geografía.
“Me fui dando cuenta de que los conflictos sociales que hay en Colombia nacen por presiones al territorio, ya sea por agua, tierra, minería o cultivos. Los problemas sociales del país están muy relacionados con la naturaleza y la importancia de esto pasa por generar conocimiento y apropiar a las mismas comunidades que poseen los recursos naturales”, expresa Miguel Ángel, experto en geomorfología, una rama de la geografía que estudia las formas de la superficie terrestre para entender su origen y su comportamiento.
Sus conocimientos sobre el tema lo llevaron a plantear Geografía de guerra, un proyecto que está desarrollando con la Dirección de Innovación EAFIT y que busca consolidarse como una plataforma con fuerte componente científico, partiendo de la necesidad que existe en los territorios rurales por la falta de acceso a la información.
Una de las hipótesis que sustentan la iniciativa es que la conservación de los recursos naturales, que influye en el comportamiento de los seres humanos, es vital para el desarrollo sostenible del país, de sus regiones. Por eso la necesidad de llevar conocimiento científico a las diferentes comunidades para la apropiación de los paisajes y de los recursos que poseen, de manera que se garantice un equilibrio entre la naturaleza y la sociedad.
Nuevo escenario
El escenario en el que se desarrolla esta idea es inédito. Así lo considera Jorge Giraldo Ramírez, decano de la Escuela de Humanidades de EAFIT, quien opina que proyectos de investigación e iniciativas para la divulgación como estos se presentan en un escenario nuevo para el país, pues el posacuerdo –tras el acuerdo de paz firmado entre la exguerrilla de las Farc y el Gobierno Nacional- abre nuevas oportunidades para la investigación científica.
“En este escenario se abre la posibilidad de llegar con la antropología social, la historia local y regional a zonas que fueron inaccesibles por muchos años para los investigadores. En los últimos años se había perdido esa oportunidad. El escenario es propicio para el desarrollo de estos proyectos y es necesaria la convergencia de sensibilidades para que la empresa mantenga una relación estrecha con el mundo académico”, destaca el Decano.
Este nuevo panorama ofrece la más facildiad para abre la posibilidad llegar con conocimiento a más comunidades pues, como indica Miguel Ángel, la relación entre guerra y geografía tiene temas que ocurren principalmente en la ruralidad. “La personas del campo, que tienen los recursos a la mano, que son finalmente las tenedoras del recurso natural, son las que menos entienden que es lo que está pasando con lo que tiene ahí al lado”, señala el investigador.
Regiones de Antioquia como el Oriente, el Suroeste y Urabá, que han sido escenario de procesos y conflictos territoriales por el conflicto armado, son algunos ejemplos de cómo la geografía se ha relacionado con los enfrentamientos armados, ya que los mayores impactos se han consolidado precisamente en territorios con acceso a recursos naturales.
“Colombia a nivel geológico es un país demasiado complejo y diverso. Su relieve ha sido un factor condicionante para la guerra y, en parte, determinante del atraso. Cuando uno pone la lupa, este país tiene condiciones naturales únicas; somos un país tropical, eso hace que el clima sea especial y nos regule todas las formas del paisaje. Esas combinaciones han hecho que la topografía, aparte de bonita, sea inaccesible ", concluye el geólogo Miguel Ángel.
Apoyo para la innovación
Geografía y guerra es una de las iniciativas empresariales que nace de un proyecto de investigación con componentes de divulgación científica y educativa que recibe la asesoría de Innovación EAFIT a través del Programa de Acompañamiento a Nuevos Empresarios. Lady Giraldo, coordinadora en este programa, explica que el proyecto busca desarrollar plataformas para el intercambio de procesos sociales y productos como podcast educativos, consultorías en procesos ambientales, capacitaciones y campañas educativas, entre otros productos y servicios.
El programa de acompañamiento está enfocado en guiar y apoyar iniciativas basadas en procesos de investigación y con eso se pretende que estas iniciativas tengan un mayor impacto y transformen la sociedad, como ocurre con la iniciativa de Miguel Ángel Tavera.
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Alejandro Gómez Valencia
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